Dear, Nana || Yumark

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La fiesta de cumpleaños de Nana

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Mientras agarraba la mano de Nana y caminaba hacia el lugar donde estaba el pony, Mark solo podía pensar en Yuta. En los besos que le dio, en la manera en que olió sus feromonas...

—¡Papá!

Fue el grito que lanzó Nana lo que finalmente logró despertarlo.

De repente, cuando llegaron al jardín, se dio cuenta de que la fiesta ya había terminado y de que el jardín estaba prácticamente vacío. Junto con su madre, algunos de los hombres de Yuta estaban recogiendo platos desechables, arreglando las sillas plegables o simplemente, quitando la basura de un lado para ponerla en una bolsa.

Mark chasqueó la lengua mientras pensaba en que él era quien tenía que estar arreglando todo eso, no ellos.

En realidad, quería hablar un poco más con Yuta y arreglar algunas cosas importantes... Pero cuando Nana tomó su mano, Mark se vio obligado a acompañarlo y por eso ahora están allí. Caminando hacia el lugar donde estaba atado el pony.

El niño lo ve y de inmediato lo suelta, corre y le dice a Mark que quiere subirse de nuevo.

—Nana, ¿Te gustó el regalo?

—¡Sí! ¡Mucho!

Mark, miró a Nana... y por primera vez en años pasó un tiempo considerablemente largo inspeccionando sus brillantes ojos azules.

—¿Dijiste "gracias" por el regalo de cumpleaños?

Cuando se lo preguntó, Nana negó con la cabeza y luego gritó: "¡Gracias, tío!" al aire.

Tío, eso es... definitivamente algo nuevo.

—¿Quién es tu tío?

—¡El tío Yuta!

—¿Cómo...?

El niño le sonrió enormemente, pero Mark solo se mordió los labios con fuerza. Ya no dijo nada...

Cuando el pony dio un paso adelante y se dejó acariciar la cabeza, se notó de inmediato que era un animal bien entrenado. Pequeño y adecuado para que Nana lo montara. Se sorprendió de nuevo. ¿De dónde sacó algo cómo eso en un solo día? Era brillante.

Malditamente habilidoso.

Mientras veía al niño pasear en el caballo y pensaba a profundidad sobre esto y sobre aquello, uno de los hombres que estaba siempre con Yuta de repente se acercó y lo miró.

Era extraño que hicieran eso, así que también alzó los ojos.

Comenzó a toser.

—Oh, lo siento... No debes saberlo porque eres un Beta, pero nuestro jefe acaba de tener un fuerte desajuste de hormonas y es bastante pesado estar aquí. Vamos a irnos ya.

Mark, que miraba al hombre que estaba todavía de pie frente a él, se congeló con fuerza en un segundo. Hace un rato, Yuta lo besó y entonces... Sintió que el ambiente se había vuelto verdaderamente extraño. Más aún cuando le mordió la nuca.

Se sentía, como si fuera a ahogarse.

Mark miró a su alrededor. Los Alfa desprenden las misma feromonas, pero en particular, las feromonas de un Alfa de alto grado hacen que los otros Alfa sientan miedo. Es conocido incluso que los Alfa a menudo liberan feromonas para aplastar el espíritu de los grados inferiores.

Entonces, si Yuta, el mejor Alfa de San Diego ahora está descontrolado, el hombre Alfa que está parado junto a él debe tener muchas dificultades para respirar.