BioShock Infinite: "The Perfect Dimension"

-38- //Cohen//

—Algo no me gusta con esta chica, hermano.—

—¿Qué?—

—No parece ser lo que parece.—

—Técnicamente no es real, es un accidente.—

—Más bien una creación tuya porque eres tonto.—

—¡No te pases! ¿Yo qué iba a saber que pasaría esto?—

—Lo que nos costó romper el círculo para que ahora crees otro.—

—No es un círculo, ira ¿No ves que ellos siguen bien?—

—¿Qué?... Dios... es verdad... ¿Entonces?—

—Es solo una rama del árbol que hay ahora.—

—¿Pero se puede volver a convertir en círculo a partir de esto?—

—...—

—¿Hermano?—

—No lo sé...—

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Booker y Elizabeth están ahora de camino hacia el club de Cohen. Habían conseguido robarse una máscara en la Pugna del artista, por lo que ahora sí o sí deberían tener acceso al club.

—Oye, lo has hecho muy bien en esas tiendas. Tienes un poco de embucadura —decía Booker alabando la actuación de Elizabeth.

Pero Elizabeth solo sonrió indiferentemente.

—Dale las gracias de eso a mi a mi padre —decía Elizabeth con poco interés.

Booker se giró para verla.

—¿Ah sí? ¿Y eso? —decía Booker curioso mirándola.

—Era un hombre que al parecer estaba cómodo en muchos papeles —decía Elizabeth con un ligero tono de disgusto.

—¿Era actor o algo? —preguntaba Booker curioso.

—Algo así —decía Elizabeth avanzando mientras que Booker también lo hacía.

—Y también, con el de la tienda de oro, te defendiste bien, para ser una señorita, se ve que pegas muy fuerte —decía Booker nuevamente alabando mientras que Elizabeth le veía de reojo.

—Sí eso fue gracias a mi... eh... ehm... —trataba de decir Elizabeth, pero Booker notó que sus mejillas se comenzaban a sonrojar.

—¿A tu enamorado? —terminó de decir Booker al ver cómo actuaba Elizabeth.

—Hmm... sí... me enseñó que hay que hacer lo necesario para sobrevivir, pero que no hay que disfrutar de ello —decía Elizabeth avergonzada pero luego recuperando su compostura.

—Se ve que sabe mucho... —decía Booker extrañado para luego seguir avanzando.

Ambos llegaron, ya estaban delante del club, por lo que Booker simplemente comenzó a avanzar hacia la puerta con Elizabeth detrás.

Booker ahora sí caminó directo hacia el portón de metal con la intención de, esta vez, poder entrar.

—Bueno vamos a ello... —decía Booker, para luego posteriormente sacar la máscara y ponérsela en la cara.

Booker suspiró y luego comenzó a tocar la puerta para que el portero volviera a asomarse.

—¿Sí? —dijo el portero mirando por la pequeña rejilla.