Félix se ha librado del ambiente tóxico de su casa gracias a su hermano mayor, Chan. Félix tiene una fobia muy extraña hacia las personas de tipo fuego.
Hyunjin, es un alfa muy guapo y deseado, sin embargo, no se interesa realmente en nadie, pero ex...
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-¿A qué viene esa mirada?-me dijo despreocupado haciéndome un gesto para salir de la habitación, miré por última vez a Félix
-¿Qué tipo de relación tienes con él?- le dije directo y serio.
–¿Con Félix?, ¿Por qué preguntas?- me dijo tranquilo, se notaba a millas que estaba feliz.
-Te voy a ser sincero- dije seriamente, él me miró despreocupado- a mí...
-Te gusta Félix-dijo interrumpiéndome.
-¿Cómo...?- dije desconcertado.
-Es obvio, como lo miras, como eres cuando estás con él, tus celos por mí, es muy obvio- lo mire expectante y lo desconcertante era que él no parecía enfadado- Para tu información él y yo no estamos saliendo, de hecho, a partir de hoy tengo novio- dijo orgulloso.
-Esconces... ¿Por qué viven juntos?--pregunte.
-Eso te lo tendrá que contar él-dijo tranquilo- puedes quedarte en esa habitación- dijo señalando la puerta que se encontraba al lado de la del pecoso- lleva mañana a Félix a la universidad, yo empiezo a trabajar y no puedo hacerlo yo, si lo haces, te lo agradecería- el alfa me dedico una sonrisa y entró en una de las habitaciones, que seguramente era su habitación
Después de esa conversación decidí volver a entrar en el cuarto de mi pequeño ángel para buscar una camiseta que días antes había dejado allí. Me sorprendí al ver al pecoso despierto.
-¿Te desperté?-le pregunté, él negó- Mañana te llevaré yo a la Universidad, Chan no puede- dije mientras me dirigía a su armario- él dijo que no podía porque empieza a trabajar, ¿Dónde está la camisa que deje el otro día?- dije ignorando las miles de preguntas que quería hacerle, pero no quiero presionarlo.
-Sé que tienes muchas preguntas, y mereces todas las respuestas, así que pregunta- dijo mirándome tranquilo; la tenue luz de la luna se filtraba por las ventanas, los lindos ojos del pecoso me miraban resplandecientes, y entonces sentí unas grandes ganas de besarlo.
-Félix- dije y me senté a su lado en la cama y tomé sus manos entre las mías- No tienes que presionarte a responder mis preguntas, yo esperaré las respuestas- dije sonriendo y acariciando sus manos con la intención de calmarlo, un tono lindo rojizo apareció en sus mejillas.
-Y-yo no me estoy presionando Jinnie, yo de verdad quiero responder tus preguntas- dijo mirándome con decisión- también siento que debo hablar con alguien, callar me está matando- dijo en un tono tan bajito que hasta parecía un susurro.
-Te escucho.
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