BioShock Infinite: "The Perfect Dimension"

-16- //Fitzroy//

—Hermano, ¿me podrías explicar loque acaba de ocurrir? —

—¿No lo has presenciado? —

—Pero quiero conocer tu perspectiva —

—Está bastante evidente —

—Es decir, que el individuo posee los recuerdos de los demás miembros del círculo —

—Exactamente —

—¿Por qué? —

—Pareces estar poco familiarizada con esto, querida hermanita. Recuerda, esto es un bucle —

—Lo entiendo, pero creo que es la primera vez que sucede algo así —

—En efecto —

—¿Por qué crees que es así? —

—Porque esta situación es única, ha alcanzado un nivel muy profundo o también... —

—... el Profeta no quiere que continúe, ahora comprendo —

—Además, parece que la chica no es tan ingenua como parece —

—Aunque no es nuestra intención que desarrolle antipatía hacia el individuo —

—Cierto, pero debemos tomar medidas —

—¿Deberíamos intervenir? —

—Sin duda alguna —

[...]

Después de dejar a Booker inconsciente en el suelo, Elizabeth se sintió abrumada por una mezcla de emociones. Las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas mientras su corazón latía con fuerza en su pecho. Se sentía traicionada y confundida por las revelaciones de Booker, preguntándose si todo lo que habían compartido era una mentira.

—¿Cómo pudiste hacerme esto? —, murmuró entre sollozos mientras lo miraba inconsciente.

—Te amaba, Booker... te amaba más de lo que puedo expresar. ¿Por qué, Booker? —, murmuró Elizabeth, más para sí misma que para él.

—¿Por qué tuviste que mentirme? — dijo lastimosa Elizabeth.

 

Al escuchar su propia voz, Elizabeth se dio cuenta de que no podía evitar sentirse herida y traicionada, pero también confundida por la profunda conexión que aún sentía hacia él.

Elizabeth se aferró con desesperación a los controles del dirigible, sus manos temblaban mientras las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. A pesar de la confusión y el dolor en su corazón, sabía que tenía que mantenerse firme y seguir adelante, pero justo cuando estaba poniendo las coordenadas para ir a París, vio cómo unos barcos voladores rojos se acercaban a ella.

[...]

Booker se quedó inconsciente por el golpe que le dio Elizabeth. Fue un gran golpe, a parte de que fue con una llave inglesa, no con un puño ni nada, lo que le pudo haber roto la nariz.

Pero Booker ahí se quedó, aunque no se quedó inconsciente del todo. Poco a poco podía abrir los ojos aunque no podía oír nada pero el veía a Elizabeth controlando el dirigible, pero el cansancio y el golpe en la cabeza le impedían levantarse y siquiera poder hablar, por lo que únicamente podía cerrar los ojos levemente y volver a abrirlos. Aunque lo que más le sorprendió fue que de repente Elizabeth estaba murmurando para sí misma, se le notaba llorando.

Booker entendía perfectamente lo que le pasaba, pero no podía hacer nada. Eso sí, justo ella vio las ventanas del dirigible y Booker pudo divisar barcos voladores como los de Comstock, pero estos eran rojos, haciendo que Elizabeth se asustara y se fuera de ahí.