Epílogo

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El olor a mar llenaba mis fosas nasales y el sol brillaba sobre mi cabeza, estaba sentado tranquilamente fuera de la casa, teniendo un momento de tranquilidad durante los pocos minutos que la tranquilidad podía durar en esa casa al lado de la playa.

—¡Papá, papá! —gritó una pequeña mientras venía corriendo hacía mí, abrí los ojos, una pequeña niña con el cabello negro y ojos marrones corría hasta mí, yo abrí los brazos y ella prácticamente saltó sobre mí en la silla.

—Ten cuidado..., te vas a caer —advertí, ya que solía ser un poco torpe y caerse todo el tiempo, ella rio un poco y me dio un beso en la mejilla que me hizo olvidarme de que la estaba regañando.

—Perdón, pero papi dice que la comida está lista —dijo con su voz risueña llena de ilusión.

—Menos mal porque me moría de hambre, ¡estaba a punto de darte un mordisquito por aquí y todo! —dije y comencé a hacer como si le mordiera el brazo haciendo que ella riera a carcajadas.

Me levanté con ella en brazos y entré en la casa, Horacio estaba en la cocina junto a Gustabo, bromeando como siempre solían hacer, yo los miré, sobre todo a Horacio que me sonrió.

—Oye, ayuda a poner la mesa —dijo de forma autoritaria, básicamente me estaba mandando a hacerlo, yo dejé a la pequeña en el suelo y me llevé la mano a la frente, haciendo el saludo militar.

—Señor, sí, señor. —Horacio rió y negó con la cabeza, abriendo el horno para sacar el pollo que había metido hacía una hora aproximadamente, con las especias olía muy bien.

—No seas mandón —habló Charlotte mientras sentaba a la pequeña en su silla para que pudiera llegar a la mesa.

Mientras comíamos miré a mi alrededor, era nuestro día libre en el FBI y habíamos decidido hacer una pequeña comida en la casa de la playa para estar en familia, Gustabo y Charlotte habían sido invitados.

Sonreí, hacía unos diez años que yo había despertado en el hospital por una bala, diez años que Horacio y yo habíamos comenzado una relación que él había comenzado con el Volkov del futuro y nuestra vida había cambiado demasiado, para bien.

A veces recordaba esa época, esa época en la que había estado viviendo con un Horacio que no era con el que ahora compartía mi vida, Gustabo no había desaparecido, yo no había ido a Rusia, todo el futuro había cambiado y yo sentía que había pasado tanto tiempo que ese futuro paralelo y diferente se veía borroso en mi mente.

Negué con la cabeza a un comentario de Gustabo y seguí comiendo, ese Horacio con la quemadura en el cuello existía y esperaba que estuviera con el Volkov de su tiempo, siendo feliz como Horacio y yo lo éramos ahora mismo, nunca entendí que pasó, ni como volví, a veces siento que esos meses fueron solo un sueño pero sé que no lo fueron, porque Greco, Conway, Horacio y Gustabo vivieron ese tiempo extraño también.

—¿En qué piensas papá? —miré a mi derecha, mi hija estaba ahí sentada, comiendo tranquilamente mientras me miraba y yo sonreí, estirando el brazo para acariciar su cabello.

—En nada, княгиня, solo..., recordaba el pasado —dije sin más sabiendo que era algo muy complicado para que ella lo entendiera, tal vez, un día, le contaría la historia de como sus padres terminaron juntos, viaje en el tiempo incluido, pero como si fuera un cuento ya que sé que no me creería incluso si se lo contara de forma sería.


Y... FIN.


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Oficialmente... Back to you llegó a su fin, ya esta vez si que sí, no habrá más temporadas y es el momento de despedirnos del Volkov y el Horacio de este mundo que creé hace tanto tiempo, realmente me parece impresionante que haya llegado al final de la historia.

Quería agradecer sus comentarios y votos, tanto en esta segunda parte como en la primera ya que me han motivado mucho a seguir con la historia (っ◔◡◔)っ ❤

En fin, nos vemos en otras historias, otras vidas y otros sueños ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Back to wait... you? ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora