Tourniquet

656 26 54
                                    

Narrador: Omnisciente

"I am your torniquet"

Todo el mundo sabía de ellos. El mundo en el que ellos vivían no eran tan diferente al de nosotros.

Natalia De La Rosa y Gustavo Cerati eran pareja de hace casi más de 2 años. Y vaya que su relación era bastante desastrosa. Empezando por la diferencia de edad, Natalia lo conoció cuando ella tenía 17 y Gustavo 28.

Gustavo se refugiaba en las drogas, el alcohol y por supuesto en otras mujeres. Cómo todo un rockstar. ¿No?

Natalia sí se drogaba y se alcoholizaba y solo era porque Gustavo la obligaba, o bueno eso parecía.

Una vez más, la famosa pareja del momento se encontraba en una fiesta que por sorpresa y fortuna, no estaba tan repleta de gente como normalmente habría que estar una.

- Vení amor - Gustavo mando a llamar a Natalia. Aunque por su voz se notaba que estaba "levemente" ebrio.

- Que pasa amor - Natalia preguntó dirigiendose hacia él.

- Vení, sentate acá - Gustavo dio una palmadita en sus piernas y alzó sus brazos.

Natalia hizo caso y se sentó en sus piernas.

La mesa que tenían enfrente de ellos estaba repleta tanto de alcohol y drogas como, también, de comida y otras bebidas sin importancia.

A Natalia muy en el fondo eso no le gustaba para nada.

- Mira esto está muy bueno, probaló - Gustavo le ofreció un vaso que definitivamente era alcohol pero combinado con una sustancia que no era reconocible a olfato.

Natalia hizo una mueca al oler la bebida.

- ¿Que es esto? Huele horrible - Natalia miró con asco el vaso en sus manos.

- Dale, amor, probaló por mí, ¿Sí? - Gustavo hizo una especie de cara tierna, que daba más miedo que otra cosa, por todo el alcohol en su sistema.

"Hazlo por mi, ¿Sí?" Cuántas veces Natalia no oyó eso cuando no quería hacer algo que Gustavo quería. (O necesitaba)

Natalia dudo un poco ante su petición.

- Bueno, está bien - Natalia se acercó ese vaso a su boca y sin pensarlo dos veces, se lo bebió de un solo trago.

- Eso, eso es, esa es mi niña - Gustavo la miró atentamente mientras bebía su vaso entero.

- Tomá esto también. - Gustavo ordenó, dándole un pequeño sobre con una sustancia.

- ¿Que es esto? - Natalia volvió a su típica pregunta cuando desconocía de algo.

- Nena, hacés muchas preguntas ¿No crees? - Gustavo sonrió con malicia

Pero esa repuesta no respondía a su pregunta.

- Simplemente, es para nosotros dos. - Gustavo se acercó a su cuello, y fue tocando los muslos de Natalia. Haciendo que ella se ponga incómoda.

- Gustavo. - Natalia murmuró - Basta- Prosiguió.

- ¿Que? ¿Acaso no me querés? - Gustavo murmuró contra su cuello.

- No es eso, me pones incómoda. - Natalia trató de alejarlo.

Gustavo bufó.

- ¿Incómoda? - Gustavo dijo con ironía. - Bueno, andate. - Gustavo la quitó bruscamente de él.

- Pero, Gustavo... - Natalia no continuo

- Pero, Gustavo. - Gustavo imitó a Natalia - Ya te dije que te fueras.

Natalia simplemente se fue. Sus lágrimas brotan lentamente de sus ojos.

Ella ya estaba cansada de los constantes tratos de Gustavo hacía ella. Pero, no lo podía dejar, lo amaba demasiado como para dejarlo ir.

Y eso era lo peor. Que lo amaba tanto como para dejarlo.

Natalia se dirigió a casa. Estaba completamente sola. No estaba Gustavo, solo ella, y sus gatos.

Natalia decidió tomar un baño relajante, para alejar sus pensamientos y aclarar su mente.

Después de eso bajo a comer algo. Y Gustavo todavía no llegaba. Ya casi era medianoche y él todavía no llegaba.

- No lo voy a esperar toda la noche, está loco - Murmuró para sí misma cuando terminó de comer.

Vio algo de televisión, y sí, estaba esperándolo. Pero a quien engañaba, él no llegaría hasta pasada medianoche, o posiblemente pasado mañana.

Después de media hora, se fue a dormir. Ya no lo iba a esperar hasta más noche. Era demasiado tarde y Gustavo acostumbraba seguir la fiesta aún así amaneciera, entonces no tenía sentido, se preocupaba tanto por él, y él estaba quizá teniendo sexo con alguna mujer de ahí.

- Amor, ya llegué - Gustavo murmuró en su oído.

- Despertá - Gustavo la movió un poco haciéndola quedar boca arriba.

- Mi amor - Gustavo canturreó.

Natalia apena hizo un ruido audible.

- Mmhm? - Natalia se frotó lo ojos aún con sueño.

Gustavo sonrió y la besó.

Su beso no tenía buenas intenciones.
Sus manos se iban desplazando por toda la cadera y muslos de la joven.

- Pará, Gustavo - Natalia susurró

Gustavo resopló irritado.

- ¿Que, ahora también me vas a negar acá en mi propia casa? - Gustavo la mantuvo mirando a los ojos.

- Es que, Gustavo, no quiero, quiero dormir, tengo sueño. - Natalia pidió.

- Bueno, entonces, me largo de acá. Iré con esa amiga tuya, ¿Cómo se llama? Ah, Valentina, era ¿No? - Gustavo retó a Natalia, y se retiró de encima de ella, la estaba provocando, ella sabía que él si era capaz de hacer tal cosa. Simplemente por saciar sus necesidades íntimas.

Natalia respiró profundo.

- Gustavo, no empieces por favor - Natalia se empezaba a cansar. Esto implicaba una pelea que al final sería dándole la razón a Gustavo en la cama.

- Bueno, ¿Que querés que haga? Si vos decís que me amas tanto ¿Por qué no sos capaz de cumplirme cuando yo quiero? - Gustavo estaba bastante molesto.

- Gustavo por favor, no quiero discutir. - Natalia empezó a sentir su cabeza como su fuera a reventar

- Bueno, si no querés pelear, simplemente satisfaceme - Gustavo la miró enojado.

Natalia acepto sin renegar. ¿Que más podía hacer?

Al fin de cuentas ella era el torniquete de la relación¿No?.

---------------------------------------------------------
Un capítulo bastante choto pero bueno, les actualice está historia. No sé por qué se me ocurrió hacer este cap pero creo que no quedó tan mal.

Nos leemos luego

Atte: Alejandra 🧸

GUSTAVO CERATI (ONE SHOTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora