VIII - Tre Maledizioni (3)

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Cuando Esther se despertó, notó que se encontraba en la biblioteca, si no, en la habitación de una niña pequeña o casi adolescente.

- ¿Dónde... Dónde estoy...?

Esther, preocupada, caminó hacia la puerta y salió de la habitación. Cuando salió de aquella habitación, no podía creer lo que oía era la caja musical de Arthur. Eso significaba una sola cosa.

- ¿Esther? ¿Eres tú, cariño? ¡Por favor, ven a jugar conmigo, seremos muy felices juntos!- Dijo Arthur con una voz repleta de felicidad y virtud, pero su mirada mostraba otra cosa, era una mirada de hambre, pero a la vez, de picardía. Los ojos de Arthur estaban llenos de odio y deseo a la vez, Esther ya tenía suficiente con todo esto. Pero algo bueno de Arthur, es que iba detras de las paredes, por la oscuridad. Lograba oír esa pequeña melodía de su caja musical, era tan perturbadora e inquietante, que a Esther se le puso la piel de gallina. Esther caminaba, pero sus pasos se detuvieron cuando vio a Arthur, quien la miraba con una mirada de odio y maldad. Arthur, que miraba a Esther mientras preparaba sus garras para empezar a correrla y atraparla para sus malvados planes.

- Esther... ¡Cuánto tiempo! Te he extrañado mucho, cariño... Pero nunca me has pagado con un maldito beso. ¿Acaso crees que soy un puto acosador? ¡Si yo te acoso, es porque me gustas demasiado y quiero que seas la conejita que necesito!- Su mirada no sólo estaba llena de odio y maldad, si no que también de lujuria y placer. Parecía que no le importaba sus pecados.- Y Sí, soy pecador. Pero no es por una razón normal, lo soy porque... Tú sabes lo que soy.

Esther estaba preocupada, no entendía que quería decir Arthur con eso. Mientras Arthur se acercaba a Esther poco a poco, sus ojos mostraban ira y hambre. Su hambre hacia la carne de Esther parecía insaciable..., pero a Esther no le importaba.

Esther ignoró a Arthur y fue corriendo hacia el segundo piso, tratando de encontrar un lugar donde esconderse. Pero su intento de escondite no duró mucho, ya que, adonde ella fuera, Arthur la seguía. Pero, Esther estaba paralizada del miedo, ya que, no podía creer que su acosador la perseguía a donde fuera. Mientras sentía que Arthur la seguía, solamente le dio un golpe y huyó de su lado.

Esther, quien estaba sudando, miró detrás de ella y no logró ver a su acosador cerca suyo. Arthur estaba yendo detrás de ella, pero a distancia.

Esther, preocupada, alcanzaba oír como Arthur la llamaba con frecuencia con un nombre "Ishtar" (Aviso, el nombre Ishtar es el nombre de la diosa babilónica del amor y  la guerra, de la vida y la fertilidad. Es asociada principalmente con la sexualidad. El nombre Ishtar se le conoce en la actualidad como Esther.). Arthur seguía llamándola "Ishtar", pero Esther solamente corría para alejarse de éste monstruo. Sea donde sea que ella esté, ese chico es un peligro. A medida que Esther avanzaba por los pasillos de esa casa "moderna", según ella, podía oir la melodía inquietante del chico que la seguía más y más hacia donde ella fuera. Esther se puso a pensar "¡Esto es demasiado arriesgado! ¿Por qué cada vez que corro hacia un lugar para esconderme, él aparece justo allí, detrás de las paredes? Él parece tener una obsesión fuerte conmigo... Debo permanecer a salvo de él...". Esther huía del monstruo quien la seguía, pero ella no entendía que él solamente quería estar cerca de ella...

Esther caminó por los pasillos del segundo piso, mientras oía a Arthur, cerca de ella, sabiendo que en cualquier momento, este dejaría de estar detrás de las paredes y la seguiría constantemente. Arthur se veía molesto, aún pedía que ella jugara con él, pero Esther lo seguía rechazando. Mientras Esther caminaba, se encontró una llave, la agarró y se preguntó a sí misma.

- Uhm... Qué extraño. ¿Para qué servirá esta llave? De todos modos, será mejor que la guarde, podría servirme para algo.- Dijo Esther con preocupación en el rostro y pequeñas lágrimas en los ojos, se veía nerviosa también, sabía las intenciones de Arthur, pero lo que Arthur le gritó detrás de las paredes la dejó atónita.

# 1  E s t h e rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora