Capítulo 16

176 19 4
                                    

Aquel día Horacio había decidido que tuviéramos un día libre, yo no estaba de acuerdo pero como de costumbre él solía imponerse de una forma u otra, además había decidido que no quería que nos quedáramos en casa, decía que comenzaba a agobiarle el que su vida se resumiera en ir a de la sede a casa y en la sede pasar la mayor parte del tiempo haciendo papeleo o interrogando personas.

Yo estaba un poco de acuerdo, el trabajo de las últimas semanas debido a los payasos era más cargante o por lo menos así lo sentía, parecía que todos habíamos envejecido unos años por culpa de este caso que parecía no tener fin.

Ese día había un evento en la plaza central y Horacio, que para algunas cosas no había cambiado desde que lo había conocido por primera vez, había querido ir allí y ver que se cocía, quería ir de civil y no quería nada relacionado con la policía, «pueden apuñalar a alguien en mi cara que no voy a intervenir» habían sido sus palabras textuales y por algún motivo me parecía que había muchas posibilidades de que nosotros termináramos con las esposas y siendo arrestados, si Horacio se dejaba llevar demasiado era una posibilidad.

Yo llevaba más tiempo del necesario sentado en el sofá, mirando el celular mientras veía los minutos pasar y como Horacio no bajaba, cuando lo hizo entendí porque había tardado tanto, llevaba una camisa abierta que dejaba a la vista su tatuaje del pecho, una chaqueta de diferentes colores, unos pantalones bastante apretados de color negro que simulaban el cuero y unas deportivas, además parecía que se había maquillado.

—¿En serio vas a ir así? —preguntó mirándome de arriba a abajo y yo fruncí el ceño mirando la ropa que había escogido, una camisa burdeos, unos vaqueros oscuros, zapatos oscuros y una chaqueta de cuero.

—¿Qué tiene de malo? —pregunté y lo vi poner los ojos en blanco.

—Anda, vámonos. —Lo seguí hasta salir de la casa, éramos el día y la noche con nuestras vestimentas pero no me importaba demasiado, además Horacio parecía muy feliz de poder tener este momento de tranquilidad.

El camino a la plaza fue animado, Horacio había puesto la música y se había decantado por un coche pequeño, sabía que tenía coches carísimos pero había escogido uno que aparentaba humildad, como si no tuviera coches deportivos aparcados haciendo fila.

La ciudad rebosaba felicidad, la música se escuchaba desde lejos y parecía que todo el mundo estaba allí, la policía iba de un lado para otro, los miré un segundo, entendía perfectamente su sentimiento ya que normalmente yo estaba en ese lado y no disfrutando del ambiente.

—¡Vaya fiesta por el aniversario de la ciudad! Luego harán un juego o algo así, ¡tenemos que participar! —dijo Horacio, muy animado y asentí, a mí no me interesaba participar en nada así pero era imposible no dejarse llevar cuando Horacio estaba así de emocionado.

Nos acercamos caminando entre la multitud hasta lo que parecía una barra, varios camareros daban vueltas por todos lados intentando servir a todas las personas que estaban allí y cobrarles.

—Un vodka y un gin-tonic —gritó Horacio cuando se acercó el camarero a preguntarle que quería, tras asentir el chico se fue a preparar todo.

Mientras esperábamos Horacio no dejaba de moverse, movía las caderas suavemente al ritmo de las canciones y algunas hasta las tarareabas, llamaba demasiado la atención incluso estando en medio de tanta gente, tal vez fuera su ropa, su pelo, o su actitud pero antes de que nuestras bebidas estuvieran listas ya había alguien cerca de él, hablándole.

Fruncí el ceño cuando vi a ese chico, alto y corpulento acercarse a Horacio, no podía escuchar lo que decían por la música y realmente odie no poder hacerlo, quería que el alcalde diera ya el discurso para irnos a ese juego al que Horacio quería ir, era mejor que estar ahí rodeado de gente.

Back to wait... you? ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora