Capítulo 10

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—¡Tenemos algo! —gritó Horacio entrando en mi despacho, sobresaltándome, yo estaba allí sentado desde hacía más de una hora «haciendo papeleo», entre comillas porque solo había estado una hora allí sentado, pensando en lo que me había dicho Nikolai sobre Horacio.

No necesité que dijera nada más, me levanté y fui con él que ya estaba corriendo escaleras abajo ya que no podía esperar al ascensor, lo seguí casi corriendo tras de él, fue hasta la cafetería y volvió a gritar:

—¡Tenemos algo! —A los pocos segundos todos estábamos con Gastón que se asustó al vernos a todos entrar corriendo pero intentó mantener la compostura.

—¡¿Qué se ha encontrado?! —preguntó Horacio realmente emocionado e impaciente.

—Hemos conseguido rastrear desde donde proviene la información —habló G después de carraspear, poniendo en la gran pantalla lo que había en el ordenador, todos lo miramos—. Hemos comprobado que la información no viene de un solo lugar, sino de varios, lo cual explica que sea tan detallada, no hemos podido rastrearla del todo aún pero después de interrogar a algunas víctimas hemos descubierto varios patrones que son similares.

—¿Cuáles? —preguntó esta vez Blake, también parecía estar deseando conocer toda la verdad.

—Varios de ellos han estado acudiendo a recibir ayuda psicológica, han explicado cosas que luego han sido usadas en su contra... —G miró a Horacio que se quedó pensativo, con una mano en la barbilla.

—Sí, muchas de las cosas son de cosas que nadie sabe...

Se hizo un pequeño silencio, eso significaba que los payasos estaban usando una información confidencial que podía estar en un expediente privado o incluso podría ser información de primera mano que se había reunido, es decir, que el payaso que daba esa información fuera el terapeuta que trataba a las personas.

—A ver, recapitulemos, los payasos consiguen información sacada de expedientes privados, eso significa que mínimo una de las personas que trabaja como psicólogo en la ciudad debe ser un payaso y dar esa información al resto, ¿correcto? —resumí, queriendo ver si realmente estaba en el camino correcto.

—Sí, actualmente estamos investigando sobre esto —afirmó G y Horacio asintió.

—Quiero una lista de todas las personas que tienen acceso a ese tipo de expedientes y quiero que se interrogue a todos y cada uno de ellos, incluso si ya no están en la ciudad y tardamos mucho —ordenó Horacio serio y G asintió, saliendo rápidamente de allí para extender la orden que el director había dado.

—Eso llevará un tiempo... —dijo Blake y Horacio se volvió, poniéndose frente a nosotros.

—Quiero que tengáis mucho cuidado, la persona que esté detrás se dará cuenta de que estamos detrás de ella y a partir de ahora la situación se complicará, necesito que toméis todas las precauciones posibles mientras intentamos mantener la rutina de trabajo, si ven que nos acobardamos serán peor, ¿entendido?

—10-4 —respondieron todos a la vez y después de un gesto de Horacio salieron de allí, yo me quedé con él viendo como iba a una silla y se dejaba caer en ella, suspirando.

—¿Estás bien? —pregunté algo preocupado y me acerqué a él, parecía cansado, mucho, este caso nos tenía a todos demasiado agobiados pero debíamos terminarlo.

—Sí, es solo que..., no tenemos realmente nada, un pequeño hilo del que tirar no sé si será suficiente... —confesó y me sorprendió un poco, había dejado de lado su seguridad y estaba siendo sincero conmigo ahora que estábamos solos, había sido claro y conciso con los agentes y ahora se mostraba ante mí como un jefe cansado que no sabía que más hacer.

Sonreí un poco, me gustaba eso, él se sentía lo suficientemente seguro conmigo para hablar con sinceridad, dejando de lado su papel de director para ser solo Horacio, es algo que yo no sentía que pudiera hacer pero que para él era tan sencillo que me sorprendía. Me acerqué y puse la mano en su hombro mientras él se cubría la cara con las manos, cuando lo hice las quitó y me miró, sus ojos bicolores se encontraron con los míos y volví a sentir ese vértigo que sentía a veces y del que de alguna forma me estaba acostumbrando.

—Está bien, es solo un pequeño hilo pero lo conseguiremos, todos estamos dando el cien por ciento

—No quiero que te pase nada, V..., si quieren atacarme irán directamente por ti, aunque tu no recuerdes nada..., ellos saben que eres uno de mis pocos puntos débiles.

Tragué saliva y no dije nada por unos segundos, no sabiendo que decir a eso, a veces Horacio era tan directo con sus sentimientos que me dejaba sin palabras, había pasado cuando se me confesó por primera vez y volvía a pasar ahora, yo era un punto débil de Horacio y no sabía que decir a eso, bueno, sí lo sabía pero no estaba preparado para decirlo en voz alta.

—Estaré bien, soy alguien fuerte —dije, dejando que un «tú también eres uno de mis puntos débiles, diría que el único ahora mismo» muriera en mi garganta, haciendo que me arrepintiera al segundo.

Él asintió y sonrió, levantándose de la silla soltando un pesado suspiro que podría haberse escuchado en toda la sede debido a lo fuerte que había sido, entonces se estiró y me miró.

—¿Vamos a patrullar? —Yo sonreí y asentí, sí, era mejor ir a patrullar y no darle más vueltas a las cosas que era lo que sucedería si iba de nuevo a mi despacho a hacer papeleo que realmente no estaba haciendo, ni siquiera le prestaba atención.


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Buenaaas, aquí os dejo el capítulo 9, la verdad hoy espero escribir un poquito más, estoy en el 16 y no creo que sea mucho más larga la historia... sé que será más corta que la primera parte, eso asegurado.

En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Back to wait... you? ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora