Suspiros

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Mientras caminan por las animadas calles de París tomados de la mano, Félix y Kagami se sumergen en una conversación íntima sobre sus sueños, deseos y planes para el futuro. Se dan cuenta de que, ahora tienen la libertad de escribir su propia historia juntos.

Kagami: -Me gusta salir contigo, aunque tengamos que salir a escondidas de mi madre-

Félix: -Para mi es una aventura estar contigo, Kagami-

Kagami: -Cada momento contigo vale la pena. Además, ¿quién necesita seguir todas esas reglas anticuadas cuando podemos estar escribiendo nuestra propia historia de amor juntos?-

Félix: -Juntos podemos ser los arquitectos de nuestro propio destino, sin estar limitados por las restricciones del pasado. Cada momento a tu lado se siente como una aventura emocionante y llena de posibilidades-

Kagami: -No importa lo que enfrentemos en el camino, mientras estemos juntos, podremos superarlo. Nuestra historia será única y verdadera, porque la estamos escribiendo juntos, con amor y libertad. Espera ven-

Kagami lo lleva cerca de un arbusto y saca su libreta.

Kagami: -Sabes muy bien que me encanta dibujar, aunque mi madre diga que no soy buena en el dibujo-

Félix: -Tienes un talento increíble, Kagami. Y lo más importante es que te hace feliz. Eso es lo que realmente importa-

Kagami: -Entonces ven, posa para mi-

Félix: -No se me da bien posar, pero por ti haría lo que sea-

Kagami: -Solo tienes que ser tú mismo, Félix-

Félix sonríe ante las palabras tranquilizadoras de Kagami, sintiéndose cómodo y aceptado tal como es. Se coloca frente a ella y se relaja, permitiendo que su personalidad brille mientras Kagami se prepara para capturar su esencia en papel.

Kagami observa a Félix con atención, tomando nota de cada detalle, cada gesto, cada expresión que lo hace único. y a medida que avanza en su obra, Félix no puede evitar sentir cómo su corazón late al unísono con cada línea trazada. Sus suspiros se entrelazan con el sonido del lápiz deslizándose suavemente sobre el papel, creando una sinfonía de amor y creatividad en el aire.

Finalmente, cuando Kagami da los últimos retoques a su obra maestra, ambos contienen el aliento, conscientes del poderoso momento que están compartiendo.

Kagami: -¿Qué te parece, Félix? ¿Logré capturar tu esencia en este retrato?-

Félix: (Se acerca) -Es perfecto, Kagami. Capturaste no solo mi apariencia, sino también mi alma. Cada trazo refleja la profundidad de nuestro amor y conexión. Es simplemente maravilloso, al igual que tú-

Kagami: (Se sonroja) -Sabes que no soy perfecta, Félix-

Félix: -Pero eres perfecta para mi-

Kagami: -Me haces sentir amada y aceptada tal como soy, con todas mis imperfecciones. Eres el único que ha logrado ver lo mejor de mí, incluso en mis momentos más oscuros-

Félix: -Porque tú traes luz a mi vida, Kagami. Eres mi inspiración, mi alegría, mi todo. Juntos, somos perfectos el uno para el otro, con todas nuestras fortalezas y debilidades-

En ese momento suena la alarma de Kagami de que su madre pronto regresara a casa.

Kagami: -Tengo que regresar a casa, mi madre se dará cuenta de que no estoy en casa-

Félix: -Entonces vamos-

Kagami: -Me puedo transformar en Ryuku-

Félix: (La sujeta por la cintura) -Pero a mi me gusta tenerte entre mis brazos como Argos. ¡Dussu, abre mis alas!-

Dussu: (Se mete en el broche del miraculous del pavo real) -¡Wiii!- (Félix se transforma en Argos)

Argos: -Con su permiso. Reina mía-

Argos la sujeta en brazos y va saltando en tejado en tejado. Con cada salto de tejado en tejado, la adrenalina recorre su cuerpo, haciéndola sentir viva y libre. Mientras Argos avanza con gracia y agilidad, Kagami se aferra con fuerza a él, confiando plenamente en su habilidad para guiarlos a través de la ciudad.

Mes FeligamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora