Capítulo 10: Intentamos de Nuevo.

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Si querés oír con música esta historia lo podés hacer. Yo te recomiendo que escuches este capítulo con: LET'S GO DE POOR MAN'S POISON.

_Vos vas primero de nuevo, gordo. Necesito que vayas rápido a esa puerta, si podés matar a uno en el camino lo hacés, sino, tiralos al suelo, nosotros los vamos a matar, pero tu prioridad es cerrar esa puerta y quedarte a cuidarla.

_Bueno, no me gusta la idea de no hacer nada, pero lo voy hacer.

Lamentaba el conductor.

_Y matá a uno, gordo.

Expresó Mauro hasta que Emanuel apoyó.

_Podés pelear, gordo, mata a uno, a dos si querés... pero tu misión es cubrir esa puerta. Cuando llegues hasta allá yo voy a entrar y voy a apartarlos de vos. Negro, ahí es donde vos entrás y me cubrís a mí. Último vas vos, Mauro. Necesito que vos despejes la zona de esta puerta, vos vas a cubrir al negro y vas a ser el encargado de que los accesos estén libres, en caso de que las cosas se compliquen vas a cerrar las puertas... al ser el último en entrar, las llaves son tu responsabilidad. ¿Quedó claro?

_Sí, la puerta es mía.

_Yo me perdí un poco.

Mencionó el moreno. Emanuel, notándolo un poco más confiado, le explicaría.

_Mirá, Rubén... primero va el gordo, después voy yo a cubrirlo a él, después entrás vos para cubrirme a mí y después va Mauro a bancarte a vos. Cuando matemos al último, nosotros tres vamos a cargar la comida en las mochilas mientras que el gordo cuida la puerta. Necesito tu mochila, gordo, yo voy a cargar la comida en tu mochila. Cuando terminamos, venimos hasta acá, cerramos la puerta y nos vamos a la puta. ¿Quedó claro?

_Sí.

Bancó Mauro mientras retiraba su mochila de su espalda antes de comenzar a vaciarla para la misión.

_Eso, vacíen sus mochilas así tenemos más espacio para llenarla de comida.

Pensó en voz alta el gordo que imitó la acción de Mauro. Alejo en ese momento contempló a Rubén, era el único que no hacía lo mismo que los otros, por lo que fue a molestarlo.

_Dale pue, negro... ya tenemos el plan. Vamos pue, sé que te molestamos mucho hoy, pero necesito que te pongas las pilas, loco. Vos podés.

Rubén llevó sus ojos a los verdes de Alejo solo para asentir en conformidad.

_Eso, negro... no olviden las indicaciones de siempre, no estamos al cien, pero pónganlo todo, después de esto nos vamos a comer... no se separen, no alcen la voz, por favor sean sigilosos y cuiden al otro, somos lo último que tenemos, protéjanlo.

_Es entrar y salir, solo eso, vamos muchachos.

Arengaba el de un solo brazo. Alejo, los ponía a disposición.

_ ¿Listos? Voy a abrir la puerta... prendan sus linternas y alcen sus armas.

Emanuel miró a Rubén, no sabía si el moreno estaba rezando o continuaba con su solitario juego.

_ ¿Negro?

Interrogó finalmente, Mauro. Rubén miró a cada uno del grupo y con pavor interrogó.

_ ¿Y si no sale?

_Intentamos de nuevo... como en todo lo que hacemos, negro. ¿Vamos?

Expresó Alejo bajando el picaporte, antes de tirarla hacia él para empezar con la emboscada. Un suspiro y una palabra bastaba para comenzar e ir al ataque. Sin embargo, antes de que le diera un ataque de valor al de piel morena, Emanuel arrojó otra indicación.

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