Ya han pasado varios meses desde que comencé a formar parte de la orden jedi, aún me cuesta adaptarme a este más que nuevo entorno en el que debo vivir; las miradas de distintos caballeros, maestros y algunas veces padawans de este templo se sienten como hojas de doble filo punzantes y que generan en mi una fuerte inseguridad y tristeza, por más de lo que digan el maestro Volif y…ese chico, no puedo sentirme cómoda mientras se que a cualquier persona que me cruce está me verá como si fuera un bicho raro y dirá cosas hirientes sobre mi a mis espaldas.
—“Oye…¿estás bien casi te chocas con una pared”—, fueron las palabras dichas por una voz tan serena y amable las que me hicieron levantar ligeramente la cabeza teniendo en frente mío a un chico joven un par de años mayor que yo, de ojos verdes brillantes y el responsable de que yo hoy esté aquí, teniendo un nuevo comienzo y una nueva vida alejada de la matanza sin sentido, alejada de la manipulación de quien me ofreció una promesa vacía como mi alma. Solo respondí moviendo muy levemente mi cabeza de arriba abajo volviendo mi mirada al suelo, no tengo la valía de poder hablar con ellos, no sé aún si confiar en ellos.—“Chicos apresúrense, debemos llegar a Kashyyyk”—, fue lo que yo y Gilbert escuchamos, instantáneamente reconocí esa cálida voz igual de amable que la de ese chico quien hace un par de segundos me dirigió la palabra, levanté mi mirada hacia adelante topándome por unos instantes con los dos pares de ojos brillantes como rubís de Volif, los ojos de ambos Jedis nunca me dejarán de sorprender por su belleza y su brillo que los hacen parecer a gemas, pronto en mi mente llego el recordatorio de que iríamos al planeta Kashyyyk por orden del maestro Volif, desearía saber el porque, pero creo que ya me hago una idea de a qué iremos a dicho lugar.
Tras haber dejado la capital de la galaxia, en nuestra travesía por el titánico y oscuro espacio, mi vista de volteo hacia una de las ventanillas logrando ver en medio de es enorme y oscuro vacío de la galaxia, unas nubes gigantescas de colores brillantes cuya forma me recordaban a la de una mano extendida tratando de llegar a algo mientras las oscuridad se la traga más y más.—“Wow…es la primera vez que veo una nebulosa con esa forma, luce como si fuera una mano”—, fueron las palabras dichas por ese chico por el cual hoy formó parte de la orden jedi quien al parecer también había notado al igual que yo esa enorme cosa llamada nebulosa, pronto el comenzó a contarme más y más cosas sobre las nebulosa y las distintas cosas que habían en el enorme vacío del espacio, cosas que yo no conocía en absoluto, de más esta decir que mis ojos y escucha se fijaron completamente en el, escuchar las pequeñas pero interesantes enseñanzas tanto de el como de Volif es gratificante y me da a conocer todo aquello que tal vez, solo tal vez…jamás haya podido llegar a conocer; finalmente nuestro viaje había finalizado con el aterrizaje en una de las playas del planeta Kashyyyk, su arena era brillante y de un color dorado, a pesar de ya haber visitado este lugar, jamás pude detenerme a ver su belleza más allá de un par de árboles gigantescos, pronto Volif menciono mi nombre y el de ese chico de ojos verdes lo que me hizo despegar mi vista de la arena para luego volver a ver a aquel hombre de ojos rojos y mirada llena de serenidad el cual nos dijo: —“Bien mi padawan, aquí será dónde comenzaremos la primera parte de tu entrenamiento como Jedi, tratemos de que puedas avanzar en lo básico, mantén tu mente en calma y poder llevar acabo una meditación…de correcta y por lo visto hace un par de meses veo que estás mejorando bastante, ahora toma asiento por favor, tu también muchacho”, fueron las palabras que escuche por parte de Volif seguida de una respuesta por parte de Gilbert mientras cerraba mis ojos muy lentamente tratando de concentrarme en despejar mi mente por mucho más tiempo que las anteriores veces en las que lo había intentado, no durando más de 20 segundos, en mi mente solo veía todo como una enorme pradera en un día tan cálido como el abrazo de la luz solar, mientras mis ojos solo veían kilómetros y kilómetros de pastizal verde acompañados por bellas y blancas flores, una sensación tan rara, pero a la vez tan familiar y nostálgica.
