𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢 | sɪɢʟᴏ ᴍᴀɢɴɪғɪᴄᴏ³

Capitulo 22| Suspiros

Mihrimah paseo por el palacio junto a
Turhan, ambas charlaban de forma amena y con unas sonrisas radiantes en sus jóvenes rostros.

— ¿Aún deseas casarte con él? — Inquirió Turhan deteniendo su pasó siendo imitada por Mihrimah.

La castaña suspiro mirando en la misma dirección que su hermana encontrandose con Bali Bey y Mehmet entrenando.

— Como no tienes idea hermana — Suspiro frustrada — Pero el no me ama, aún me ve como una niña.

La peliroja asintio con comprensión, ideando un plan en su mente.

— Te casarás con él — prometió.

La pelirroja se removió incómoda en su cama, el sudor resbalaba por su frente y palabras incoherentes salían de su boca.
Yildiz tomo a la Sultana de los hombros y la obligo a despertar. La mirada esmeralda de Turhan se poso en la de su criada, y por primera vez Yildiz pudo ver la angustia reflejada en ellos.

— Su majestad debe calmarse — Limpio su rostro sudoroso a causa de las pesadillas — Solo fue un mal sueño.

Turhan trago el terrible nudo que se había formado en su garganta y asintió desviando la mirada a la ventana, dónde se podia apreciar la luna en lo más alto del cielo.

— Espérame aquí — ordenó y salio de la habitación dejando a la criada confundida.

— Soy yo — Susurro al sentir la daga en su cuello.

Mehmet la soltó rápidamente confundido, pues se había asustado de sobremanera al sentir como alguien se acostaba a su lado.

— ¿No puedes dormir? — La miró y ella asintio.

Turhan se acostó a su lado y paso su brazo sobre el torso del Şehzade, abrazándolo. El castaño se permitio revolver los cabellos de su hermana con cariño, y finalmente pudo sentirse como en años pasados, cuando solo eran unos niños y buscaban consuelo en los brazos del otro.

— Nos matarán si no hacemos algo — Soltó Turhan en voz baja.

El Şehzade suspiro.

— No lo harán, Mustafa es nuestro hermano, no lo permitiría — Refutó negándose a la cruda verdad.

Su hermana levanto el rostro y lo miro fijamente a los ojos, demostrándole el caos que se creaba en su interior.

—No seas ingenuo por favor — suplico en voz baja — Mahidevran no es tonta, ella necesita que tú mueras para que Mustafa tenga via libre al trono, tú eres la principal competencia de ese hombre.

Mehmet acarició las mejillas de su hermana analizando sus palabras.

— Eso no pasará.

— Lo hará, desde niña sueño con ese hombre siendo mi verdugo — Admitió con una tranquilidad que no se reflejaba en sus ojos — No deseo morir a sus manos, porque cuando esa mujer tome el trono nos ejecutara.

Dibujo círculos en el pecho de su hermano sintiéndose débil por revelarle uno de sus más grandes temores. Ahí Mehmet lo entendió todo, desde la crueldad y falta de empatía hacia los demás por parte de su hermana, ella solo era una niña de quince años haciendo todo por sobrevivir en esa dinastía junto a su familia, y el habia sido un tonto al no ver el panorama completo.

— ¿Que debo hacer? — La miró agobiado — No deseo ser un mata sangre.

La pelirroja levanto su rostro y lo miro fijamente, con la misma intensidad y cariño que solía verlo su madre.

— Debes demostrar que eres la mejor opción para ser el próximo Sultán, y yo estaré contigo Mehmet — Sonrió suavemente — Eres sangre de mi sangre, mi hermano adorado.

Los ojos del principe se cristalizaron y la abrazo fuertemente contra su pecho.

— Lucharé por el trono, por tí.

— Sultana — Reverencio Selim — Cada día más hermosa.

La pelirroja sonrió risueña en dirección a su hermano.

— Que adulador te has vuelto Selim — dejo el jarrón lleno de orquídeas sobre el taburete.

El pelirrojo se sonrojó bajando la mirada ante su hermana favorita, de su túnica saco una pequeña libreta de color negro y la extendio con timidez a Turhan, la cual la tomo y leyó sus primeras páginas quedando cautivada por los preciosos poemas que se encontraban allí.

— Esto es hermoso — Le sonrió cálidamente y lo abrazo.

— Algún día deseo ser un poeta y recorrer el mundo — Admitió sin miedo a ser juzgado por su hermana, pues sabía que ella lo apoyaría incondicionalmente.

— Si es lo que deseas yo te apoyaré hermano mío.