Todas las personas alrededor de todo el bloque, tenían la mirada perdida en pleno de todo desastre llamativo pero inocente a los ojos de todos.
Creo que lo más aburrido que ha pasado en la semana es encontrar a un perro tratando de aparearse con un esqueleto. ¿Un perro entrando hasta el segundo piso sin que nadie se diera cuenta? Pues, si. No se si debería ponerme asombrado por eso, la verdad es que irracionalmente quiero llorar por eso. No hay tiempo para poder pensar en todo eso, la única cosa que quiero hacer es largarme del colegio e irme a la casa de Carla. Aunque todos crean que somos novios y creen que estamos a punto de tener relaciones o algo— incluso si somos demasiado jovenes.—, a Carla le importa una mierda. Me encantaría explicarte lo asombrosa que es y todo lo bueno que ha hecho por mi, pero realmente no se si este sea el momento.
— ¿Que es esta cosa?— dice Carla, la tengo justo al lado. Lleva un moño rosa en su cabello rubio, con un tipo de vestido rosa y toda esa aura tan femenina que siempre tiene— Clover, prométeme que tienes algo para limpiar eso.
Sonara raro lo que voy a decir. Soy algo conocido por llevar cantidades raras de paquetes de paños húmedos y rollos de papeles, acompañado con una franela de color verde y una esponja. No es que tenga un trastorno obsesivo compulsivo, o algo así, es más como algo con lo que estoy cómodo. Me gusta estar preparado cuando se trata de la suciedad, me gusta limpiar. Mi madre se queja demasiado de eso, los productos de limpieza no son baratos, así que la entiendo. Me suele decir que mi hermano era totalmente opuesto a mi, el era un chico sucio que siempre tenia toda su ropa sucia acumulada en el suelo, tal vez una que otra caja de pizza. Esa era la rutina hasta que el decidió irse de repente, y nunca volvió.
Checo mi mochila. No tengo ni un paño ahí porque todas mis cosas están en mi
casillero.
—No tengo nada, Carla. Pero en el caso de que lo tuviera, ¿no crees que mis utensilios no serian útiles para limpiar pintura seca en un vidrio?
Carla se queda callada. Intenta decir algo, no lo hace al final.
Todos los estudiantes de tercero y de cuarto están parados más cerca de la entrada del colegio. La puerta de vidrio cubierta con pintura roja resalta increíblemente, el hecho de que esta cerrada aumenta la atención. Hay profesores y unos cuantos estudiantes más grandes que han entrado por una ventana. Las demás están cerradas. No tengo palabras sobre eso, lo único que puedo decir sobre la situación es que es parte de las estúpidas bromas de chicos de secundaria, dudo que las chicas lo hagan, están concentradas en otra cosa. Mi tutor, Henry, nos dice que los adolescentes siempre tratan de meterse en problemas para poder mostrar su disconformidad con el sistema, una manera de expresarse de manera artística. Yo pienso que, si realmente estas maneras de 'expresión' son validas, entonces, esta justificado que use el celular en clase y no que prenda todas las alarmas de incendio al mismo tiempo un lunes.Tonto. Es tan tonto.
Aprovecho la situación y saco mi celular, de todas maneras estamos fuera del colegio, es totalmente lógico usarlo. Abro mi Instagram y veo que un par de estudiantes de mi grado han subido historias. Veo el primero, es Alexander. Veo que es una foto del cuarto de enfermería, hay otra que es de hace una hora; una ventana roja, la misma que tenemos al frente. Voy a la segunda persona, son tres fotos; la primera es de el besándose con alguna chica que no conozco, la segunda y la tercera son imágenes con las letras 'A' y 'M'. Quien sabe, quizás sea algo importante.
Paro de ver las historias. Presiono el icono de '+' y me apresuro a tomar una foto de todo el escenario. Veo la foto y la aprecio más a detalle. Las personas están de espalda debido a que siguen viendo el escenario, simplemente hipnotizados, al menos perderemos clases. Pienso un poco sobre poner un texto, algo que sea 'poético', sabiendo que soy todo menos eso. Me imagino cualquier cosa que se me viene a la mente:
Miren la ventana roja cerrada, ¿no es poético?
Lo hago con la intención más sarcástica posible. Etiqueto a Carla, literalmente su usuario es su nombre real.
Reflexionó sobre cada momento clave que ha pasado desde que he llegado, siento que simplemente estoy aquí porque no tengo nada que hacer. Carla sigue parada ahí como si estuviera tonta, me pongo a pensar que si realmente tenemos más amigos sin contar a nosotros. Creo que no.
— ¡Hey, logramos abrirla!— dice uno de los chicos de cuarto adentro de la escuela.— ¡Alguien empuje la puerta!— exclama.
Uno de los chicos de afuera, decide empujar la puerta con toda la fuerza que aparenta tener. Lo hace dos veces. Una. Nada. Dos. Se abre al fin. Se escuchan un montón de susurros entre los grupos de estudiantes, el volumen se intensifica cuando los profesores vienen hacia afuera y deciden dar la bienvenida a los estudiantes. Veo que el director de esta institución esta entre todos los profesores, lo veo con una mirada seria, esta demasiado pensativo. Es como la mirada que adoptan los profesores cuando te atrapan usando el celular en plena clase, parece como si hubieras cometido el peor crimen de todos. Los otros profesores parecen estar aliviados, tal vez traten de ocultar todo los nervios detrás de esa sonrisa. Pero el tiempo al tiempo.
Todo termina normalmente, vuelve a la rutina.
Mi nombre es Clover, Clover Lindsey. Tengo 15 años recién cumplidos. Mi madre dice que la juventud es la mejor edad de todo ser humano, también dice que las vacunas causan autismo, por eso no se si creer todo lo que dice. Tanto en la escuela como en la calle soy una persona introvertida, me gusta mucho conservar mi propio espacio excepto si la persona con la que hablo es mi mejor amigo o mejor amiga. Si alguien te pregunta que quien soy yo, probablemente te diga que pertenezco al club de "Solteros sin oportunidad". Con 'club' no me refiero de manera metafórica, realmente estaba en ese club creado por uno de los estudiantes, pero ya no pertenezco ahí. Lo hice porque realmente quería pertenecer a algo, quería ser alguien y considerarme parte de un grupo, quizás sea más que un soltero indeseado, quizás menos. Tengo un gusto extraño por las fresas. Ah, y me gusta subir videos.
Realmente no disfruto de estar en la escuela. Es un lugar donde la mayoría de personas me considera un 'bicho raro', en algunos casos, un 'maricón'. El año pasado, los profesores se dieron cuenta que todo este peso en mi no era nada fácil, sumándolo con los trabajos, era agobiante. Por un tiempo, siempre me la pasaba con ellos en los recesos, eran como mis mejores amigos. Es entonces cuando conocí a Carla, fue raro, especialmente porque la primera oración que me dijo fue.
— Clover ¿eres gay?
Personalmente creo que realmente esa fue la primera persona que realmente me pregunta eso. No me agrado la pregunta, realmente, pero ese simple hecho de que alguien se paro a preguntarme si realmente lo era en vez de asumirlo porque si, me hizo sentir algo... agradable. Desde ese entonces, Carla ha sido la mejor amiga que he tenido en toda mi vida, aunque no lo parezca. La vida ha mejorado desde fines del año pasado, ya no tengo que sentir que estoy siendo perseguido por alguien, sin ningún soporte ni nada. Si alguien me pregunta si estoy bien, le respondo con un "Podría estar peor"
Quizás esto sea una etapa, todo esto sea simplemente un momento en toda mi vida, probablemente nunca lo sabré. Cada paso que doy hacia mi salón se siente muy bien, esperanzador... hasta que me doy cuenta que he pisado heces de perro. Y veo todo el pasillo, esta repleto de heces.
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The Orange Juice
Teen FictionDesde que Clover entró a tercero de secundaria, la vida se ha tornado algo más oscura. Tareas, bullying, peleas con amigos, rebeldía, peleas con su madre... ¿ataques escolares? Como sea, el año no está siendo fácil desde que un grupo de estudiantes...