Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana.
El inocente camino de una niña de Tatooine se vio opacado por la llegada de una oscuridad que le arrebato todo lo que alguna vez conocio, su familia, su vida, sus emociones. Su misión ahora es la de...
“(Cuando uno nace siempre lo hace como el niño más puro, hasta que inmorales hacen de las suyas…este es mi caso, ahora…ya no se que es lo que significan mis emociones y lo que siento…y he aquí, en una arena de batalla Neimoidiana, siendo el espectáculo de miles de personas que me ven matar a cientos de verdugos que tiene a familias esperándolos…pero eso ya no me importa, el daño ya está hecho…)”, esas fueron las palabras que cruzaron la meta de Horus como un huracán atreves de un oscuro y viejo bosque mientras que su sable de luz rojo le arrebataba la vida a todos adversario en la arena de Cato Neimoidia que intentará hacerle frente, los ataques de la Sith eran violentos y sanguinarios, no se conformaba con solo acabarlos con una estocada directa de su sable de luz, ella solo causaba daños graves en los cadáveres de sus víctimas sin sentir culpa alguna por manchar sus manos con sangre. Desde el estrado, Darth Korva solo miraba a su aprendiz arrebatarle la vida a cientos de luchadores que algunos se veían aterrados por la fama que la Sith logro cosechar en tan solo 7 días de llegada a la arena y sabían de lo que era capaz de hacer, el Sith solo recordaba como la entreno sin descanso hasta que los huesos de está se rompieran como método de castigo por su desobediencia y por haber fallado en su misión de matar a un Jedi, a la vez que viendo todo lo que su acólita estaba pasando le recordaba a lo mismo que el tuvo que pasar hasta llegar a dónde esta. “(Todo esto…lo tuve que sentir en carne propia por tu culpa hermano…por ti y tus caprichos de ser jedi”; la arena estaba llena de cadáveres de cazarrecompensas, guerreros famosos y hasta de bestias medianas e incluso un Rancor, mientras que el último luchador que quiso luchar contra Horus se aproximaba hacia ella con una gran velocidad después de haberle propiciado dos cortes con un par de cuchillas en el cuerpo dejándola casi incapaz de defenderse del que parecía ser un ataque mortal y que le daría fin a la vida de la chica se convirtió en una sorpresa para todos los espectadores cuando Horus de rodillas y queriendo que acaben de una vez con ella, inconscientemente lanzo una tormenta de rayos de la fuerza color rojizos que comenzaron a rostizar la carne del oponente de la Sith quien solo se mantenía cabizbaja y en silencio y una vez los rayos se detuvieron, la chica solo se quedó en el suelo arrodillada.
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“No…no…¡NO!...¿¡Porque me aferró…porque me aferró a seguir viviendo está inacabable tortura!?”, se pregunto así misma la chica de ojos azules sin saber que más sentir más allá de una profunda tristeza por seguir aferrándose a vivir para luego pegar un fuerte grito silenciado por el festejo de personas que solo buscaban su entrenamiento mediante el sufrimiento y muerte.
Coruscant
En el templo jedi ya a oscuras, un jedi vestido con un jubón color blanco y una túnica color marrón oscura que le llegaba hasta el suelo solo se la pasaba observando la ciudad con una expresión de tristeza y arrepentimiento notoria para cualquier que mire sus ojos rojos como la sangre, sus pensamientos solo se centraban en su hermano menor, aún recordando su sorpresa cuando lo volvió a ver en Kashyyyk mientras intentaba no llorar en se momento mientras su remordimiento lo carcomía por dentro.
