𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢 | sɪɢʟᴏ ᴍᴀɢɴɪғɪᴄᴏ³

Capitulo 1| 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎

Las mujeres danzaban en el harén con una sonrisa, las sultanas se encontraban envueltas en un cálido ambiente, pero todo la paz fue rota por los gritos de una criada.

— ¡LOS HIJOS DEL SULTÁN SE QUEMAN! — Hürrem salió corriendo inmediatamente mientras su corazón bombeaba fuertemente, parecía que se saldría de su pecho.

“—Allah, protege a mis hijos —”

Hürrem callo de rodillas siendo retenida por un guardia para que no se lanzará al fuego. El llanto se su pequeño se escuchaba claramente, pero no habían indicios de su hija.

El Sultán llegó al lugar, Ibrahim Pasha le impidió que ingresará a tal lugar en esas condiciones. Antes de que el Sultán pudiera replicar las acciones su siervo, una mujer salió con el Şehzade Mustafa y el Şehzade Mehmet entre su brazos. Las mujeres tomarnos a sus hijos mientras los abrazaban.

— ¡¿DONDE ESTA MI HIJA?! — Hürrem se acercó en dirección a victoria mientras sollozaba.

Aprovechando la conmoción de todos los presentes el Sultán del mundo se lanzó al fuego sin importarle los gritos de su siervo.

Suleymán intento divisar a su hija entre el humo y el fuego, conteniendo su respiración se acercó rápidamente a un bulto entre las mantas. Era su hija.

En ese momento él temió lo peor, la pequeña había inhalado el suficiente humo como para causarle una deficiencia respiratoria, pero aún estaba viva.

La madre Sultana lloraba desesperada, su leon aún no salía y ella temia por su vida y la de su nieta.

— Por Allah — El jadeó escapó de Hatice al ver cómo su hermano salía caminando en medio del fuego con su sobrina en brazos.

— ¡LLAMEN AL MÉDICO, AHORA! — Rugió el Sultán al ver cómo todos se quedaban pasmados.

Los guardias se movilizaron rápidamente. Hürrem se acercó al Sultán con lágrimas en los ojos.

Sus ojos verdes miraron acusadoramente a Mustafá, pero aún así no dijo palabra alguna, solo se alejó con Suleymán por los pasillos llevando a su hija a sus aposentos en espera de la doctora. Estaba asustada, su pequeña parecía estar inconsciente, o tal vez muerta.

— Tal vez no sobreviva — Esas palabras derrumbaron el mundo de Suleymán — No puede respirar correctamente y tampoco puede ingerir comida, deben alimentarla con sopa. Ya no hay nada que yo pueda hacer, todo queda en manos de Allah.

Hürrem acarició suavemente los cortos cabellos pelirojos de su hija. La quería aunque era una niña, el amor de Suleymán por ella había aumentado por darle aquella bonita niña, y saber que ahora la pequeña estaba a punto de morir por ese incendio solo le producía enojo y tristeza, odiaba a Ayse, pues le habían dicho que ella era quién había iniciado el incendio.

— Llamen a la hechicera — Hürrem miró impresionada a Suleymán — No importa el precio que tenga que pagar, soy capaz de entregar mi imperio por Turhan.