𝐈𝐈𝐈

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Un día nuevo, planes para escapar nuevos.

Habían pasado tres días, tres días en los que mamá no dejaba de ponernos tareas para la casa, y así no teníamos tiempo para seguir con el plan.

Ayer, con el poco tiempo que tuvimos para hablar, concordamos que después de los exámenes, nos reuniríamos en la biblioteca a hablar.

Pero lo primero con lo que nos encontramos antes de salir a hacer el plan de escape, era que mamá nos pidió recoger un cuarto donde nadie entraba, y siempre había estado solo y abandonado.

¿Y si quizás mamá se dio cuenta que ya sabemos la verdad? ¿En qué nos habremos equivocado?

La tarea de limpiar aquel cuarto, se nos encargó junto con Gilda y Don, entonces ninguno de nosotros cuatro podríamos seguir hablando sobre el plan mientras ellos estuvieran aquí.

Todos estábamos callados limpiando cuando Don soltó la escoba, y esta cayó con fuerza haciendo que todos volteáramos a verlo.

—¡Quiero salir a jugar! —gritó—, ¿por qué solo nosotros estamos limpiando?

Gilda lo comenzó a mirar con una mirada que claramente decía "cálmate ya", pero al no tener una respuesta de su parte, lo jaló del brazo y se lo llevó afuera.

—Ayúdame con algo Don —dijo antes de salir.

Emma y Norman nos habían contado la sospecha que tenían de que nosotros teníamos una especia de rastreadores, y estos le decían a mamá donde estábamos.

Por esa razón, intentamos buscar cada uno donde podríamos tener implantado el rastreador, pero nadie tenía una respuesta.

Nadie sabía nada, y cada uno tenía ideas diferentes de donde podrían estar ubicados aquellos rastreadores.

Norman estaba mirando la ventana, cuando habló.

—Mamá parece estar tranquila, pero seguramente sabe algo —se llevó la mano a su mentón—. Es como si estuviera tratando de atraparnos.

—Después de todo nos crió —dije rompiendo el pequeño silencio que se había hecho—, ella es más inteligente que todos nosotros.

—Debemos de buscar una manera de superarla —Ray dijo y justo entraron nuevamente Gilda y Don.

—¡Ustedes cuatro! —nos gritó Don—, no han hecho nada desde que nos fuimos.

—Lo sentimos —sonrió Emma—, terminemos ya.

Nos apuramos y logramos terminar rápido, fuimos a buscar a mamá para comentarle que ya habíamos terminado, pero no estaba por ningún lado.

Y cuando entramos al comedor, nos encontramos con una gran sorpresa.

Al lado de mamá, había una mujer adulta y alta, que saludaba a todos alegremente , y por otro lado, mamá cargaba en brazos a una pequeña bebé.

—Niños, esta es Carol —dijo y se agachó con delicadeza, para que los más pequeños pudieran ver y acercase a Carol—, y ella es la hermana Krone.

La mujer saludó a todos, con una gran sonrisa r su cara.

Nos miramos los cuatro, con una cara de decepción, no había duda, mamá nos había engañado.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Emma, pero nadie sabía que responder.

Después de que la hermana Krone se hubiera presentado, todos volvieron a hacer lo que estaban haciendo.

Nosotros por otro lado, volvimos al bosque, como ya estábamos libres de tareas, podíamos terminar el plan de escape.

—¿De donde salieron esas dos? —preguntó Emma.

❛ TRABAJAR JUNTOS ❜  |  Norman The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora