𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒕𝒐𝒓𝒆 (𝑁𝑒𝑔𝑎𝑛 𝑆𝑚𝑖𝑡𝒉)

Reconciliación

Caminé por todo el bosque matando a los caminantes que se me cruzaban y esperé a Negan sentada en el pequeño lago que había hasta que vi su gran figura, no voy a mentir si no fuera porque lleva una bolsa con sangre en la mano me habría tirado a sus brazos. Caminé hasta él y tiró la bolsa a mis pies haciendo que la cabeza decapitada de Alpha saliera de la bolsa intentando morder. Levanté mi mirada hacia Negan y asentí. Caminemos hasta las picas y colgué su cabeza justo al otro lado, donde ellos nos prohíban cruzar. Me alejé de la pica con su cabeza y miré hacia arriba a Negan, no sé si era porque mi líbido estaba alto o algo pero Negan cada día se veía más guapo, rejuvenecida incluso.

—Gracias.
Aparté mi mirada. ¿Enserio Jennet, un simple 'gracias'?

—¿y ya?

—¿que esperas? ¿Un beso?
Que mala elección, sabía su respuesta incluso antes.

—pues quizá.
Sonrió y encogió sus hombros.

—te veo esta noche.
Dije sin expresión y me giré, podía notar la mirada de sorpresa de Negan al haberle dicho eso.

—¿en la casa donde estás?
Asentí.

—nos vemos, señorita.
Sonreí pero no me vio porque estaba de espaldas.

Llegué a la casa después de cazar lo mínimo que pude. Me acosté en el sofá y escuché los pasos de Negan. Abrí la puerta y me esperó apoyándose en el marco supongo que intentaba hacerse el sexy aunque ya lo era aunque no lo hiciera.

—pasa.
Le dejé entrar y caminé delante de él.

Fui a girarme en mitad del pasillo pero Negan ya tenía sus manos en mis mejillas y antes de que pudiera reaccionar ya estaba pegado a mis labios, lo fui a apartar pero era imposible, lo amaba como nada en el mundo, su olor estaba mezclado con él mío y su cuerpo también. Su mano recorrió mi cadera hasta apretar mi trasero y agarrar mis muslos levantándome y sujetandome, yo enredé mis piernas a sus caderas, él me presionó contra la pared de detrás y su lengua jugó con la mía. Sus brazos se enredaron en mi cintura pegándome a su cuerpo intentando estar más cerca de mí. Me separé de él y la expresión de Negan cambió al ver mis mejillas húmedas.

—hey, hey.
Agarró mi cara entre sus manos y limpió mis lágrimas.

Miraba a sus ojos marrones, mis propios ojos casi inundados con lágrimas.

—No puedo...

—¿Que no puedes? ¿Nuestra relación? No te entiendo, pequeña.
Dijo acariciando mía mejillas con sus pulgares.

—No puedo alejarme de ti.
Suspiré mirándole a los ojos, el contacto visual sin romperse.

—Entonces no lo hagas.
Solté una pequeña risa.
—Te estoy siendo sincero.
Sonrió.

Le miré a los ojos, incliné la cabeza hacia su mano y estuvimos unos segundos en silencio.

—Hazme el amor.

—Esa es mi chica.
Me besó de nuevo, me elevó en sus brazos contra la pared y me acostó en la cama que había en el suelo.

Besó mi cuello, su barba pinchando mi fina piel y fue bajando quitando mi ropa hasta que los dos estuvimos desnudos y listos. Sus caderas se encontraron con las mías aún mientras nuestras bocas se acariciaban, mis labios se abrieron lo suficiente para jadear al sentirlo dentro al igual que él cuando por fin estuvo en mi interior, ahora éramos uno mismo y sus oscuros ojos lo gritaban. Acabemos los dos aún enredados en las sábanas de la cama, él encima de mí agarrado a mi cintura.

—¿Cómo quieres hacer esto? ¿Estaremos a escondidas o me presentarás a tu familia?
Sonrió y sacudí mi cabeza con una sonrisa.

—no les caerás muy bien.
Bromeé y acarició mi mejilla mirándome a los ojos.

Le miré y pasé mi dedo por su mejilla también, acariciandola.

—no puedo decirle a nadie que estamos juntos.
Suspiré y miré hacia otro lado.

—Entonces lo haré yo mismo.

—¿Qué? Ni se te ocurra, eres un prisionero.

—¿y?

—¿y? Te matarán, Maggie está esperando la oportunidad y esta vez no se resistirá.

—pues que lo haga.

—tendré una mala reputación por haberme acostado con quien mato-

—a tus mejores amigos... Lo sé, lo sé.

—volveremos a Alexandria y haré que te suelten, te dejarán libre pero tendrás que hacer algunas tareas.

—¿me darán una casa y una cama?

—probablemente no pero serás libre de moverte donde quieras.

—¿y vendrás a verme?

—no.
Bromeé.

—ya lo veremos cuando tu cuerpo extrañe al mio.
Dijo bromeando y no.

Besé sus labios y él los míos, nuestras frentes chocaron y acaricié su cara con cariño y afecto.

—deberías darte un baño.
Le susurré y sonrió.

—estoy muy cansado.

—te bañaré yo.

—mírate, deseando tocarme incluso encima de mi.
Dijo con una sonrisa ladeada y me levanté y extendí mi mano.

—vamos, hombre grande.
Se levantó y me siguió hasta el baño donde puse el agua y entró sentándose.

Yo en el principio de la ducha me arrodillé y eche jabón en mis manos y la esponja y empecé a lavarle lentamente, vi heridas y cicatrices pero seguí lavando su espalda.

—¿te has puesto a pensar como sería si aún estuviéramos en el antiguo mundo? ¿Cómo ni siquiera te habrías fijado en mí?
Le pregunté mientras restregaba la esponja en su piel lentamente.

—no digas tonterías, claro que me habría fijado en ti.

—no, no lo habrías hecho.

—eres una chica preciosa ¿a que te refieres?

—no lo sé...
Se giró y sujeto mi cara con ambas de sus manos.

—escuchame, por si aún no te ha entrado en esa diminuta cabeza, estoy enamorado de ti y me da igual como vistas, o como sea tu cuerpo... Aunque ese maldito cuerpo volvería loco a cualquiera.
Me sonrojé y sonreí.

—oh ¿vas a sonrojarte ahora? Por dios pero si he estado dentro tuyo hace diez minutos.
Reí.

—ven aquí.
Me agarró del brazo y me tiró dentro de la bañera con él, por suerta ya estaba desnuda.

Sus brazos rodearon mis hombros y les di un beso mirando enfrente de la bañera.

—te quiero.

—yo también.
Miré hacia arriba y le di un beso en los labios.

Gracias por leer, no sé como seguir la historia. 😔