SEIS

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Impulsos.

Salí de la bañera, después de darme un relajante baño, abrí mi armario y saque unas bermudas color gris, una camisa vinotinto y unos converse negros, me apliqué loción en todo mi cuerpo y me encamine a abrir las cortinas como acostumbraba siempre en las mañanas.

Guíe mi mirada hacia la ventana de Britannie, se encontraba ella sola en el marco donde apoyaba sus codos mientras sus manos sostenían su bello rostro.

Me sorprendí al fijarme en sus ojos, estaban rojos y algo hinchados, las lágrimas recorrían sus mejillas.

-Britt.- Le susurré, no quería alterarla o que, quien la acompañaba en la casa escuchará.

Alzo la mirada y me dedico una mirada llena de angustia.

-¿Qué sucede, estás bien?- Le dije saliendo de la ventana un poco más.

-¿Podrías venir, Luke?- Suspiró  limpiándose las lágrimas.

No dije nada, tome mis llaves y sali hacia su casa.

-Hola, Luke, pasa.- Dijo despejando el paso para que me encontrara con un hermoso y hogareño sofá color negro, y algunos cojines recostados en sus esquinas color lila.

-Que linda casa, Britannie.- Dije observando detenidamente el lugar.

-Gracias, señor Peterson- Burlona se dirigió a mi mientras que yo la miraba con una ceja arqueada.

Ambos hechamos a reir, me encantaba su sonrisa, su forma de vestir, todo lo que se tratará de ella.

Se sento en un costado del sofá, con la mano me invito a sentarme y asentí.

Percibí su fragancia, siempre me deleitaba aunque ya la hubiese captado antes.

Pasaban las horas y no parabamos de conversar sobre nuestras vidas, conociendonos más, algo que anhelaba desde su llegada.

Me acerque más a ella y coji su cabello negro para dejarlo caer a un lado de su cuello, roce su cuello levemente.

-No, no, Luke, me haces cosquillas.- Dijo conforme se retiraba un poco de mi, mientras sonreía.

No solté ni una sola palabra y me acerque a ella rozando mis dedos con su cuello con el fin de provocarle cosquillas.

Jugamos un rato, y en un momento termine sobre ella tomando sus manos, sentíamos la respiración del otro y nuestros rostros se encontraban bastante cerca.

No pude contenerme y dejé que el impulso me llevase, me acerque a su rostro más de lo debido y devore sus labios suaves y carnosos, correspondio a el beso, el cual comenzó a tomar más intensidad, el deseo se apoderó de los dos.

Lentamente desapuntaba cada botón de su blusa de seda rosa.

Sentía que estaba en el paraíso.

Hasta que Britannie, se detuvo.

-Luke, Richard...- Paso saliva.

-Es un idiota.- Acune su rostro en mis manos.

-No lo entiendes, el...- Atrapé sus labios de nuevo, ahogando sus palabras en aquel beso intenso.

Su cuerpo comenzó a desplazarse sobre mi, movía sus caderas con lentitud, sus labios soltaban pequeños jadeos, que para mí eran exquisitos, plante mis labios en su cuello y lo bese con suavidad, deslice mis manos por todo su cuerpo lo cual hizo que deleitará mis oídos.

Me volvía loco y ella lo sabía con suma certeza.

Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora