16

974 158 14
                                    

—Sangre limpia—parpadeo, alejándome del microscopio para mirar a Ronan, que aparta sus ojos de la habitación donde Owen y Milenka ven televisión

Ella no se aparta del lado de su hermano. Ha estado durmiendo junto a él en esa habitación día y noche, ambos juegan y hacen sus propias cosas solitos y juntos.

Me rompe el corazón y me da ternura al mismo tiempo. Porque ambos han estado solos toda su vida, encerrados, y estar aquí no es distinto a ello.

Milenka no sale a jugar porque Owen no puede hacerlo. No podemos exponerlo a dios sabe qué cosas que podrían causarle más daño del que ya tiene debido a que el estabilizador que le damos elimina el veneno debilitando su sistema inmunológico.

Luego tendremos que darle medicamento para fortalecerlo, pero lo principal es sacar cualquier peligro de su cuerpo.

—¿Limpia?—parpadea y asiento—. ¿Cuantas dosis?

—Cuatro concentradas—respiro profundo—. Teniendo en cuenta la cantidad de veneno en el cuerpo de Owen debemos darle al menos unos tres o cuatro meses de tratamiento. Pero lo tenemos, Ronan, tenemos la cura.

—Felicidades, es todo tu crédito—me sonríe y aprieta suavemente mi hombro.

Ronan no es afectivo. Es decir, puede mostrar cuánto aprecia a alguien, pero no le gusta ser meloso. Tampoco le gusta lucir desinteresado. «No lo entiendo y a la vez si»

—Llamaré a Christopher, espera—saco mi celular y marco su número, poniendo mi dedo en el escáner que abre las puertas de hierro y me permite salir al pasillo

—Lena—contesta y sonrío, acercándome a una de las ventanas que dan al jardín para ver a mis hijos jugando con Stefan

Se ven contentos y cómodos, eso es... extraño. Los niños no suelen querer cerca a nadie que no conozcan y Stefan es prácticamente un desconocido.

—Lo tengo—informo—. Hace un momento confirmé qué se necesita para la cura y las dosis necesarias para Owen. Él va a estar bien, Christopher.

Lo escucho soltar un suspiro y veo a Daxton lanzarse a los brazos de Stefan, este lo carga y los hace girar a ambos haciendo reír a los niños.

—Gracias—dice Christopher y enarco una ceja—. Te... debo más que la vida, Ayleen. Te debo mucho.

—Ya me debías mucho antes, ahora me debes más—me burlo—. Owen estará completamente limpio en tres o cuatro meses. Empezaremos mañana mismo con el tratamiento.

—¿Qué hay de Alexa?—escucho a Patrick en el fondo y respiro profundo viendo a Mara y Aiden lanzarse a la piscina mientras Aurora salpica un poco a Evie con el agua

—Trabajamos en ello aún—suspiro—. Pero te juro, Patrick, que ella estará bien. Su cerebro funciona, ella escucha pero... la dormimos para evitar que sufra. Nadie quiere estar encerrado en su propia cabeza sin poder hacer nada.

—Ella...—respira profundo—. Ella debería saber que la extrañamos, que Abby sigue esperando que lea el cuento que le prometió la última vez que se vieron.

—Le dije que la amaban, que todo va a estar bien—aseguro—. Porque lo estará, Patrick. Me aseguraré de que Alexa esté bien, ¿si? Ustedes concéntrense en tomar lo que les pertenece. Alexa y los niños están más que bien, no hay nada de qué preocuparse.

***

—¿En serio? ¡Eso es maravilloso!—Stefan me envuelve en sus brazos y río cuando sus labios caen sobre los míos.

Rodeo su cuello con mis brazos dejando que sus manos vaguen por mi cintura mientras su lengua se adentra a mi boca. Acaricia la mía con vehemencia, con deseo y con un anhelo que me eriza la piel haciéndome presionar mi cuerpo contra el suyo.

Take My Soul [Stefan Gelcem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora