𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢 | sɪɢʟᴏ ᴍᴀɢɴɪғɪᴄᴏ³

Capitulo 5| Nürhan

- Turhan Esmeray Sultán -

Recuerdo claramente aquel dia, tenía apenas cinco años cuando presencié algo que me dejó marcada para siempre.

Estaba jugando en los jardines del palacio junto a Mehmet y Mihrimah, cuando escuché un alboroto proveniente de los aposentos de mi madre. Mi curiosidad infantil me llevó a acercarme sigilosamente para ver qué sucedía.

Desde la puerta entreabierta, pude ver a mi madre, la Sultana Hürrem, y a  María Hatun, una de sus más cercanas confidentes. Estaban discutiendo acaloradamente, y aunque no entendía todas las palabras, podía sentir la tensión en el aire.

— Mamá, ¿qué está pasando? —Mi presencia fué  notada rápidamente.

Hürrem me miró con tristeza y me tomó de la mano.

— Esmeray, cariño, esto no es algo que debas presenciar — Su voz se torno suave.

Sus ojos verdes brillaron en tristeza y decepción al igual que un leve destello de furia se hizo presente en su mirada, eso me hizo entender que algo grave sucedía.

Pero mi curiosidad era más fuerte que cualquier advertencia.

—Por favor, madre, quiero saber qué está pasando — Mi insistencia estaba surtiendo efecto.

— Retirate María — apretó su mandíbula, la mujer salió con los ojos cristalinos.

Finalmente, mi madre suspiró y decidió explicarme.

— María, la mujer en la que confiaba, ha traicionado mi confianza. Ha ingresado a los aposentos del Sultán a escondidas, y eso es algo que no puedo tolerar — Suspiro pausadamente.

Mis ojos se abrieron de par en par, incapaz de comprender cómo alguien podía traicionar a mi madre de esa manera.

— ¿Por qué lo hizo, madre? — arrugue las cejas mientras procesaba aquella información — ¿Por qué nos ha decepcionado así?.

Mi madre me acarició el cabello con ternura aún con el corazón destrozado.

—  Aveces, las personas hacen cosas que no podemos entender, cariño. — apretó sus labios mirándome fijamente — Pero tampoco podemos perdonar, María o Nürhan, como se llamé, pagará ésto.

Sentí una mezcla de tristeza y enojo. Prometí a mí misma que nunca permitiría que nadie traicionara la confianza de mi madre nuevamente, pero eso me llevaría a cometer un acto terrible.

— Sultana — María me sonrió suavemente.

Voltee mi rostro mientras arrugaba mis cejas con enojo.

— No quiero hablar contigo — Sus ojos se abrieron con sorpresa — Ya no eres mi amiga.

María intento acercarse a mí, pero sin pensarlo la empujé sin mucha fuerza, pero ella estaba al borde de las escaleras, y antes de que cualquiera pudiera reaccionar ella ya había caído rodando por las escaleras.

— ¡MARÍA!  — Mis ojos se abrieron de par en par mientras mis manos temblaban.

Al rededor de su cabeza había un gran charco de sangre, y sus ojos estaba abiertos como platos, pero no sé movió ni nada por el estilo.

— Está muerta — el susurro angustiado por parte de Yildiz me saco de mi trance.

Pero antes de poder decir palabra alguna todo se volvió negro a mi alrededor.

“— Yo la maté —”

-tercera persona-

Las lágrimas resbalaban por las mejillas de Hürrem, la cual se encontraba arrodillada frente a la cama de su hija, llorando angustiada.

Turhan se había desmayado luego del accidente y Yildiz había tomado toda la responsabilidad, alegando de que había sido un accidente.

— Ella despertara pronto — la doctora se alejó al recibir su pagó.

Hürrem asintió con los ojos llenos de lágrimas, sintiéndose más tranquila.