SIETE

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Placer.

Besaba su cuello con lentitud, sentía su aroma y eso me llevo a tomar sus muslos con fuerza.

Se sentia tan bien tenerla cerca, pronto mi camisa cayó al  suelo pues de un tirón desgarro mi casa para después rozar sus labios por todo mi abdomén.

Respire hondo cuando sentí que bajaba el cierre de las bermudas que traía.

Abrí un poco las piernas para que tuviera acceso a mi erección completamente, lo cual no desaprovechó porque con comodidad comenzó a lamerla.

Suspiré suavemente mientras sostenía su cabello para que no cayera en su rostro.

No veia nada y eso me frustraba un poco porque quiera verla haciendo lo que hacía ahora.

Dejé de sentir su lengua y sus caricias por su momento hasta que sentí sus muslos sobre mis piernas.

Le apreté fuerte las caderas al entrar en su interior, comenzó a moverse de atrás hacia adelante penetrandose así misma, se movia en circulos, acelero el ritmo mientras enterraba las uñas en mi pecho, llenandolo de rasguños y deleitando mis oídos con suaves gemidos.

No lo soporte más, quite la venda de mis ojos y la acomode debajo de mi cuerpo.

Cerro sus piernas enredandolas en mi, se apoyo de mi espalda mientras yo solo miraba su rostro.

Se sonrojo levemente y posicione mis manos a los lados de su cabeza.

La tome por sorpresa y la embesti con fuerza.

-Lu...Luke.- Dijo con dificultad y arqueo su espalda mientras seguía embistiendola.

Era claro que estaba a punto de llegar al orgasmo.

Sus piernas temblaron y llego acompañada de unos cuantos gemidos.

Seguí buscando el mío, gruñi.

Habiamos llegado al climax.

Me acosté a su lado, con la respiración agitada la cual intente calmar cuando unos golpes en la puerta se hicieron presentes, el rostro de Britt palideció.

-Maldición.- Susurro angustiada mientras se vestía.

La mire de arriba abajo y pase mi lengua por mis labios.

Me observo con detenimiento y sus mejillas tomaron color.

-Sube, hay un cuarto hacia la derecha entra al armario, tratare que Richard no te vea para que salgas de aqui, sin que se entere- Dijo indicándome en cuarto, entre al armario con rapidez.

Pronto escuché la corta conversación que tuvieron, me asome un poco y en la delgada línea que había entre las puertas del armario observé cómo Britannie me indicaba que saliera rápido pues Richard la traía alzada mientras besaba su cuello distraído.

Salí rápido sin hacer ruido alguno, corrí rápidamente a mi casa con la camisa destrozada, la tire a la basura y me encamine hacia la ventana. 

Vi que estaba allí esperándome, sabía que no podía hablarle sin que él no nos escuchará así que tome un papel y un lápiz.

Escribí en ella y la posicione contra el vidrio de la ventana.

¿Vendrás mañana?

Su rostro reflejo frustración y tomo tu labial escribiendo en el vidrio.

No puedo.

Escribio y me miró con tristeza.

Nuevamente le escribí.

¿Estás segura?

Escribí en el papel para después dejarlo de lado y enseñarle su sostén negro.

Lo único que hizo fue sonreír y negar con la cabeza y ponía una mano en su frente.

Dos de la mañana, muelle.

Le devolví la sonrisa y rápidamente limpio el vidrio.

Vi como desaparecía mientras acomodaba su camisa ocultando el sexy tatuaje en su espalda.

Me rescoste en la cama.

-¿Qué acaba de pasar?- Pase mis manos por mi cabello y suspire.

Era perfecta, su cuerpo, su rostro, su voz, su piel, todo.

Pero corría un gran riesgo al estar con ella a escondidas, no sabía quién era Richard pero se cómo reacciona un hombre al saber que alguien más esta cerca de su mujer

Era peligroso.

Pero lo disfrutaba.

Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora