Tras lo que parecía horas, la pequeña Horus fue despertada por un fuerte grito de una voz masculina que la ordeno a más sujetos que la sacarán de su encierro, los dos hombres accedieron sin más liberando a la chica de los grilletes que fueron reemplazados por otros que le ocasionaban un fuerte dolor y entumecimiento en las manos de la chica que no le dejaba moverlas ni un poco debido a lo ajustado que estaban; Horus levanto la cabeza observando a un tercer hombre que le apuntaba con un arma directamente a la cabeza, sus ojos, verdes como esmeraldas, su rostro y su cabello se le hacía familiares, como si ya los hubiese visto en algún lugar en algún punto de su corta y tortuosa vida.
"Tu, ponte de pie y sígueme, a ustedes los veré en otro momento", dijo aquel sujeto ordenándole tanto a la niña como a sus subordinados, Horus sin decir nada solo se puso de pie comenzando a caminar detrás de su captor quien la llevó al parecer a una gran casa ubicada en lo que parecía ser los alrededores de una gran pradera oscura iluminada únicamente por la luz de la luna que se posaba sobre sus cabezas. Horus fue llevada a una habitación vacía con nada más que una cama y una sábana tirada en el frío suelo de madera y antes de decir algo o darse la vuelta, se quedó completamente a oscuras.
"Ahora solo queda esperar a que mi hermanito llegue", se dijo así mismo aquel sujeto de cabello largo y de color azul oscuro con algo de malicia en su voz para luego retirarse de aquella habitación dejando la puerta cerrada y completamente sola a Horus.En el planeta Coruscant.
"Maestro por favor, solo será por un par de minutos, le prometo que no tardaré en regresar...por favor", dijo la voz de un chico joven quien le suplicaba a su maestro que lo dejara ir a ver a un familiar suyo en Naboo, dicho maestro Jedi ya exhausto de la situación le dijo aceptando el que fuera. "Bien, está bien Gilbert puedes ir...s-solo ten cuidado chico, puedes usar mi nave que está en el hangar del templo, ya sabes cómo encenderla y pilotarla, solo...ten cuidado", con un sonrisa Gilbert se despidió de su maestro dirigiéndose algo emocionado hacia el hangar del templo, y al llegar no espero más y al subirse a la nave de su maestro tomo rumbo desde la capital de la galaxia hasta su planeta natal, Naboo, el chico estaba feliz por poder volver a ver a su familia.
Una vez la nave que el padawan utilizo para viajar atreves de la galaxia, este llegó al planeta Naboo aterrizando sobre su superficie y viendo como a unos 20 metros de dónde aterrizó estaba su hogar, la casa donde vivió parte de su niñez hasta ser llevado a Coruscant para convertirse en Jedi. Al tocar la puerta una figura masculina mucho más alta que el cuya apariencia era idéntica a la suya resaltando el hecho de tener el cabello más largo.
"Hola de nuevo Dietfried, me alegro de poder verte otra vez hermano", dijo el joven padawan hacia su hermano mayor quien con una amable sonrisa acaricio su cabeza con suavidad igualmente feliz de poder volver a ver a su hermanito pequeño, este le dijo. "Digo lo mismo Gilbert, te extrañe mucho hermanito, ahora entra", mientras ambos hermanos accedían a la vivienda Dietfried agrego. "Mamá y Papá no están ahora en casa, Mamá está ocupada con asuntos de su trabajo en la capital del planeta y Papá ocupado con temas del ejército", Gilbert un poco triste por la noticia solo respondió que está bien y luego una pregunta llegó a su cabeza al recordar en parte el porque estaba allí. "Oye Hermano, ¿que era eso que querías mostrarme cuando llegara?", pregunta el chico de pie en mirando a su hermano mayor mientras esperaba una respuesta rápida por parte de este quien parecía haber olvidado lo que quería mostrarle.
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𝐕𝓲𝓸𝓵𝓮𝓽 𝐄𝓿𝓮𝓻𝓰𝓪𝓻𝓭𝓮𝓷 ━━━ 𝑨 𝑾𝚛𝚒𝚝𝚝𝚎𝚗 𝑫𝚎𝚜𝚝𝚒𝚗𝚢
FanfictionHace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana. El inocente camino de una niña de Tatooine se vio opacado por la llegada de una oscuridad que le arrebato todo lo que alguna vez conocio, su familia, su vida, sus emociones. Su misión ahora es la de...