-19- //La muerte es la muerte... ¿No?//

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— Esto de que estemos en lados diferentes no me agrada demasiado, ¿lo sabías, hermano?—

— ¿Estar en lados diferentes?—

— Me refiero a que tú estás del lado de él y yo estoy del lado del otro.—

— Ah, pero técnicamente no estamos con ellos, sino que venimos de allí.—

— No sabría qué contestarte.—

— Pues no lo sepas.—

— Eso no ayuda en nada Además, siento que esto va demasiado bien, ¿no lo crees?—

— ¿Y te quejas de eso? No sé ni cuántos intentos llevamos.—

— Lo sé lo sé Yo confío en que él es el que buscamos.—

— Confías en él porque es tu sujeto.—

— Cállate.—

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Booker y Elizabeth entraron dentro del club al que llamaban Club Good Time. Booker honestamente se esperaba que hubiera algún que otro guardia o soldado, pero nada, estaba vacío. Lo único que escucharon fue a un autómata que estaba detrás de un cristal simplemente dando la bienvenida.

— ¡Bienvenidos al Club Good Time! ¡Donde rugen los leones! ¡El espectáculo va a comenzar! — soltaba el autómata desde detrás del cristal.

— Hombre, el sitio es elegante — decía Elizabeth mirando alrededor.

— Que sea elegante no significa que no hagan nada malo aquí — respondía Booker, también observando el lugar.

Justo en ese momento, como pasó en el Salón de los Héroes con Slate, Jeremiah Fink comenzó a hablar por los altavoces desde el tejado del club.

— Ah, Dewitt amigo. ¿Sabes? ¡La mejor entrevista es aquella en la que el candidato no sabe que lo están evaluando! ¡Ja, ja, ja! — decía Fink, desconcertando a Booker.

— ¿Una entrevista? ¿Qué dice este? — preguntaba Booker a Elizabeth, pero esta solo levantaba los hombros.

Pero justo en ese momento, Fink volvió a hablar.

— Sabes, te he estado observando desde la rifa. ¡Eres un bruto! Y bueno, en momentos así, me vendría bien un bruto — continuaba Fink, confundiendo aún más a ambos.

— ¿Qué pretendes, Fink? — gritaba Booker hacia el techo, mientras comenzaba a buscar por las salas en busca del señor Lin, con Elizabeth siguiéndolo mientras escuchaban a Fink.

— ¿Qué pretendo? ¡Vamos a tener agitación obrera, Dewitt! Je, je. Fitzroy tiene a toda la chusma enardecida — decía Fink, como si estuviera indignado.

Pero Booker solo puso una cara seria mientras entraba en una sala con escenario y barra, que parecía la sala principal del club.

— Y no será que son chusma por tus horarios de negrero, sin vacaciones ni bajas — gritaba Booker hacia el techo, sarcástico, mientras miraba en dónde podría estar el señor Lin.

Pero Fink volvió a hablar.

— ¿Es que no escuchaste mi credo de la abeja? Ese no es el tema. A alguien como a mí, le vendría bien un viejo Pinkerton como tú — decía Fink, sorprendiendo a Elizabeth.

— Espera, ¿fuiste un Pinkerton? ¿De esos que apaciguaban a las mansas revolucionarias? — decía sorprendida Elizabeth, ya que sabía muy bien a lo que se dedicaban allí.

BioShock Infinite: "The Perfect Dimension"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora