𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢 | sɪɢʟᴏ ᴍᴀɢɴɪғɪᴄᴏ³

Capitulo 2| 𝐌𝐈𝐇𝐑𝐈𝐌𝐀𝐇

— Llévatela, no quiero verla — Hürrem fruncio el ceño mientras se negaba a observar a la niña que había dado a luz.

Todo la ponía de mal humor luego de su pelea con Suleymán. Lo que más le enfadaba era que las otras mujeres del palacio en ese preciso instante se estaban burlando de ella por haber dado a luz otra niña, la primera era amada por Suleymán, era la niña de sus ojos, pero ¿Suleymán aceptaría otra hija?.

— Madre Sultana, Hürrem Sultán se niega a alimentar su hija. — Hafsa suspiro sonoramente mientras su mirada se oscurecia.

La Valide puso mala cara.

— ¿Quien se cree esa mísera esclava para rechazar a un hijo de esta noble dinastía? — se cuestionó a si misma enfadada.

Daye la observó esperando órdenes

— Vamos, esa niña debe tener un nombre — Se puso de pie luego de unas cuantas oraciones.

— Cuando estaba rezando, levanté la cara y mi mente se ilumino brindándome un nombre hermoso — Mecio la bebé — Su nombre será Mihrimah, Sol y Luna.

Hürrem ni se inmutó, eso provocó aún más la ira de la madre Sultana.

— Bien, si no la quieres me la llevaré — Giró sobre sus talones y se retiro con la bebé en brazos.

Hürrem apretó sus puños, luego sonrió en dirección a María.

— Trae a mi hermosa Esmeray.

Hürrem sostenía a su hija entre sus brazos con una sonrisa mientras observaba dormir plácidamente a Mehmet.

Una mueca se formó en su rostro mientras recordaba a Mihrimah.

— Firial, dile a la madre Sultana que deseo ver a Mihrimah. — La mujer asintio mientras se retiraba.

— Es hermosa — Suleymán acarició suavemente su cabezita.

Hürrem sonrió.

— Tiene tus ojos y cabello. — comparo lo obvio.

El Sultán asintió mientras sonreía. Su mirada se desvío en dirección a Turhan, la cual lo observaba anonadada.

— Tal vez cree que la cambiarás por Mihrimah — Bromeó Hürrem más tranquila al ver que Suleymán aceptaba a la niña.

— Eso no pasará, Turhan es mi Sol, la luz de mis ojos, no estoy diciendo que no amo a Mihrimah, pero Turhan es y será la primera y la más amada. — Él tomo a la bebé de cabellos fuego entre sus brazos, sus ojos brillaban de amor mirando a su hija.