¿Asistente? (pt2)

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Giorgia Fuentes


Cuando había llegado a mi casa, recibí una llamada de un número que no conocía, lo cual se me hizo bastante extraño, ya que casi siempre las personas que me llamaban las tenía registrados en mis contactos, o simplemente se equivocaban de número.

Atendí y acerqué mi teléfono a mi oreja.

- ¿Giorgia? - Preguntó una voz que reconocí de inmediato, por el simple hecho de que había hablado con él hace unas horas.

- Gustavo, ¿Que pasa? - Saludé de mala gana, mi día no había sido el mejor, y su llamada no me alegró en lo absoluto.

- Emmm, quería saber si vos... ¿si te... gustaría venir a un ensayo conmigo? - Preguntó él y yo me quedé pensando unos momentos. - ¿Hola? ¿Seguís ahí? - Habló Gustavo al ver qué no respondí.

- Sí, sí, estoy acá. Pero lo del ensayo ¿Dónde va a ser? - Pregunté

- En un estudio que hay por acá en Buenos Aires. - Dijo algo más entusiasmado. - Vos no te preocupes, yo paso a recogerte. - Volvió a decir.

- Bueno, está bien. Pero ¿Cuando es? - Suspiré y tuve que preguntar.

- Es hoy. - Afirmó

- ¿Hoy? - Volví a suspirar.

- Si ¿Hay algún problema? - Preguntó un poco preocupado.

- No, no, está bien. - Mentí, obviamente no estaba bien, quería descansar, pero "mi querido trabajo" no me lo permitía.

- Bueno, entonces, te paso a buscar en unos 30 minutos ¿Te parece? - Gustavo inicio.

- Sí, si, está bien. - Respondí, mientras subía las escaleras de mi departamento hacia mi recámara para alistarme después de la llamada.

- Bueno, ¿Me pasas tu dirección? Eso sí no lo tengo. - Río suavemente.

- Eh, sí. - Le pasé mi dirección y colgué la llamada después de despedirnos.

Me dí un baño rápido, y me vestí, no muy extravagante, más bien, algo casual. Una camiseta blanca y un pantalón negro, con mis par de tacones del mismo color del pantalón.  Arreglé mi pelo, hoy lo iba a llevar suelto. Me maquillé levemente y listo.

Ahora tenía que esperar a Gustavo. Después de unos 5 minutos había llegado.

Él llegó en un auto y estaba vestido, casi igual que yo. A diferencia del pantalón que era azul de mezclilla

- Hola. - Saludó y bajó del auto y abrió la puerta del copiloto.

- Gracias. - Entre en el auto y él a los pocos minutos entro para conducir.

Estábamos en silencio mientras Gustavo manejaba, hasta que él entabló una conversación.

- ¿Y qué te gusta hacer? - Su pregunta me desconcertó y lo mire confundida.

- Pues no sé, me gusta leer, y también dormir. - Respondí tratando de pensar en que otra cosa responder.

- Bueno, a mí me gusta también leer, y obviamente la música, aunque de más chico dibujaba bastante, hacía historietas y todo eso. - Sonrió.

- ¿Y vos estudiabas? - Pregunté, él asintió.

- Estudiaba publicidad, pero me incliné más por el mundo de la música. - Habló y yo escuchaba atentamente. - Y después conocí a mis compañeros de banda que son 2, Charly y Zeta, aunque se llama Héctor pero así le decimos los amigos. Charly es rubio y Zeta no tiene pelo. Así los reconoces más fácil. - Río levemente.

[...]


Una vez que llegamos al ensayo, básicamente era como una especie de cabina, como las de la radio.

Ahí estaban dos hombres que imaginó que eran amigos de Gustavo.

- Gustavo. - Saludó Charly y era un poco más alto que Gustavo.

- Charly. - Hablo Gustavo, y llegó el que imagino que era Zeta.

- Gus. - Saludo el otro hombre.

- Miren, ella es Giorgia y es... eehhh. - Gustavo me señaló, entonces yo continúe.

- Mucho gusto, soy Giorgia, novia de Gustavo. - Los ojos de los hombres parecían querer salirse de sus órbitas.

- Pero, Cecilia. - La frase del rubio fue interrumpido por un codazo proveniente de Zeta.

- Que imprudente que sos, Charly. - Zeta río.

- Bue, perdón. - Charly me dirigió una mirada apenada. Yo reí.

- No nos hemos presentado, yo soy Héctor Bosio, pero me podés decir Zeta, y este imprudente de acá es Charly. - Asentí.

- Si, ya los conocía. Mucho gusto. - Hablé y ellos levantaron las cejas con interés.

- ¿Escuchas a Soda? - Preguntó el rubio.

- No, Gustavo me habló de ustedes. - Los dos asintieron y Gustavo dijo que era hora de ensayar.

Los 3 eran muy buenos músicos y realmente disfrutaba de sus canciones que algunas por lo que tengo entendido, las estaban volviendo a ensayar para una "gira de despedida" según palabras de Gustavo.

Después de unas horas. Terminó el ensayo y ellos se quedaron conversando unos minutos.

Sinceramente yo me quería ir de allí, tenía demasiado sueño.

Estábamos sentados los 4 y ellos conversaban.

- Gus ¿Ya nos vamos? - Pregunté actuando como su novia.

- ¿Por qué? ¿Pasa algo? - Preguntó con preocupación.

- No, es que tengo sueño. - Dije y él sonrió.

- Duerme. Yo estoy acá. - Dijo y yo le dí una mirada. Pero terminé aceptando. No supe en qué momento, pero me quedé dormida.






GUSTAVO CERATI (ONE SHOTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora