Dos días después
Creo con toda firmeza que cada segundo en el que paso en casa sin mi madre es completamente divertido. No porque no haga deberes ni menos porque haga desorden, sino que tengo más tiempo para mi mismo y hablar en voz alta lo que pienso. Así que, si mi madre hubiera escuchado todos los insultos que daba a todos los chicos que me han hecho este inicio de año una completa basura, no creo que haya salido bien.
Estoy desparramado en una de las sillas giratorias que tengo en mi escritorio. Me la paso jugando Minecraft o simplemente veo un par de videos, haciendo llamadas con Carla o tal vez usando Discord como plataforma principal. Tengo que confesar que tengo un problema con esa aplicación. Puedo pasar gran parte del día conversando con personas (desconocidas) sobre mis gustos. Es un alivio saber que nunca las vere ni ello a mi en la vida real, me daria una gran verguenza.
— ¡Protege la maldita cama!— grita Matthew. No entiendo al necesidad de hacerlo, él es perfectamente el tipo de persona que podría ser confundida con un completo enfermo mental. Aún no se porque digo jugando con el. Supongo que es solo para matar el tiempo— ¡Carajo!
Me muerdo el labio para continuar jugando. Mis dedos son un completo dilema. Siento como se resbalan cuando sujeto el joystick o alguno de los botones del controlador de Xbox.
—¡Es difícil jugar con este control!— confieso. A Matthew no le importa, lo único que si gana su atención y es su meta principal; ganar.— ¡Ya casi!— dice Matthew exhausto— ¡Solo esta y ya esta!
Agarro el control que tengo. Un control de Xbox 360, para ser mas exactos.
— ¡Protege la cama!— me dice.
En la pantalla del computador, tengo dos ventana abiertas: Discord y Minecraft. Hablando con Matthew, mi vecino, mientras jugamos una partida de Bedwars. Podríamos fácilmente ir a la casa del otro y jugar en la tele pero, por alguna razón no lo quiero hacer. Creo que simplemente me gustaría quedarme en mi casa. Evitar ir al exterior por un tiempo y los estímulos abrumantes en general.Matthew golpea algo, supongo que es su teclado.
— ¡Clover!— exclama el— ¿Eres autista o que?
Me pongo a pensarlo realmente. ¿Sere autista? Eso explicaría algunas cosas, sin embargo, también seria algo un poco difícil de afrontar ya que no podría excusar mi comportamiento "raro" detrás de la cortina de la adolescencia.
Me hecho en el respaldo de la silla por el cansancio que me da seguir jugando. Ya son las 8:50 PM y tengo un horario de sueño delicado.
— ¿No te gustaria parar un rato?— propongo, agitado y sudado.
Mis manos estan temblando y me siento deshidratado.
— Eso es de chicos estupidos— dice el, como si no se hubiera dado cuenta que el también lo es—, ¿acaso quieres ser un chico estupido, Clover?— Si ser un chico estupido es quedarse en la silla gamer que le compro su propia hermana hasta que el sudor invada hasta tus pies— farfullo—, entonces, paso.
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The Orange Juice
Ficção AdolescenteDesde que Clover entró a tercero de secundaria, la vida se ha tornado algo más oscura. Tareas, bullying, peleas con amigos, rebeldía, peleas con su madre... ¿ataques escolares? Como sea, el año no está siendo fácil desde que un grupo de estudiantes...