Parpadeo lentamente intentando acostumbrarse a la poca luz que lograba ingresar del ventanal, el cual daba justo en su rostro. Se removió apenas en las suaves sábanas abriendo ambos de sus ojos y observando la habitación en la que se encontraba. Percatandose del detalle que esa no era la habitación que solía compartir con Jungkook en su recidencia. Nuevamente se removió en su lugar sintiendo su cuerpo entero doler por el movimiento, mareandose por tal acción.
Su mirada cayó en su cuerpo en dónde se percató de que no tenía nada más puesto que una bata de seda que cuidaba su desnudez. Su cuerpo comenzó a tener leves espasmos cuando el miedo comenzaba a apoderarse de él, ¿dónde estaba? ¿por qué estaba casí desnudo en esa cama? ¿acaso..? casí que iba a saltar de la cama sin importar que tan débiles se encontrarán sus piernas, más no lo hizo porque sintió un pequeño tirón en unos de sus brazos, así que buscando el lugar del dolor, se encontró con que tenía una pequeña aguja puesta en su antebrazo del lado derecho.
Aún más asustado y confuso estuvo a nada de retirarse por cuenta propia la aguja, más sabía que aquello podía traerle consecuencias poco agradables y no quería más cosas negativas en su vida. Sus pensamientos no duraron mucho ya que una Omega delgada, con sus cabellos castaños teñidos en su mayoría por hilos blancos; se acercó a él rápidamente cuando lo vió despierto, siendo seguida atrás por una Alfa.
Taehyung se tenso y se colocó al medio de la cama a duras mientras con la otra de sus manos intentaba taparse con la delgada sábana de la cama.
La mujer frente a él pareció analizarlo de pies a cabeza. Hasta que la voz de esta rompió el silencio.
─¿Cómo estás, cielo? ¿te duele algo?─preguntó la mujer. Más sus preguntas no fueron respondidas por el castaño que se encontraba temeroso en la cama.─Se que esto debe ser extraño para ti, seguramente debes estar confundido. ─Ella suavizó su mirada dedicándole una pequeña sonrisa al contrario.
─Responderemos a todas tus preguntas, pero por favor responde las de mi madre primero, ¿si?─dijo está vez la Alfa, colocando una palma de su mano en -la que supuso por sus palabras- su madre.
Taehyung algo indeciso e inseguro solo se limitó a asentir y a taparse más con las sábanas de la cama, dejando solo su rostro al descubierto.
─Señor, ¿puede decirnos cómo se encuentra justo ahora, por favor?─preguntó la Omega nuevamente, siendo paciente.
─E-estoy.─se aclaró la garganta por la resequedad.─M-me siento cansado, mi cuerpo se siente pesado. T-también tengo un poco de hambre.
─Jisol, llama al Doctor Jung, por favor, dile que venga lo más rápido posible.─se dirigió a la Alfa y ella dió un asentimiento para salir sin más de la habitación, cerrando la puerta en el camino.
El Omega debía confesar que se sentía un poco más seguro sin esa Alfa ahí, le daban cierto miedo los Alfas, más después de lo sucedido.
─Y-yo, quiero saber s-si me tienen o, ¿piensan hacerme algo? L-la última vez que estuve conciente estaba a manos de un
A-alfa.─Tranquilo, mi hijo Alfa te encontró en la residencia del señor Bae, él y mi hija te trajeron hasta aquí. No te preocupes, cielo, estás a salvó en nuestra pequeña pero cálida manada.
─Y-ya entiendo.─murmuró con la cabeza gacha, no sabía si confiar o no de esas personas.─M-muchas gracias por haberme salvado, de no ser por eso ellos, esos Alfas y Betas, el señor Chung-ho..─sus orbes se cristalizaron rápidamente ante el solo pensamiento de que alguno de esos hombres hubiera abusado de él.─¿Dónde estoy? Me gustaría, me gustaría saber.
─Antes que nada, me presento y soy la Señora Myeon. Lee Myeon.─se corrigió.─Luna de la Manada de Arkham.
─U-un gusto, yo soy Kim Taehyung, próxima Luna de la manada Black Wolves.─se presentó y el chillido que pegó la Omega hizo que soltará una apenas audible risa por la linda reacción de la mayor.
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Te salvaré || JKK & KTH || Omegaverse.
FanficKim Taehyung después de la muerte de sus padres se queda con la única persona que no lo dejo, quién diría que había que pagar un precio para ello. Jeon Jungkook un Alfa puro y él líder de una de las más grandes y poderosas manadas. Quién diría que e...