IX

900 123 17
                                    










——Creo que así debe de estar; no estoy completamente seguro —Dijo subiendo el cierre de un nuevo mameluco, había elegido ponerle un mameluco amarillo con patitos bordados. Después de ver dos tutoriales en YouTube sobre como abrochar un pañalero termino de vestir a Masaki, el bebé se dejó hacer mientras comía una última galleta de vainilla —. Si te molesta tienes cinco segundos para llorar, sino lo haces lo tomaré como que está bien.

El pelirrojo pataleo y balbuceo.

—Tu silencio vale más que mil palabras. —Sonrió satisfecho y paso el dorso de su mano por la frente, limpiando el agotamiento causado por la ardua tarea.

El sonido de su celular sonando desde la sala lo descorsento, cargo a Masaki y bajo a prisa; el bebé se sangoloteaba por los movimientos bruscos.

Cuando encontró el teléfono bocabajo entre los cojines reviso la pantalla, el contacto de Chūya junto a una selfie de ellos dos en una cafetería apareció.

Suspiró y atendió «—Diga.

«—¿Qué paso? —Seguramente tomó un momento para llamarlo y alejarse del ajetreo de la misión.

«—Tengo al enano aquí conmigo, funcionó lo que dijiste —Apartó los rizos cobre del rostro del menor, este sonrió —. Ya lo he cambiado.

«—Bien, quiero suponer que ya lo has bañado como te indique en las notas.

Su rostro se volvió más pálido, miró al niño y por ende el mismo rió gracias a la expresión del mayor.

«—Sí —Mintió —. Se resistió un poco pero al final lo logré.

«—Eso es raro —Ajustó su guante derecho, mientras, sostenía su celular entre su cuello y hombro —, a Masaki le encanta bañarse.

Rasco su mejilla «—No encuentro explicación. —Dirigió una mirada de regaño cuando el oji-café grito.

«—Bueno, gracias. —Su instinto supo que Chūya iba a colgar entonces lo detuvo.

«—Espera, espera, espera Chūya. ¡¿Cuándo regresas por tu mocoso?!

—¡Ma! —Grito con alegría Masaki extendiendo sus manos al teléfono. —¡Ma! ¡Ma! ¡Ma!

«—Por lo visto alguien necesita tu atención —Ryūnosuke trago saliva nervioso —. Te dejo.

—¿Chūya? ¡¿Chūya?! —Del otro lado de la línea solo estaba la presencia del pitido —¡Maldición!

—¿Ma? —El pelirrojo jaló su abrigo con insistencia —, ¿Ma? ¿Ma?

El azabache lanzó el aparato en el sillón y tiro de su cabello para atrás.

—No es nada niño. —Dió palmaditas en la espalda del bebé al sentir hipidos.

—¿Ma? —Preguntó por última vez tallandose sus ojitos aguados por lágrimas, estas gotas cristalinas acariciaban sus mejillas rosadas.

—¿Quieres un baño? —Lo cargo por las axilas y lo puso frente a él.

Lo balanceo un poco, lo aventó y atrapó una y otra vez, el bebé olvido su tristeza y rió divertido.

—Ota. —Pidió cuando el de abrigo lo cacho.

—No, es hora de bañarse.

Dicho, se llevó al bebé a su cuarto, lo acostó en la cama y comenzó a desvestirlo.

—Con lo mucho que me costó abrochar esta cosa. —Se quejo envolviendo al bebé con una manta, tomó la mochila con las cosas del infante y la arrastró hasta el baño de la habitación.

Abrió la llave de agua caliente de la bañera y también libero un poco del agua fría. Regulaba la temperatura del agua, y, con esa misma tocaba la superficie.

Cuando el agua estaba tibia y en buena cantidad cerro los grifos, abrió la pañalera y busco los artículos de higiene del pelirrojo. Encontró una bolsa transparente sellada con un cierre azul cielo.

Lo primero que saco fue el shampo, el estampado verde claro con la forma de un T-Rex se le hizo extraño, lo dejo pasar.

Arremango sus mangas de su camisa junto a los de su abrigo; metió a Masaki en la bañera, el bebé rió al sentir el agua tibia, pataleo y movió sus brazos salpicando al mayor.

—Sí si si, ya vi que estas completo en cuanto a las partes de tu cuerpo.

Apachurro el empaque del shampo hasta sacar una considerable cantidad, la mezcla azul brillante olía a mora azul y coco. La embarro en los cabellos y los tallo suavemente; burbujas comenzaron a brotar de la mata cobriza.

—¡Buja! —Grito el bebé al ver una pequeña burbuja volar hasta explotar en el aire.

—¡No te muevas enano, me salpicas!, ¡Y cierra los ojos!

Masaki rió antes de acatar la orden, cuando sus rizos fueron enjuagados los volvió a abrir. Ryūnosuke tomó el jabón en barra de la misma bolsa, lo pasó por el cuerpo del bebé con cuidado, sin embargo, en un resbalón tiró el jabón al agua.

—Carajo... —Murmuró buscandolo a tientas, aunque terminó por tirar el embase de shampo al agua —¡Mierda!

El infante rió por su torpeza, pataleo y balbuceo mientras mojaba el pecho del mayor.

—¡Ya basta mocoso! —El líquido se volvió blanquiento y con burbujas cubriendolo.

El pelirrojo chilló emocionado antes de empezar a salpicar más fuerte. El azabache estaba al borde del colapso, las burbujas volaban a sus ojos y su ropa estaba completamente empapada.

Su único consuelo era que por lo menos baño adecuadamente al bebé sin ahogarlo. —Por lo menos estas limpio. —Susurro recargando su codo en la orilla de la bañera, dejo caer su frente a la palma de su mano y dejo salir el aire que estaba conteniendo.

—Hora de salir enano. —Declaró tomando una toalla blanca cercana.

—¡Ño! —Dio una palmada tan fuerte al agua que terminó por empapar al de puntas blancas.

Apretó tan fuerte la tela que sus nudillos se tornaron blancos y sus mejillas se volvieron rosadas del coraje.

—De haber sido por mi te hubiera dejado en un orfanato con las monjas hasta que alguno de tus padres te fueran a buscar. —Seco sus hebras negras con la misma toalla.

El bebé por otra parte jugaba con el jabón como si fuese un barco de juguete.

Ryūnosuke se lo arrebato y metió a la misma bolsa de donde lo había sacado.

Los iris chocolate y su labio inferior temblando amenazaron con armar un berrinche sino se los regresaba.

—Sí lloras soy capaz de llevarte desnudo a la agencia de detectives para que te cuide Jinko. —El menor pareció entender y volvió a su juego con el agua.

—Veremos cuanto tiempo tardas en convertirte en una pasa... Ó que te lleve el drenaje de la bañera con lo chiquito que estas; lo que pase primero. —Dijo, aunque una fuerte toz lo detuvo de continuar.

Akutagawa retiro su abrigo, observó como también su camisa estaba más empapada, suspiro con fastidio sabiendo que tendría que bañarse.

Retiró completamente sus prendas y se preparo para entrar al agua.

—Hazte a un lado enano. —Le ordeno a Masaki, lo cargo y coloco entre sus piernas.

Abrió un poco más la llave del agua caliente y se contuvo de gritar por la sensación.






































Masaki y el tío Ryu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora