La noche cayó sobre Belén. José estaba durmiendo junto con su esposa mientras que en la habitación contigua estaban Elías y Miriam. El bebé estaba durmiendo en su moisés, el mismo que José había construido horas antes, lo suficientemente cómoda y cálida para soportar el frío de la noche.
"—¿Seguro que no hará frío?"
"—Tranquila, está a nuestro lado."María le regaló una sonrisa y asintió confiando en su marido. Aún le parecía asombroso cómo las cosas habían cambiado de un momento a otro:
A pesar de todo lo vivido, su corazón seguía intranquilo. No tenía noticias de Ivet, tampoco Elías pudo averiguar algo cuando fue al mercado a entregar sus trabajos de herrería. y José estuvo hablando con un hombre que parecía venir de afuera, pero lo único que sabía era sobre una estrella que iluminó la noche y poco más.
—Me pregunto si mi prima y Zacarias están bien —se lamentó mirando a su esposo.
—Puedo ir allá, averiguar y volver el mismo día —escuchó la voz de José tan clara en su cabeza—, estoy en forma y...
—¿Y sí tu familia te necesita? —intervino Miriam—, no podemos permitir que sigamos quedando menos, no tenemos la misma juventud, José.
—Ni la misma valentía… —concluyó Elías.Recordó a su marido suspirar algo agotado, podía ver sus hombros ligeramente tensos, también sus brazos y manos presentaban la misma condición y sus ojos se notaban tan cansados.
A pesar de que él quería ir, y que ninguno de los tres se lo permitían, el carpintero aceptó quedarse junto a su familia.
La noche había transcurrido en calma, La cena fue en silencio, con todos centrados en comer y ocasionalmente dirigir sus miradas al bebé que estaba junto a su madre.
José esperó a que todos estén dormidos para después echarse en la cama junto a María.
Estando a solas pudo apreciar mejor su belleza, una que era tan sencilla, pero tenía algo que le llamaba poderosamente la atención; Quizás su forma de desafiar, o sus ganas de seguir adelante sin importar nada ni nadie, le habían atrapado desde el primer momento.
Ese primer día donde sus ojos se encontraron en el mercado y donde intentó sorprender con sus cualidades extraordinarias que no eran tan extraordinarias.
Al final la torpeza le ganó de mano.
¿Por qué dudó de ella? Fue un idiota. Se maldijo por hacer sufrir a su ahora esposa y ser el responsable de que parte de su embarazo no hubiese estado a su lado.
No supo cuándo ni en qué momento, tal vez justo cuando estaba admirando a su esposa, se quedó profundamente dormido.
"—José"
Esa voz...
"—José. Debes despertar."
El cansancio le ganaba, no podía abrir los ojos.
"—El rey Herodes se acerca"
Herodes.
Ese rey que lograba hacer sufrir a su pueblo tan sólo para sentirse poderoso. El carpintero oyó gritos al fondo. ¿Qué estaba pasando?
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El Don De La Estrella.
Fiksi SejarahEn una era marcada por señales celestiales y presagios oscuros, la Sagrada Familia se ve envuelta en una misión divina para salvaguardar al niño que portará la esperanza de la humanidad. Huyendo del temible Herodes el Grande, cuya obsesión es aniqui...