Capítulo 7

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De alguna forma un poco extraña y compleja comenzaba a acostumbrarme a mi nueva vida y eso, de alguna manera, me asustaba. Era de noche y yo estaba sentado en el suelo de mi habitación, estaba a oscuras con la puerta cerrada, hacía un rato que había pasado la medía noche pero yo no podía dormir.

No era consciente cuánto tiempo había pasado desde que desperté en el hospital y toda mi vida se volvió..., caótica, era una palabra que Horacio usaba para referirse a su familia pero yo tenía claro que también era una palabra que describía bastante bien mi situación, seguía sin recordar nada, mi mente seguía estancada en ese día en el que me tumbé en el sofá de la comisaría, algo enfurruñado porque Conway y Greco no me dejaban en paz con el tema de Horacio y su confesión.

Eché la cabeza hacía atrás, apoyándola en la cama, no sabía realmente cuánto tiempo había pasado pero todo era diferente y de extrañamente, reconfortante. Me gustaba ir a patrullar con Parker y Alanna, me había acostumbrado a su forma de ser y a como le gustaba el chisme, incluso yo, de alguna forma, había comenzado a chismear también.

Me gustaba patrullar con Blake y ver como hacía el tonto durante cualquier cosa a sabiendas de que debería molestarme porque ese tipo de cosas en el trabajo siempre me molestaban. Y me gustaba Horacio, me gustaban muchas cosas de él.

Me gustaba el Horacio jefe del FBI que se ponía serio e imponía respeto hasta a las personas de otras fracciones porque era diferente a Conway, él tenía el respeto pero era por el miedo, Horacio tenía el respeto porque demostraba ser un jefe y alguien capaz de dirigir a todos. Me gustaba el Horacio que, a pesar de ser jefe, bromeaba con sus agentes, que chismeaba en el aparcamiento o bromeaba con ellos.

Me gustaba el Horacio con el que me encontraba en casa, a veces haciendo ejercicio, a veces viendo videos y otras simplemente estando, me gustaba como me sonreía porque era una sonrisa diferente al Horacio que solía conocer porque Horacio, el que tenía frente a mí, había pasado por muchas cosas que no conocía o que si conocía pero que no recordaba.

Me gustaba el Horacio que, a pesar de haber perdido parte de su brillo, seguía siendo el mismo alumno bromista que hacía un escándalo con su hermano pero también me gustaba el Horacio débil que se sentía sobrepasado por las situaciones o por la falta de su hermano.

De alguna forma que por supuesto nunca diría en alto me gustaba Horacio y me gustaba la vida que tenía ahora con él y con todos, de alguna forma había dejado el vodka de lado y había aprendido a entender como era el Volkov que no recordaba pero que era yo, había aprendido a abrazar su vida y a disfrutarla, dejando atrás esas noches en vela, esos reproches, todo lo malo.

Porque la vida seguía siendo mala pero aquí si me equivocaba no pasaba nada porque tanto mis compañeros como mi jefe me apoyaban y todo se sentía tan diferente a lo que estaba acostumbrado que no sabría muy bien como explicar lo que sentía.

En noches como esas, en las que no podía dormir y mis fantasmas del pasado venían pero yo no tenía vodka para hacerles frente me quedaba en el suelo, como esa noche, pensando en muchas cosas, porque el Volkov que debería ser y había olvidado tenía algo que yo no tenía y era haber superado sus traumas, haber aprendido a abrirse con el resto y a apoyarse en gente sin pensar en que se irán o peor, que se los arrebatarán.

Flexioné una pierna y cerré los ojos, había muchas cosas que yo aún no tenía como esa seguridad para decir que sí, que sentía algo por Horacio y la mayor diferencia entre el Volkov que había olvidado y el Volkov que era ahora mismo era esa, yo era el comisario de hielo, nadie, jamás, iba a enamorarme, yo jamás iba a tener pareja y simplemente moriría llegado el momento sin haber experimentado el amor y yo, el comisario de hielo, miraría a Horacio, sentiría algo en el estómago y diría que eran gases porque yo jamás me cuestionaría mis sentimientos.

Pero Horacio ya no era el que conocía y el Volkov que él conocía no era yo, Horacio había vuelto a poner las cartas sobre la mesa porque estaba claro que no importara cuanto cambiara, seguiría siendo él y seguiría dando el paso y el Volkov que yo había olvidado simplemente respondió que sí, que había sentimientos, algo que yo jamás hubiera admitido y que además, necesitaba tiempo para descubrir que eran.

Y Horacio no me decía nada sobre eso, Horacio no me presionaba para que dijera que sentía, no me presionaba para conocer que había dentro de mí, solo me daba el espacio que necesitaba y no tocaba el tema, como si no hubiera pasado y es que para mí, no había pasado porque no recordaba nada y eso me frustraba.

Quería recordar, quería saber si lo que yo le había dicho de que tenía sentimientos era lo mismo que sentía yo o era algo diferente y realmente eso que sentía a veces eran gases y no esas malditas mariposas que la gente nombraba y que yo jamás entendía.

Bostecé y me levanté del suelo, estirándome, miré el reloj, era tarde y mañana tenía que trabajar, al final incluso aunque había pasado tanto tiempo y yo no recordaba nada algunas cosas seguían igual como que yo tenía que hacer todo el papeleo así que era mejor irme a dormir si no quería arrepentirme al día siguiente.


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Aquí os dejo otro capítulo! Lo debería haber subido ayer pero no estuve en casa el todo el día..., la semana que viene volveré a la normalidad de las actus y... estoy escribiendo ya! voy por el capítulo 14 (creo)

No estoy respondiendo a los comentarios, perdón, es que me llegan muchas notis, voy a intentar a partir de este capítulo responder a todos porque vamos, mi wattpad es un poco caótico ahora mismo.

En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Back to wait... you? ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora