𝐕𝓲𝓸𝓵𝓮𝓽 𝐄𝓿𝓮𝓻𝓰𝓪𝓻𝓭𝓮𝓷 ━━━ 𝑨 𝑾𝚛𝚒𝚝𝚝𝚎𝚗 𝑫𝚎𝚜𝚝𝚒𝚗𝚢

Capítulo 2: Promesas vacías.

Tras despertar de su letargo la pequeña de ojos azules estaba tirada en el suelo sintiendo un fuerte calor en todo su cuerpo, y al ponerse de pie vería que todo estaba oscuro, pero lo que parecía ser una salía atraparía toda su atención haciéndola correr de forma desesperada hacia esta, pero tan pronto como empezó a correr cayendo al suelo raspándose las rodillas con el suelo mientras una voz gruesa y tenebrosa le dijo de manera amenazadora. "Será difícil escapar niña...tus pies están encadenados y si intentas liberarte solo terminaras con los pies rotos", la pequeña volteo a ver al sith quien solo la observaba con un rostro que daba miedo, a lo que ella asustada y confundida pregunto. "¿E-en donde estoy?, ¿dónde están mis padres?", una leve risa salió de la voz de aquel hombre quien tomo del cuello a la pequeña con fuerza mientras le decía con una voz enojada y amenazadora listo para matarla en cualquier momento. "Eso ya no importa, quiero que me digas dónde está el holocron que tu padre te mostró", dicha niña solo luchaba tratando de zafarse y de recuperar aire por el estrangulamiento tan fuerte comenzando a llorar del miedo negando saber algo sobre ese holocron que el sith buscaba, sin obtener respuesta el sith encendió su sable de luz listo para matarla con un corte rápido pero en lugar de eso decidió tenerle compasión para luego dejarla caer de nuevo al suelo mientras está solo tosía fuertemente.

"No...matarte no es una opción, me servirás más viva que muerta...levántate", dijo el sith a la niña quien obedeció sin dudarlo aunque a duras penas podía mantenerse de pie, pronto el Sith le dijo algo que dejaría aún mas confundida a la pequeña que de por si ya estaba asustada con todo lo ocurrido. "Los dos queremos algo tu quieres a tu familia y yo quiero mi holocron, conozco una forma de que los vuelvas a ver pequeña", dicha niña le prestó atención a aquel sith quien le contó sobre el lado oscuro de la fuerza diciéndole de lo capaz que este era y prometiéndole que si aceptaba su ayuda podría traer de regreso a sus padres que era lo que ella más quería, desconocido por completo lo que le esperaba. Desesperada la niña de ojos azules acepto la oferta del Sith quien le reveló su nombre, "Darth Korva", dicho sith le dijo a la pequeña que a partir de hoy debería llamarlo maestro cosas que ella acepto sin dudarlo y este a su vez le dijo. "A partir de ahora deberás dejar todo lo que fuiste antes atrás, tu nombre a partir de ahora tu nombre será Horus y serás mi aprendiz y yo me encargare de prepararte y enseñarte el poder del lado oscuro", la pequeña estaba confundida sin saber que hacer hasta que el Sith le dijo que se pusiera de pie y lo acompañe llevándola por pasillos de tierra cuyo calor era muy notorio al punto de que comenzaba a lastimar un poco sus pies descalzos, la pequeña le hizo saber esto a Korva quien solo le dijo que ese dolor solo será pasajero y que no se angustiara por ello, la niña hizo caso tratando de no darle mucha importancia. Los dos llegaron a una sala algo oscura pero con las suficientes lámparas y antorchas que dejaban ver el suelo y parte de las paredes, Korva chasqueo los dedos dejando ver cómo de unas celdas salió una persona asustada quien al ver a Korva le dijo arrodillado frente a el. "Por favor deme una segunda oportunidad...prometo no fallar está vez...por favor", Horus no entendía nada y solo veía con temor y preocupación a aquel sujeto quien le suplicaba a Korva de que no lo remplazara por ella, pero fueron unas simples y frías palabras de la boca de aquel Sith que dejarían helada a la pobre y ya de por si asustada niña. "Si aun sirves como tanto dices...acaba con la vida de esta niña...y si lo logras me demostraras que es cierto tus dichos...", aquella persona vio con odio a Horus desenfundando lo que parecía ser un cilindro del cual una hoja azul se hizo presente a la vez de que aquel sujeto de puso en guardia listo para atacar a la chica quien se quedó sola sin algo en mano para defenderse más allá de varias armas en el suelo desgastadas y algunas de plano rotas, aquella niña al ver a aquella persona abalanzarse sobre ella trato de esquivarla para tomar una de las armas del piso para evitar que en el segundo ataque de aquel sujeto con espada láser le terminará cortando la cabeza pero mucho no le sirvió debido a que aquella espada láser era superior a cualquier arma blanca convencional siendo cortada en dos con facilidad, aquella niña, asustada trataba de defenderse como fuera posible tratando de hablar con aquella persona la cual no paraba de atacarla diciéndole. "¡Deja de hablar y pelea mocosa!", fue tan solo en uno de sus ataques erráticos que golpeó la pared de aquel lugar que hizo que un salpicón de magma golpeara la pierna de aquel sujeto desconcentrándolo por un momento de su pelea para evitar quemarse que Horus aprovecho su distracción agarrando una piedra bastante caliente del suelo y pegarle un fuerte golpe en la parte trasera de su cabeza desorientando a aquella persona la cual seguido de ese fuerte golpe cayó al suelo, cosa que la niña en un ataque de miedo, irá y pánico total tomo una piedra igual de caliente pero aún mas grande y comenzaría a golpear con fuerza la cabeza de aquel sujeto con fuerza quien le igualmente asustado le pidió que se detuviera y que no lo matara. Dichas suplicas no fueron escuchadas por Horus que cuyo miedo de transformó en una ira tremenda mientras que sus ojos azules tomaban una tonalidad amarillenta, la piedra solo golpeaba más y más el cráneo de aquella persona que intentaba defenderse en vano, su cabeza fue aplastada manchando de sangre y algunos trozos de materia gris pedazos de materia gris la roca, el cálido suelo y las manos de Horus quien no se detuvo de impactar la piedra en la cabeza de aquel sujeto hasta destrozarla por completo mientras lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas lanzando gritos de rabia y horror por lo que hizo tirando aquella roca sobre el ya inerte cuerpo mientras entre llanto decía. "Perdóname...no quise hacer esto lo siento...lo siento mucho", en eso Darth Korva hizo acto de presencia nuevamente en aquel lugar dando algunos aplausos mientras una maliciosa y aterradora sonrisa se dibujaba en su rostro quien luego dijo sin escrúpulos alguno.