CHAPTER FIVE

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"Food fight"


¿Qué cómo la estaba pasando con todo esto del castigo hacía Malcom y Reese? Bueno, para ella estaba siendo fenómenal. Los traía como sus lacayos y eso le agradaba, para ser sinceros.

- ¡Reese! - le habló desde el lugar donde estaba, aplaudiendo con sus manos para que fuera hacía ella, con su grupo de amigas quienes reían por lo bajo.- ¡Malcom!, ¡Vengan aquí!

Desganados, aquellos hermanos se acercaron a ella listos para cumplir con lo que les pediría, esta rutina, además de resultarles desagradable y humillante, hacían que quisieran vengarse más de la chica, y Malcom, quien al inicio no quería hacer nada por molestarla, ahora pensaba lo contrario.

- ¿Si, Rebeca? - preguntó Malcom fastidiado, seguido por Reese.

La chica rio con diversión seguida de sus amigas.- ¿Lo ven?, les dije que vendrían.

Ambos chicos rodaron los ojos, molestos, afortunadamente para ellos, este era su último día sirviéndole a la chica quien no paraba de ponerles retos humillantes y obligarlos a traerles comida.

- Malcom, compranos comida, ya sabes lo que cada una quiere.- ordenó dejando dinero en su mano y guiñandole el ojo, sádicamente.- Y tu, Reese, entrega las tareas de todas antes de que las clases comiencen.- Le dijo mientras aplaudia para que reaccionaran.- ¡Vamos, no se queden ahí parados!

Molestos, se dirigieron a hacer lo que les pedía mientras se quejaban en el camino.

- Vamos, ¿qué se cree? - habló Malcom.

- Lo sé, ¿en serio cree que solo por ser bonita haremos lo que quiera? - se quejo Reese.

- Te dije que no la molestarás ese día, idiota. Mamá iba a llegar pronto.

Después de discutir un rato, Malcom se dirigió a comprar lo que la chica le había pedido. Pero, al verla a lo lejos mientras que se acercaba, riendose con sus amigas y burlandose de ellos, una furia enorme se apodero de él. Camino hacía el salón, molesto y tiro las cosas en el cesto. Se recargó ahí pensando en el porque le afectaba lo que ella pensará.

Sabía que muchos lo consideraban un perdedor, ya estaba acostumbrado a ello, pero por alguna razón, verla burlándose así de ellos no podía soportarlo.

Por otra parte, la castaña sintió su estómago rugir y giro molesta en dirección a la cafetería, donde no había ni una señal de Malcom.

- Mierda, le dije que se apurasé.- hablo para sí misma, entonces recordó que tenía refrigerios en su salón y creyó que sería buena idea ir por ellos en lo que el chico Wilkerson llegaba con su comida.- Oigan, vuelvo pronto.

Se levanto del lugar despidiéndose brevemente de sus amigas y entró al salón, donde vio al chico frustrado viendo a la ventana con notable enojo.

- ¿Malcom? - pregunto cuando lo vió, rió irónica sin notar lo molesto que estaba el del medio.- Oye, tú, te pedí que nos trajeras comida, ¿y vienes a encerrarte acá?, ¿quieres que Louis se entere?

Amenazó burlona acercandose, al ver que el chico no reprochaba nada (que era sumamente raro en él), lo tomo del hombro para que lo viera y lo giro hacía ella.

Si le preguntarán si se esperaba lo que paso a continuación, bueno, era claro que no. El del medio de los chicos, hecho una furia la empujo ligeramente al verla cara a cara, la chica tropezó sobre sí misma y tartamudeo al verlo tan enojado.

- ¡Oye!, ¿cuál es tu problema, eh? - cuestiono la castaña, levantándose rápidamente.

- ¿Por qué tienes que ser tan mala siempre?, ¿crees que estás en el derecho?, ¿qué te hace creer que puedes tratarnos como mierda y burlarte de nosotros? ¡Mi vida ya es horrible como para que vengas tu a empeorarla!

La oji-azul parpadeo anonada por un instante y sin palabras ante los gritos del chico del medio. Cuando se recompuso, le devolvió el empujón.- Hey, ¿hace falta recordarte que fueron tu y tu hermano quienes iniciaron esto? ¿Qué nadie nunca te ha dicho que eres un quejoso, Wilkerson? ¡Reacciona, todos tenemos problemas!

- ¿Y a ti nunca te han dicho que eres una odiosa? Vamos, al menos yo sí tengo una familia de verdad. - Las palabras salieron más rápido de la boca de Malcom de lo que el las pudo pensar. Tragó saliva al escucharse a si mismo y vio los ojos de Becca transformarse al escucharlo.

Ups, había tocado una fibra sensible.

- ¿Qué carajo dijiste? - preguntó hecha una furia acercandose al chico quien retrocedía hasta ser acorralado por la pared.

- No quise decir eso - intentaba excusarse, el fuego que veía en los ojos de la castaña le aterraban. Al verla ya tan cerca y con cara de querer matarlo, tomo una desición increíblemente estúpida. 

- ¿¡Qué mierda, Malcom!? - exclamo la oji- azul al sentir la pintura descender de su cabello a su cuerpo. La chica por reflejo tomo otro de los botes con pintura cerca y se lo arrojo al chico.

- ¡Carajo!, ¡Estás loca! - viendo que más podría arrojarle, optó por la comida que la chica iba a tomar, pero esta tuvo los reflejos suficientes como para esquivar la comida. Molesta, abrió una botella de agua cerca y vertió el contenido hacía el chico mientras intentaba esquivar sus ataques moviendose entre las bancas.

- ¡SUFICIENTE!

Sin embargo, antes de que su guerra con pinturas siguiera, la voz de una muy molesta maestra y susurros chismosos se escuchaban desde la entrada del aula.

La castaña tragó saliva y giro lentamente antes de ver a muchos de sus compañeros en la entrada del salón y a su maestra de brazos cruzados.

- Este comportamiento es inaceptable. Vayan a la oficina de la directora ahora mismo.- Vociferó furiosa.

- P-pero maestra, él empezó... - trató de excusarse la oji-azul.

- ¡He dicho que los dos!

Y fue así, como entre codeos y malas miradas, ambos adolescentes iban hacía la oficina donde recibirían su castigo.

- Eres un idiota, Wilkerson. Ahora en serio la cagaste.- le reclamaba la castaña.

- Te recuerdo que no solo yo tengo la culpa.- se excuso.

Al entrar a la oficina, se sentaron frente a la directora, quien los veía con el ceño fruncido.- ¿Otra vez ustedes peleando? Veo que ahora si hicieron un desastre, ¿no?

Habló viendolos de reojo manchados de diferentes cosas. 

- Lo siento mucho, directora..- se disculpo Becca y Malcom solo tenía una mueca de disgusto en la cara.

- Que bueno que lo sientas, dulzura, porque ese salón no se limpiara solo. Lo harán ustedes hoy y será todos los días por esta semana, ¿les quedó claro? Le llevarán además este aviso a sus padres de su mal comportamiento y daño al aula.

La castaña no podía formular palabras al salir de lo furiosa que estaba. ¿Ella?, ¿un aviso? nunca le habían dado uno. Jamás. Había recibido el primero gracias a Malcom Wilkerson.

Esto no se iba a quedar así.

Survivor | Malcom in the middleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora