𝐕𝐈

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A la mañana siguiente, íbamos a ir nuevamente al muro. Ray se iba a encargar de distraer a mamá mientras que Emma, Norman y yo nos dirigíamos a la valla, y por otro lado Gilda y Don estarían con los demás niños, pero estando alerta si algo sucedía.

Nos encontrábamos en el jardín repasando el plan que teníamos de hoy.

—El plan es fugarnos dentro de seis días —dijo Ray—. Pero si es posible, me gustaría hacerlo mañana mismo, antes que mamá o la hermana actúen.

—Solo nos queda ir a inspeccionar el muro —Norman continuó—. Después de eso podemos escapar de una vez.

Todos estuvimos de acuerdo. Estábamos a punto de ser libres, de poder escapar y dejar atrás este lugar.

Ray entró en la casa mientras Gilda y Don fueron a sus posiciones. En cualquier momento que algo sucediera con mamá, Ray se encargaría de hacer una señal, y así, Gilda y Don correrían a avisarnos.

Nos dirigíamos al muro, era lo único que nos faltaba ahora, y así podíamos saber qué ruta tomar al momento del escape.

Caminamos y llegamos hasta el muro, Emma se encargó de sacar las cuerdas y así estábamos listos para treparlo.

Cuando de pronto, Emma lanzó las cuerdas a un arbusto y miró hacia atrás.

Mamá estaba justo atrás de nosotros, mirándonos con su reloj que nos detectaba en la mano.

¿Qué había pasado?

Se suponía que en el momento que algo así sucediera, Gilda y Don vendrían corriendo, pero no había nadie más que ella.

—¿Qué pasa mamá? —preguntó Emma intentando sonreír.

Ella solo nos miró con una sonrisa, parecía saberlo todo.

—Diez años —dijo ella y nosotros nos miramos confundidos—. Diez años hemos convivido juntos, pero hoy es la primera vez que vamos a tener una conversación sincera.

Estábamos confundidos, ¿ella lo sabía?

—Mucho gusto, Mia, Emma y Norman —sonrió.

Supuse que ella notó nuestra confusión y sobresalto que intentó calmarnos.

—Vamos, relájense. No hay nadie más que nosotros —habló—. Ahora solo somos... una cuidadora y su ganado.

Me sentí molesta, enojada, y no podía evitar no hacer alguna cara de molestia.

Sin duda nos había descubierto, ella siempre iba a ser más inteligente que todos nosotros.

—Es cierto que los amo como a mis propios hijos, por eso vine a ustedes —se acercaba más a nosotros—, para que abandonen su lucha.

Nos miramos, y obviamente no íbamos a rendirnos ahora, jamás lo haríamos.

Ella no parecía que iba a delatarnos o mandarnos con los demonios, solo intentaba asustarnos y hacer que nos rindiéramos.

No íbamos a renunciar, íbamos a escapar de aquí.

—De acuerdo mamá, dejaremos de fingir que somos buenos —Norman le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

En ese instante Emma corrió hacia mamá, tan veloz como siempre.

Ella iba con una intención, que ella se ocupara de mamá mientras Norman y yo corríamos a continuar con la inspección.

Me di media vuelta y corrí junto con el como nunca, hasta que miré atrás y vi algo horrible.

Emma no lo había logrado, mamá la había inmovilizado y rompió su pierna.

❛ TRABAJAR JUNTOS ❜  |  Norman The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora