BioShock Infinite: "The Perfect Dimension"

-34- //Revelaciones//

—¡Anda mira, hermano, se ha dignado a venir!—

—Sí, que es cierto.—

—¿La despertamos?—

—No, quiero ver qué pasa con el sujeto variable.—

—¡Qué impaciente eres!—

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Pero...

No dolió.

A Booker no le dolió nada, al contrario, se sentía igual aunque lo único que escuchó fue lo siguiente, fue un grito, como de un pájaro, para que posteriormente se escuchara una explosión más grande.

Booker elevó la mirada y vio cómo el dirigible era destruido, por el mismísimo Songbird, que a pesar de Booker no ordenarle nada, él lo hizo.

Al acabar de tumbarlo, el ave mecánica se acercó a la cubierta para aterrizar mirando a Booker como para preguntarle si estaba bien.

Aunque Booker estaba extrañado, ya que al parecer Songbird estaba bien, o al menos caía bien, ya que su brazo derecho estaba destrozado, chamuscado y parte de su torso le saltaban chispas como si se hubiera roto.

Ahí Booker entendió lo que le pasaba.

—¿Nos protegiste? —preguntó sorprendido Booker, a lo que Songbird solo alzó la cabeza mientras gritaba alegremente.

Luego de eso, se acercó a Elizabeth, cosa que Booker también hizo para mirarla, pero al parecer algo le pasó; se encontraba desmayada. Booker se asustó, y al poner el dedo cerca de su cuello, notó que aún estaba viva, tenía pulso.

—Joder... habrá sido de la impresión —decía Booker más calmado.

Pero sus nervios aumentaron al ver que Songbird los agarró a ambos con una mano y luego los llevó a una zona del norte de la cubierta.

—¡Whoaaaa, ¿Dónde vas?! —decía Booker nervioso volando desde la mano de Songbird, aún con Elizabeth en sus manos.

Luego los llevó a la columna norte y los dejó ahí en la punta de la cubierta. Luego se alejó un momento y a los segundos trajo en brazos un transbordador rojo de los Vox, el cual lo dejó volando delante de ellos y accesible para que montaran.

Aunque a Booker le costaba entender.

—¿Quieres... que nos vayamos? —preguntaba confundido, a lo que Songbird solo asintió gritando ligeramente.

Si es verdad que hay peligro, le dijo a Elizabeth antes de romper el Sifón, pero si se iban ¿cómo lo iban a hacer? Aunque claro para quedarse ahí y morir era mejor huir.

—Creo que es una buena idea... —finalmente dijo Booker, a lo que subió y cargó a Elizabeth en brazos para luego dejarla sentada en la zona de control para controlar la nave.

—Bien Elizabeth ya está bien, ¡vamos Songbird! —dijo Booker tomando el control del transbordador para comenzar a salir de ahí.

Pero Songbird no lo seguía.

Al contrario, se quedó en la punta de la cubierta observando todos los transbordadores de los Vox y los dirigibles que volvían a venir para terminar de bombardear.

—¡Songbird, ¿qué haces?! ¡Vamos! —dijo nuevamente Booker.

Pero Songbird solo se giró para agarrar el transbordador y comenzar a empujarlo desde el aire para que Booker se alejara, pero él no se iba con él.

Booker venía de la guerra, sabía qué eran esas señales.

—¡Oh no! Ni de coña voy a dejarte aquí solo con todos estos capullos —dijo Booker desde el transbordador de los Vox.