CAPÍTULO 48 - LIMPIEZA

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Las alarmas del laboratorio se habían silenciado al fin. Sin embargo, la habitación continuaba sellada y bañada en luz carmesí.

Marcus se arrastró como malamente pudo hasta la pared más cercana y se apoyó de espaldas contra ella. Le pesaba la cabeza. Con los sistemas de ventilación bloqueados, la estancia estaba aislada del exterior. El gas no tenía por dónde salir. No tardarían en aparecer los primeros síntomas del envenenamiento.

Elizabeth caminaba en círculos. No era idiota. Probablemente había llegado a la misma conclusión que él. Había dejado su pistola, pues matarle ya no serviría ningún propósito.

Suspiró, se acercó a una silla de oficina, y tomó asiento.

"Te veo muy tranquila para estar a punto de morir..." dijo Marcus.

"Mira quién ha ido a hablar."

"Admito que no me ha costado mucho aceptarlo. He hecho cosas malas. Cosas que no debería haber permitido... Creo que merezco acabar así."

"¿...Evelyn, supongo?" Marcus asintió. "No sé ni cómo se te pudo ocurrir. Tu departamento probó de todo con ella, ¿no? Incluso después de que el Sting la transformase de forma irreversible. Convertir a tu propia hija en un cobaya... ¿Y yo soy el monstruo? No me hagas reír, no me apetece."

"Estaba desesperado. Cegado. No podía dejarla ir. No lo entenderías, Elizabeth... A fin de cuentas, no era tu hija."

"Lo entiendo, pero no lo comparto." hizo una pausa prolongada. "Es por esto mismo que nunca quise preocuparme por invertir en relaciones emocionales. ¿Para qué? Quizá puedan hacerte feliz, pero también pueden corromperte hasta la médula. Paso. Te diré una cosa: yo lo tenía muy fácil en comparación. Una vida equilibrada y estable, más dinero del que me apetecía gastar, un trabajo que me permitía aportar algo por el beneficio de la humanidad... y cero dramas familiares o sentimentales. ¿Qué más podría pedir?"

"¿El beneficio de la humanidad...? Creo que el cianuro ya te debe de estar afectando al cerebro..."

"Simplemente vemos las cosas desde puntos de vista distintos, Marcus. Tú solo estás considerando lo negativo. Controlar el Sting puede cambiarlo todo, y no necesariamente a peor. Podríamos doblegar a esas cosas para siempre. No haría falta erradicarlos; podríamos coexistir. Con todas las implicaciones que ello acarrea."

"¿Y confías en que ZEUS se responsabilice de ello? Estás mal de la cabeza. Concede el poder a un único grupo o individuo, y nos autodestruiremos como especie. Los stingers serán el menor de nuestros problemas."

"No he dicho que confiase en ZEUS. Pero, la ruta que han tomado va en la dirección correcta, aunque la meta final pueda diferir."

'Cada uno es el héroe de su propia historia, ¿eh...?'

Elizabeth deslizó la mano al interior de su bata y extrajo un teléfono móvil. Sus dedos comenzaron a toquetear la pantalla, y al cabo de un tiempo se detuvieron. Acercó el dispositivo a su boca y comenzó a hablar.

"A quienquiera que esté a la escucha: estamos realizando una operación de evacuación en la Torre Kurtis, en el centro de la ciudad, esta misma tarde. Tenemos un helicóptero, con plazas libres. Si buscas ayuda, esta podría ser tu última oportunidad."

"¿¡Qué estás haciendo...!?"

"Y... listo." realizó algunas operaciones más en el móvil y lo depositó sobre la mesa. "Emitiendo en bucle, hasta que este trasto se quede sin batería. Cualquier radio en la ciudad debería poder recibir el mensaje."

'Cuanta más gente acuda al lugar, más complicada será la evacuación... y más fácil resultará una infiltración por parte de los mercenarios de ZEUS. ¿En serio? ¿No has tenido suficiente?'

Wither With Me (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora