Capitulo 18| Desconfianza.

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Turhan miró de soslayo a aquella criada de su hermana, pues se había enterado que era muy cercana a la difunta concubina del sultán.

La peliroja pensó en como aún después de muerta una favorita seguía visitando los aposentos de su padre; lo cual le hacía pensar que habían matado a la equivocada.

— Te duele mucho — su mirada se llenó de preocupación al ver cómo Cihangir se quejaba.

Firuze se acercó al pequeño niño dándole algunos masajes, Turhan se acercó ignorando todas las incógnitas que pasaron por su mente.

— Déjame ver — Firuze se aparto.

La peliroja tomo un poco de aceite y lo unto en sus manos, luego con suavidad acarició la joroba de su hermano, buscando aliviar su dolor.

“— Es orgullosa, Pero aún así adora a sus hermanos.—”

Turhan se encontraba en la biblioteca, mirando por la ventana con una expresión neutra en su rostro

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Turhan se encontraba en la biblioteca, mirando por la ventana con una expresión neutra en su rostro. Yildiz entro en la habitación, denotando de inmediato la tensión en el aire.

— ¡Mi sultana a ocurrido una desgracia! — Captó la atención de la pelirroja — Unas criadas atacaron a la sultana Hürrem, han quemado su rostro.

La de orbes esmeralda se levantó rápidamente con la furia y preocupación desbordando por cada uno de sus poros.

— ¡¿Cómo demonios paso esto?! — Corrió por los pasillos junto a sus criadas sin detenerse. — ¡¿Dónde está mi padre?!

Gizem se acercó a paso rápido.

— ¡Nürhan y otras criadas se revelaron! — Turhan fruncio el ceño totalmente molesta — ¡Y el Sultán está en el palacio de  Hatice Sultán!.

Freno en seco al llegar a los aposentos de su madre.

— ¡Atención su alteza, Turhan Ęsmeray Sultán está aquí! — Hürrem se levantó de su diván rápidamente al ver cómo su hija ingresaba a sus aposentos.

La mirada ardiente en el rostro de su hija se oscurecio al ver el velo cubriendo el rostro de su madre, con suavidad se acercó a ella y la abrazo.

Los ojos de Hürrem se cristalizaron, pues había sentido tanto temor cuando el flameante fuego quemó su rostro, te el dolor insoportable se habia apoderado de su piel.

— Ellas pagaran tu dolor madre, lo juro — beso su frente. — Sumbulag pídele a Mehpare unas pomadas para las quemaduras.

El enuco salió de los aposentos.

— Esa mujer es una criada de Mahidevran. — Pudo ver cómo el cuerpo de su hija se tensaba con molestia.

La sangré de Turhan irvio como un torrente en sus venas.

La sangré de Turhan irvio como un torrente en sus venas

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— Ahí están, Sultana — Mehpare le entrego aquella antorcha a Turhan.

La pelirroja la tomo entre sus manos y caminó directamente a aquella mujer que había causado aquel desastre. Nürhan se removió intentando soltarse de los guardias que la retenian, Pero fue imposible.

— ¡TENGA PIEDAD SULTANA! — Lloriqueo.

La pelirroja hizo caso omiso y acercó la antorcha aún más, Nürhan emitió un chillido ensordecedor al sentir el fuego carcomer su piel.

— Están son las consecuencias de tus actos — La miró con frivolidad.

Hürrem miró todo desde el balcón.

La mujer se desvaneció en los brazos de aquellos guardias, con una simple orden de Turhan la sacaron esa misma noche del palacio de Topkapi y fue tirada al mar.

— Mahidevran debe perder su puesto como directora del harén — Gizem y Yildiz la miraron — Deben encontrar la manera de que Gülfem se entere de los préstamos a la mujer judía

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— Mahidevran debe perder su puesto como directora del harén — Gizem y Yildiz la miraron — Deben encontrar la manera de que Gülfem se entere de los préstamos a la mujer judía.

Sus criadas se observaron pensativa.

— Tal vez si alguien ataca a la señorita Gülfem en nombre de Mahidevran, será acusada y expulsada — Turhan se giró rápidamente en dirección a Mehpare.

Una sonrisa se extendió por sus labios.

— Entonces que así sea.

La mujer reverencio antes de retirarse.

— Así será mi Sultana.

𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢 | sɪɢʟᴏ ᴍᴀɢɴɪғɪᴄᴏ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora