Capítulo 1

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Me podía ver a mi mismo, como si fuera otra persona, nadando desesperadamente, en un mar revuelto y oscuro que me tragaba y aún así luchaba, luchaba con uñas y dientes para salir, para respirar el aire, llamaba a alguien que no podía escuchar y no entendía nada. Yo, el comisario Volkov, no lucharía así, al contrario, abrazaría a la muerte como a una amiga que llega tarde y a la que llevo esperando años, ¿por qué luchar contra lo inevitable?

Yo no tenía motivos para desgarrarme la garganta, para sentir la desesperación de luchar y seguir con vida porque realmente nadie me esperaba en casa, si un día desaparecía solo lo notarían en la comisaría porque nadie más haría el papeleo.

Me vi, luchar con todas mis fuerzas, algo me impulsaba pero no era yo, era otro yo al que no conocía, como un desconocido con el que te cruzas al cruzar el paso de peatones y al que no le prestas tanta atención, pero a la vez si parecía ser yo.

—¡Horacio! —Lo escuché gritar por fin y fue un grito tan desgarrador que hasta yo mismo sentí como mi garganta dolía aunque no había sido el que había gritado.

Abrí los ojos pesadamente, la luz me cegó y tuve que volverlos a cerrar, respiré hondo, buscando una explicación para el sueño que acababa de tener y sentí el olor a antiséptico, ese olor tan característico de hospital, volví a abrir los ojos y descubrí que la luz que me cegaba era una en el techo, totalmente artificial.

Me moví sintiendo un dolor punzante en mi cuerpo, moví suavemente la mano y vi que tenía una vía en ella, no entendía absolutamente nada, ¿qué estaba pasando?

—¡Volkov! —exclamó una voz y sentí a alguien abrazarme rápidamente, era una chica por su cabello largo, a la que por supuesto no conocía.

Cuando se separó la miré, parecía muy contenta y tenía una gran sonrisa, su cabello castaño era largo y vestía ropa cómoda y casual con unos vaqueros y una camiseta simple de color blanca.

—¡Qué susto nos ha dado! ¡Ahora mismo aviso a Parker y Blake! —dijo no dándome tiempo a decir nada antes de que saliera corriendo de allí.

Me quedé ahí tumbado, de piedra, durante unos segundos antes de sentarme con cuidado, me dolía muchísimo el hombro y algunas otras zonas del cuerpo, miré a mi alrededor, efectivamente estaba en una habitación de hospital, nada tenía sentido para mí.

Entonces la puerta se abrió y la misma chica que había salido corriendo entró de nuevo, esta vez seguida de dos individuos que parecían igual de emocionados que ella, comenzaron a hablar todos a la vez, me dolía la cabeza y aunque intentaba saber donde estaba y quien era esa gente no tenía ni idea.

—¡Ya está bien! —habló una voz firme en la puerta que hizo que los tres que habían llegado primero se callaran repentinamente, se hicieron a un lado y pude ver que se trataba de una persona, con bata de hospital como yo y que me resultaba conocida—. El médico viene ahora, comportaros, vais a agobiarlo, se acaba de despertar.

—10-4, jefe —susurraron los tres a la vez, los miré sorprendidos, ¿eran agentes de la ley?

La persona que parecía ser el superior de los tres avanzó hasta mí a paso lento, uno de ellos incluso lo ayudó haciendo que se apoyara en él para poder acercarse. Cuando estuvo al lado de mi cama pude fijarme bien en su rostro, era una persona corpulenta, se veía que hacía bastante ejercicio, su cabello estaba cortado en forma de cresta hacía atrás, tenía una quemadura en la zona del cuello y lo que más llamó mi atención, sus ojos eran bicolores.

—¿Horacio? —pregunté, era la única persona que conocía que podía llevar una cresta, aunque un poco diferente a la que estaba acostumbrado y tenía unos ojos de ese color, se veía..., mayor, diferente al Horacio que hacía unas horas se me había confesado en mitad de la comisaría.

—¿Qué? ¿Pensabas que estaba muerto? Mala hierba nunca muere —dijo riendo y se sentó con cuidado en mi cama, yo me moví un poco para dejarle sitio mientras lo miraba con los ojos y la boca muy abierta, era Horacio pero no era Horacio—. ¿Qué te pasa? ¿Has visto un fantasma o algo? —bromeó y yo agaché la mirada, todo tenía muy poco sentido antes y ahora tenía incluso menos.

—Está..., cambiado, Horacio —dije mirándolo y al hacerlo vi como su ceño se fruncía levemente y ladeaba la cabeza.

—¿Por qué me estás hablando de usted? —preguntó y ahora fui yo quien frunció levemente el ceño, sin entender.

—Siempre le he hablado así... —Vi como su ceño se fruncía más y desviaba la mirada a la cama, pensativo, entonces me miró de nuevo, esta vez sin una sonrisa, bastante serio.

—¿Puedes decirme tu nombre y tu trabajo? —No esperaba algo así pero asentí, él sabía todo eso pero aun así respondí.

—Soy Viktor Volkov, comisario del CNP de Los Santos.

—Joder...


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La actualización de hoy viene un poco más tarde porque estoy malita de la tripita, realmente no iba a subir pero... quería hacerlo así que me puse ahora aunque fuera un poco tarde...

¿Qué os parece este Volkov? ¿Podemos extrañar ya al ruso cariñoso de la primera temporada o es demasiado pronto?

En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Back to wait... you? ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora