—Es la mejor pizza que he probado—Daxton toma otro pedazo de pizza y se lo lleva a la boca casi atragantándose
—Oye, con calma—río y él me ofrece una sonrisa con la boca llena—. Daxton—lo regaño
—Perdón, mami—me da una mirada de cachorro y yo ruedo los ojos antes de tomar un pedazo de la pizza y llevarla a mi boca
Gimo por el delicioso sabor. La salsa bien hecha y la masa suave pero crujiente por fuera.
—Mierda, esto es muy bueno—me tapo la boca y Stefan y su tía ríen mientras yo les doy una mirada a los niños—. No repitan esa palabra—advierto
—Pero tú acabas de decirla—me refuta Mara
—Pero yo soy una adulta.
—¿Y eso que tiene que ver?—frunce el ceño
—Que como yo pago mis cuentas y soy independiente, puedo decir con mi boca lo que quiera—aclaro—. Cuando puedas pagar tus cuentas, podrás decir lo que quieras.
Frunce el ceño e intenta alegar, pero Daxton le da un codazo mientras niega y a ella no le queda de otra que resoplar y seguir comiendo.
Los mellizos son los únicos que no están en la mesa hoy. Owen aún no está listo para dejar el consultorio y Milenka no quiere separarse de él, así que les llevé la comida a ellos y a Ronan hace un rato.
—Oye, Rory—la llamo cuando entra a la cocina y ella nos ofrece una sonrisa apenada—. Siéntate con nosotros.
—Oh, Ayleen, no creo que...
—Siéntate, Rory—insisto y ella respira profundo antes de sentarse. Su cabello castaño está recogido en un moño y usa su usual ropa de mangas largas y jeans—. Sabes que puedes comer con nosotros, eres parte de esto.
Respira profundo y asiente, tomando un pedazo de pizza antes de llevarlo a su boca y sonreír un poco en dirección a Stefan.
—Está muy bueno—le dice y el castaño le ofrece una sonrisa agradecida
Rory es... una larga historia. Pero es tímida, o más bien miedosa. Ha pasado por demasiadas cosas, la rescaté hace unos años cuando ella tenía apenas diecisiete y desde entonces ha estado bajo nuestra protección.
—Mami, terminé—me informa Daxton y asiento, notando sus mejillas llenas de grasa y salsa—. ¿Puedo ir a cepillar mis dientes?
—Si, ve—asiento y miro a Aiden, que ha estado callado—. También ve si quieres, no tienes que comer si no tienes hambre.
Asiente, se levanta y viene hasta mi para besar mi mejilla.
—Voy a dormir, buenas noches—dice y beso su frente
—Buenas noches, cielo—acaricio su mejilla—. ¿Te sientes bien?
Asiente con seguridad, así que lo dejo ir y sigo con la comida, riendo cuando Mara comienza a bombardear a Stefan con preguntas sobre la comida.
***
—¿Qué tanto ayuda nadar?—la voz de Stefan me hace girar en la piscina y levanto las cejas al verlo sin camisa esperando cerca del borde
Bueno, eso es sin duda inesperado.
—Mucho—contesto, intentando no mirar otra cosa que no sea su rostro
Pero no puedo evitarlo, mis ojos se desvían a su pecho y respiro profundo. Es musculoso, no de una forma exagerada como muchos de nuestros soldados, es musculoso de esa forma sexy. Su pecho está marcado, igual su abdomen, sus brazos... bueno, nunca me había fijado en ellos hasta ahora, y vaya que todo es exquisito de ver.
No tiene ningún tatuaje, su piel es totalmente pulcra y ligeramente bronceada. Sus manos... tiene manos sexys con venas marcadas.
«Contrólate, joder» me reprocho y desvío la mirada, siguiendo con lo mío mientras me obligo a ignorar su presencia, pero de pronto no puedo dejar de sentirlo cerca. Sé que lo está.
«Necesito relajarme»
—¿No te molesta?—su pregunta me hace emerger para mirarlo. Sus ojos están fijos en mi, pero sus manos se aprietan en puños a sus costados y no me cuesta adivinar que es para no desviar la vista
—¿Que estés aquí?—pregunto y asiente—. No, ustedes son invitados, pueden usar lo que deseen... a excepción de mi ala.
Ríe.
—Intento algo que me ayude a dormir, quizás nadar hasta cansarme sea la solución—explica
—Cuando... Reece murió, yo entrenaba hasta sentir que iba a desmayarme, era lo único que me hacía dormir—suspiro—. Pero no era mucho, solo unas pocas horas antes de despertar de nuevo.
—Cualquier cosa sirve.
—¿Es para dormir o intentas ahuyentar las pesadillas?—pregunto—. Porque ni el más grande de los cansancios va a alejarlas.
—No he dejado de tenerlas en tres años—apoya sus brazos en el borde de la esquina para mirarme, y no creo que esté consciente de lo bien que se ve de esa forma... «maldita sea, Ayleen, ¿en serio?»
—Solo la paz te hará dejar de tenerlas—me acerco—. Las mías acabaron con el nacimiento de Evie. Ella... trajo la paz y la luz que necesitaba a mi vida. Creo que los niños, más que todo Aiden, también está en ese punto. Su hermana fue... algo en lo que ver algo de esperanza luego de la muerte de su padre.
—¿Y de dónde se supone que obtenga paz? Estamos en medio de una guerra—suspira y mira a la casa—. Vivo constantemente preocupado de que algo le pueda pasar a los niños.
—La paz está dónde tu quieras que esté—me encojo de hombros—. En medio del duelo, en medio de la guerra, de la oscuridad... dónde sea puedes encontrar paz en algún momento, aunque no lo creas. Supongo que es cuestión de suerte.
—U obra de dios—agrega
—Si crees en dios, si.
—Todos creemos en dios en algún momento.
—Supongo—miro arriba para ver las estrellas iluminando el cielo—. Imagínalos ahí arriba, Stefan, porque es seguro que están ahí.
—Eso espero—bajo la cabeza para verlo, encontrándolo mirando las estrellas con tristeza—. Pero ellos no estarían ahí si...
—Deja de culparte—lo corto—. Nosotros no podemos decidir sobre quienes mueren. Injusto o no, no podemos. Pero sí podemos decidir si culparnos y vivir constantemente mortificados; o simplemente aceptar las cosas y seguir con nuestra vida, como ellos habrían querido.
»Cualquiera puede repetirte mil veces que no es tu culpa, pero es tu decisión cuándo quieras creerlo—camino a las escaleras—. Y por tu salud, Stefan, intenta comenzar a creértelo o la culpa te arrastrará.
Con eso, entro a la casa, dejándolo en la piscina mirando al agua.
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Take My Soul [Stefan Gelcem]
أدب الهواةUna llamada. Una llamada me llevó de vuelta junto a Christopher Morgan después de años alejada de la milicia, metida en mis propios negocios. Hora de volver, de ayudar a un amigo. Pero no esperaba a Stefan. Un hombre fuera de lo común en nuestro mun...