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Lan Xichen tiene una duda, la cual da vueltas en su cabeza sin tener una respuesta, aun si no lo tiene, Lan Xichen sabe que es incorrecto seguir pensando en lo mismo. Se reprende a si mismo al no lograrlo, sin embargo, le es inevitable luego de haber escuchado sin querer la conversación que tuvo su hermano y su tío. Sabe que no es la única persona curiosa por querer saber el tipo de relación que tiene el líder Jiang con su tío. Anteriormente no llegó pensar seriamente la situación, pero ahora era diferente. No sabe si mirar al líder Jiang como lo hacía anteriormente, pues siente vergüenza, y aun si lo intenta, no puede ocultar sus reacciones espontáneas, como la de ese día, cuando después de una semana, el líder Jiang apareció en Recesos de las Nubes sin una escolta, por cortesía tuvo que acercarse a recibir al otro líder, pero si fuera por él, hubiera huido antes de tener que darle la bienvenida, pues si continuaba cerca del líder Jiang, su rostro no hubiera aguantado con todo el calor que cargaba. Al perecer, hasta los discípulos que cuidaban la entrada parecían darse cuenta de su reacción para nada normal.

Si anteriormente le era complicado entablar un conversación con el Jiang, ahora era mucho peor, no podía ni verlo siquiera al rostro al tener la mismas preguntas en su cabeza inquietando su día tras día cuando sólo se trataba de murmullos sin sentido. Después de todo ¿Qué tipo de relación puede tener su tío con el líder Jiang cuando este era mucho menor? Aun si fuera posible, no debe de entrometerse, pues es algo que no le incumbe, sin embargo, su curiosidad era como la de un gato, pero no era tan atrevido como su hermano menor como para encarar a su tío o al líder Jiang. Simplemente, no puede, tampoco debe.

__ Concéntrate. __ Se dijo a si mismo cuando involuntariamente su cabeza volvió a pensar en lo mismo, en el líder Jiang y su tío, su tío y el líder Jiang. Si no existiera las reglas de su secta, sin duda, Lan Xichen maldeciria. __ Suficiente. __ Lan Xichen dejó bruscamente el papel sobre la mesa. Había llegado a su límite. Cerró sus párpados e inhaló buscando paz interior, al creer encontrarlo, abrió sus párpados y miró al costado, en donde un sirviente encargado de la limpieza de su estudio lo miraba con notoria sorpresa, quien había detenido su labor para observar el extraño comportamiento de su líder. __ Lo siento. __ Lan Xichen se obligó a sonreír ocultando su vergüenza. De inmediato se puso de pie y salió de lugar. Necesitaba aire fresco, era lo único que necesitaba en ese momento.

Había agarrado una costumbre, la cual era caminar sin tener un destino, dejando que sus pies lo guíen a dondequiera. Solía hacerlo cuando buscaba encontrar paz, para encontrarlo lo normal era aislarse y ponerse el meditar, pero desde hace mucho, para Lan Xichen, eso dejó de funcionar, y muy contrario a lo que prometía, no lograba encontrar aquella paz anhelada, sólo encontraba un enorme río, de aguas oscuras, en la cual su cuerpo se sumergía sin poder escapar, como una piedra que se hunde. Lan Xichen no deseaba volver a sentir esa sensación, así que como única escapatoria, sólo podía intentar a salir de esas aguas, sin embargo, sus esfuerzos por salir eran inútiles, era como un principiante deseando ser un gran nadador. Aún así, no deja de intentarlo, no quiere hundirse en las aguas oscuras que lo rodean, quiere vivir, no quiere sumergirse en el pasado, quiere vivir en el presente para tener un futuro. Así que en medio de aquellas aguas, tuvo que aprender a nadar luego de casi morir ahogado, pues su voluntad de vivir aún no lo dejó rendirse.

Bajo sus pies, el crujir de las hojas hizo que regresara a la realidad. Bajó su mirada y luego lo alzó para observar el árbol a su lado, otoño había llegado tan rápido que las hojas secas anunciaban su llegada. Lan Xichen sonríe, había pasado meses desde que salió de su reclusión y todo marchaba a la perfección, lo cual indicaba que era una buena señal. Su momento de paz se vio interrumpido cuando escucha a lo lejos dos espadas chocar. Cree que hay una pelea, así que sin pensarlo, se apresura a llegar hasta el lugar de donde proviene el ruido para poder intervenir, sin embargo, sus pies se detienen cuando en su campo de visión aparecen dos personas, en el campo de entrenamiento, en donde no hay nadie más aparte de ello dos, y por supuesto, él que acaba de llegar. Uno lleva un hanfu morado con negro, el otro un hanfu blanco al ser un estudiante de Gusu, ambas personas con sus espadas desenvainadas, enfrentándose en una batalla, la cual, en segundos se ve ganada por la persona de hanfu morado.

In The Third Life | XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora