Luego de que me violaron en grupo paso por mi mente un par de veces la idea de ser prostituta de un burdel, para de esta manera tener los beneficios de estar un poco más acompañada, y así evitar que quienes se hacían pasar por clientes, se convirtieran en monstros que solo buscan hacer daño. pero estos beneficios de estar acompañada no me parecían suficientes al compararlos con compartir mis ganancias con el dueño o dueña del establecimiento, debido a que para mí una cosa era prostituirme y otra que me prostituyeran, dejándole la mayoría de las ganancias a quien lo hiciera, y esto comparado a los peligros de las calles me parecía mucho peor, al prácticamente ser la esclava que trae ganancias a sus amos. Y con los años descubriría que ni un burdel o estar acompañada podía detener a ciertos seres del inframundo, que al ser encumbrados por las masas se vuelven intocables, y esto se revelaría ante mi exactamente dos años después de que tomara la vida del duque.
Todo esto comenzó el día en que una ramera de burdel nos buscó a mí y a la madame para invitarnos a una fiesta que daría un acaudalado hombre, y al escuchar las referencias de este trate de negarme más la madame acepto por las dos, convenciéndome luego de que alejarme de las altas esferas no era lo mismo que alejarme del duque, y que por otra parte la buena paga que recibiríamos era conveniente para soportar el frio invierno que estaba por llegar, en donde los alimentos se encarecían ya que la nieve hacia difícil el transporte y el cultivo de la mayoría de los comestibles.
Teniendo en cuenta los factores económicos asistimos a la fiesta, pero a pesar de que lo hacía como una prostituta, me prometí el no hablar con ningunos de los que asistieran al lugar, y solo desempeñaría mi labor sin ofrecerles nada más, sin brindarles el calor humano y la adulación que buscaban.
Al llegar a la fiesta pude escuchar desde lejos la música de cuerdas que tanto me molestaba, siendo esta incomodidad el anuncio de que una terrible noche aguardaba por mí. Esperando a las afueras de la casa mientras todas las prostitutas nos reuníamos, en el interior del lugar se comenzó a librar una pelea entre varios hombres, y esto asusto a algunas de mis colegas quienes decidieron irse antes de que las cosas se salieran de control, y eso debió haber sido lo que yo también tenía que hacer, pero en lugar de eso me quede junto a la madame para que sin decirnos nada tratáramos de demostrarnos que éramos valientes, y que podíamos soportar el miedo que les provocó a las demás alejarse de allí, y de esta manera de nuevo silenciaba mis instintos y me quedaba en el centro del huracán.
Cuando entramos al lugar y antes de ver a los invitados la paga se nos aumentó pues ahora debíamos satisfacer a más de ellos, repartiéndonos así los clientes de quienes se habían ido al ver la pelea en el interior de la casa. Para estos clientes significamos la celebración de iniciar un nuevo negocio, en el que extranjeros a los que no les entendía ni una sola palabra estaban involucrados, y al vernos entrar al sitio en donde se reunían todos, las arengas y los gritos de celebración llenaron el lugar al alegrarse por el derroche de lujuria que estaba a punto de comenzar, y de inmediato uno de los extranjeros se acercó a mi para llevarme a una habitación y así tener sexo en privado, entonces cumpliendo lo que me había propuesto, sin decir una palabra lo seguí, y al entrar en el lugar no gemí ni hable, mi boca estaba tan cerrada que la incomodidad no le permitió al hombre estar mucho tiempo conmigo, y en medio de reclamos que no comprendía me llevo frente a el anfitrión de la fiesta, de quien salía una deliciosa fragancia que había sido inventada en el año 1709 por Jean Marie Farina, un italiano que había reunido delicadas fragancias en un líquido que llamo perfume, el cual poseía una particular fragancia muy agradable al ser olfateada, y ahora esta fragancia era usada por personas adineradas en todas partes, tardando en llegar a mí por tantos años debido a la lejanía que conservaba con las altas esferas de Londres, quienes de igual manera hasta ahora comenzaban a usarlo, y esa era la razón de que este llamado perfume llegara a mi nariz por primera vez, y al deleitarme con sus olores supe al ver a su portador que este sería otra mascara que ocultaría a un demonio, uno que en realidad debería expedía un olor a azufre.
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Una Prostituta En Los Años 1700
Ficción históricacuenta la difícil historia de una mujer en el siglo XVIII, época en la que el machismo atacaba a las mujeres de manera constante, y siendo ella una prostituta se da cuenta que dichos ataques arremeten en su vida con más ímpetu al estar en medio de l...