Caramel Macchiato ² | KV

Prólogo.

Las pequeñas pisadas resonaban por el pasillo, junto con un par de risas tratando de ser calladas por los gemelos que pretendían asustar a sus padres aquella mañana. Si bien era fin de semana, sabían que su padre omega trabajaba en la cafetería, su padre alfa se quedaría en casa con ellos para pasar el día juntos y luego sorprenderían al omega con algún dibujo, con alguna cena o cualquier cosa que se les ocurriera.

Suni pensaba que podrían dejarlos descansas un rato más, apenas eran las seis de la mañana y Daehyun ya había planeado asustar a sus padres. Además,

—Esto es malo, Dae.—La pequeña comentó, colocando sus manos sobre su barbilla.

—Solo será un pequeño susto, Sunsun.—Comentó el alfa con una sonrisa, deteniéndose a un costado de la puerta.—¿Lista?

Dudando, al final la pequeña Omega asintió al tiempo que observó como su hermano empujaba la puerta con cuidado, asomando la mitad de su rostro solo para comprobar que sus padres aún se encontraban durmiendo. El lugar favorito de los gemelos siempre ha sido la habitación de sus padres, por el simple hecho que siempre mantenían un nido especial para ellos cuando no quisieran dormir en su propia habitación, además de que era el lugar donde más predominaban sus aromas, haciéndolos sentir reconfortados.

Caminando con los pies alzados en puntas, el alfa lideró el camino hasta el final de la cama, observando como su padre omega se removía mientras el alfa lo abrazaba contra su pecho, ajenos a lo que sucedía a su alrededor. Suni siempre sentía una emoción extraña juntarse en su estómago cuando veía a sus padres juntos, Taehyung le había explico antes que podía ser alguna clase de felicidad, que no debía porqué ser malo. Mientras que Daehyun solo procuraba see un gran alfa como Jungkook, escuchando una y otra vez las historias que el alfa le contaba sobre su relación con su padre.

Compartiendo una mirada, cada uno rodeó la cama hasta quedar a los costados de la misma, subiéndose sigilosamente antes de saltar sobre sus padres con un grito de emoción.

—¡A levantarse!—Gritaron al unísono, sorprendiendo a los mayores.

Cómo primer instinto, Jungkook apretó el brazo que envolvía los hombros del omega, acercándolo lo mejor que podía mientras que con su brazo libre trataba de encontrar al responsable de interrumpir su sueño. Enfocando su mirada en sus hijos, sonrió antes de atraerlos consigo, despertando a Taehyung en el proceso.

—Cinco minutos más.—Chilló el omega, sonriendo al sentir besos por todo su rostro a causa de su pequeño alfa.

—¡Se hará tarde, papi.—Daehyun murmuró, apretando una de sus mejillas.

—Apenas son las seis de la mañana, ¿Qué hacen despiertos a esta hora?—Jungkook cuestionó divertido, tallando uno de sus ojos con el dorso de su mano.

—Dae tuvo la idea de asustarlos.—Suni se apresuró en decir, delatando a su hermano.

—¿Ah, sí?—Taehyung tomó asiento, pegando su espalda contra el respaldo.—Creo que podríamos arreglar esto para estar a mano.

Comprendiendo sus palabras, el alfa se inclinó para agarrar de los brazos a su hijo antes de que Taehyung llevara sus manos por su cuello y axilas, provocándole cosquillas.

—¿Ahora estamos a mano? Apuesto que esto es divertido, cachorro.—Taehyung acompañaba las risas de sus hijos, aún con sus manos haciéndole cosquillas.

Todos comenzaron a reír, empezando la mañana con una guerra de cosquillas y deseándose los buenos días mientras decidían levantarse. Las mañanas de los fines de semana eran las más difíciles para el omega, con el conocimiento de que su familia estaría en casa descansando, mientras él va a trabajar su cafetería porque aún dispone de ella como el primer día, en ocasiones quería faltar y pasar el día entero en casa, pero prefería atesorar las oportunidades en las que se presentaba pasarlos todos juntos y seguir con su rutina. Al final del día, su parte favorita era llegar y ser recibido por todos, con nuevas sorpresas cada día sin falta alguna. 

Pero conforme los buenos días pasaban, también había días malos avecinándose a la distancia.