Se removió incómodo en su asiento, a pesar de que el cuello le estaba doliendo, forzaba a su cuerpo a seguir descansando e ignorar la molestia de sus brazos y cuellos.
Además, los llantos no le eran de mucha ayuda.
Frunció el ceño sin abrir los ojos, estaba a nada de ir y tumbar la puerta de sus vecinos para que callaran a su bebé.
La idea se esfumó como vapor al recordar que sus vecinos no tenían un bebé, ni siquiera tenían hijos.
Se levantó de golpe exaltado, tirando en el proceso la manta de su pecho. Los llantos venían de la planta alta.
Sus sentidos no estaban tan despiertos, por lo que, el liberarse de las ataduras de la cobija fue una tarea ardua.
Cuando lo logró, corrió hasta su habitación, giro el picaporte e ingreso asustado. Notó como un bulto de cobijas se removía de un lado a otro, las almohadas seguían en su sitio, afortunadamente.
Fue hasta la cama para encontrarse a Masaki llorando a todo pulmón, sus manitas luchaban para liberarse de los edredones, sus mejillas competían con su cabello en rojo, aunque también estaban empapapadas por las lágrimas.
——Diablos, mocoso, ¿en serio tienes que llorar por todo? —Le sacó de las cobijas con cuidado —. Un simple llamado sin lloriqueos hubiera sido suficiente; lloras como si te hubieran golpeado.
Masaki suavizo su llanto al ser atendido, estaba acostumbrado a tomar una siesta y comer en un determinado tiempo, Chūya y Dazai siempre iban con él al más simple llanto; sin embargo, Akutagawa tardó en escucharlo y despertarse en un lugar que no conocía termino por asustarlo.
Ryūnosuke suspiro cansado, él todavía quería seguir durmiendo. Rogaba porque los padres del oji-café llegarán pronto, ser niñero no era una de sus actividades favoritas y le estaba costando mucho trabajo; era capaz de arrancarse el cabello de la desesperación.
——¡HEY, HEY, HEY!, ¡¿QUÉ CREES QUE HACES MOCOSO?! —Preguntó molesto e incómodo cuando Masaki empezó a jalar su camisa cerca de su pecho en busca de alimento, lo único que logró fue chupar la tela y molestarse por eso. Renovó su llanto con más fuerza —. ¡Yo no soy Chūya, yo no tengo eso!
Su respuesta fueron más chillidos, un pequeño tic de nervios se presentó en su párpado.
Salió de la habitación, necesito de toda su paciencia para poder ignorar los chillidos del bebé; bajo a la sala para poder encontrar la pañalera; Chūya había dicho que había biberones esterilizados y leche en polvo que podía ocupar.
Maneobro con una sola mano para empezar a buscar lo necesario para poder preparar la leche. Masaki no cooperaba mucho, se removía bastante y luchaba por liberarse del agarre.
—¡Ya te voy a dar de comer, mocoso!, ¡Por dios, comes como un oso!, ¡Pareces muerto de hambre como el hombre tigre! —Sacó de la bolsa con mucho trabajo el pequeño topper con leche en polvo y un biberon de plástico transparente.
Pará su pesar tenía que poner a calentar el agua, había visto en series y películas a los bebés se les debía dar la leche tibia porque lloraban si no estaba a la temperatura que les gustaba.
Sentó al pelirrojo en el sillón, después con ayuda de Rashōmōn lo cargó a su espaldas, después del incidente donde Masaki uso su habilidad no cometería el mismo error; aprendió a la mala que el oji-café era muy escurridizo.
Busco entre el cajón de las ollas una qué le sirviera para calentar la cantidad necesaria de agua, decidió comenzar a poner la leche en polvo en el biberón, afortunadamente, el topper con el polvo venía con una nota con la caligrafía de Chūya con instrucciones de cuanta fórmula debía usar y cuanto tiempo debía calentar el agua.
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Masaki y el tío Ryu
FanfictionAkutagawa Ryūnosuke, mejor conocido como el perro de la mafia. Usuario de una habilidad con gran poder, siempre ha hecho un gran rendimiento en su trabajo, más ahora se le ha encomendado la misión qué para él es la más complicada. Cuidar de un bebé...