—“Bien, ahora quiero que trates de desenfundar tu sable de luz, pero no lo enciendas aun, mientras tanto yo lanzare un objeto no tan grande hacia a ti, debes dejar que la fuerza sea tu guía, tal y como lo practicaste hace un par de días con los droides de entrenamiento…espero y haya sido claro”—, fueron las siguientes palabras que escuche de Volif, las cuales obedecí sin dudarlo. A pesar de que mis ojos estuvieran cerrados podía sentir como si de verdad tuviera el sable de luz de empuñadura de madera, tan rugosa pero suave a la vez, sentía unas ganas de abrir mis ojos para comprobar si lo estaba logrando, pero una pequeña punzada en mi pecho me decía que no lo hiciera, no debía desobedecer o enfrentaría un castigo como a los que estaba acostumbrada siempre que fallaba, hasta que escuche la voz de ese hombre de cabello blanquecino una vez mas el cual me dijo aún con ese tono amable: —“Si no crees que sea seguro para ti solo abre tus ojos, lo intentaremos en otro momento”—, eso me extraño, ¿no iba a castigarme por no obedecer?, de igual forma mantuve mis ojos cerrados por un momento mientras pensaba en esa pregunta casi olvidando lo del objeto que iban a lanzarme y justo en el ultimo momento abrí los ojos, pero no a tiempo terminando con un fuerte golpe lo que me hizo caer al suelo con un ligero dolor en la cabeza mientras un muy pequeño moretón se formaba en la zona del impacto, seguido de un preocupado Gilbert quien se apresuró a ayudarme, frotando con delicadeza la zona del golpe haciéndolo desaparecer en cuestión de segundos, como ya lo había hecho mucho antes, mi única respuesta fue una ligera sonrisa de agradecimiento hacia el por su ayuda para luego volver a tomar asiento e intentarlo una segunda vez.
—“¿Segura que quieres volver a intentarlo?”—, pregunto Volif, pero yo solo me mantuve en silencio y con una mirada decidida a volverlo a intentar las veces que hicieran falta cosas fue suficiente respuesta para el Jedi quien solo me pidió cerrar nuevamente los ojos, eso hice y esa paz acompañada de esa pradera llena de flores blancas regreso; Me concentre lo más que pude en desenfundar mi sable de luz mientras que la fuerza era mi guía revelando por dónde iría el objeto y de que se trataba y de un momento a otro escuché el sonido de un sable de luz cortando algo, lo que me hizo abrir los ojos dejándome ver en el suelo una piedra cortada en el piso con pequeñas columnas de un humo blanco que se desvanecía poco a poco en el aire de ese día. A esto le siguieron las felicitaciones por parte de los dos Jedis por mi logro, esto me hizo sentir una nueva sensación familiar que no se como describirla con palabras.
Luego de un par de horas de un corto entrenamiento de meditación y de prácticas con el sable de luz la noche había llegado a Kashyyyk y luego de unas cuantas enseñanzas por parte de Volif finalmente pudimos regresar a Coruscant, lugar en el que me maravillaba estar siempre y cuando no fuera dentro del templo Jedi, dónde las miradas llenas de desconfianza y recelo por parte de los demás miembros de la orden jedi las cuales algunas veces eran opacadas por la calidez de tener a mi lado a Volif o a Gilbert quienes me hacen sentir menos insegura de mi misma y menos dudosa si de verdad pertenezco a este lugar, con esta gente, sabiendo lo que soy y todo el daño que he hecho a cientos de inocentes…quizás, solo deba descansar e ignorar todo eso, evitar que lo que Volif llama emociones nublen mi juicio…pero, ya ni siquiera se que es sentir una emoción, o por lo menos no lo recuerdo, de igual forma solo tengo grabado en mi mente que mañana…mañana será otro día más, otro día en el que el sol vuelve a salir brillando con grandeza en el cielo.
—“No existe emoción, sólo existe paz. No existe ignorancia, sólo existe conocimiento. No existe pasión, sólo existe serenidad. No existe caos, sólo existe armonía. No existe muerte, sólo existe la Fuerza”—, es lo único que digo en voz baja antes de recostarme sobre blanda cama que me ofrecieron y cubro mi cuerpo con las finas y suaves cobijas para bloquear el frío quedándome dormida luego de cerrar mis ojos.Continuara
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𝐕𝓲𝓸𝓵𝓮𝓽 𝐄𝓿𝓮𝓻𝓰𝓪𝓻𝓭𝓮𝓷 ━━━ 𝑨 𝑾𝚛𝚒𝚝𝚝𝚎𝚗 𝑫𝚎𝚜𝚝𝚒𝚗𝚢
FanfictionHace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana. El inocente camino de una niña de Tatooine se vio opacado por la llegada de una oscuridad que le arrebato todo lo que alguna vez conocio, su familia, su vida, sus emociones. Su misión ahora es la de...