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El Pozo Mágico Parte 3

"Debes tener más cuidado Sakura".

Oyó en la oscuridad y descubrió que estaba respirando, alguien la había sacado del río turbulento. 

"No podré salvarte de nuevo, si fallas las siguientes pruebas morirás, sé inteligente y valiente".

La voz era extraña, por una parte exigente, por otra parte protectora. Sakura abrió los ojos pesadamente, todo estaba borroso, se levantó aturdida y vio la silueta nebulosa de una mujer de cabellos dorados y capa verde que se alejaba. Parpadeó, se talló los ojos y cuando su visión se recuperó del todo la mujer ya había desaparecido.

—Sakura ¿Estás bien? —dijo alguien tras ella, era Sasuke—. No pude correr tanto como la corriente del río, que bueno que lograste salir por tu cuenta.

Sakura no dijo nada, sabía que si trataba de explicar quién la había salvado la creería loca. De pronto se percató de que estaba empapada, tiritando de frío y sin la canasta de comida y su capa. Lloró, habían pasado tantas cosas que se sentía abrumada. Sasuke se quedó quieto sin saber qué hacer por unos segundos, después se apartó yendo por leña e hizo una fogata cerca de ella para ayudarle a secarse y calentarse.

—Gracias —dijo Sakura, todavía llorando un poco.

Sasuke solo asintió. Descansaron una media hora.

—¿Ya estás lista para seguir? —le preguntó Sasuke.

No lo estaba, pero no podía perder más tiempo, la enfermedad de sus padres podría empeorar al igual que la maldición de Sasuke, debían seguir aunque no quisiera. Apagaron la fogata y reanudaron su viaje, ambos sintiendo hambre pero no tenían nada para comer. Sakura ya estaba seca pero sin su capa la brisa gélida que había en el Bosque Sombrío la hacía tiritar.

Anocheció poco tiempo después y tuvieron que dormir muy juntos para compartirse calor. En otra situación Sakura estaría feliz, con el corazón latiendo jubiloso por estar tan cerca de un chico tan guapo como Sasuke, pero en esa circunstancia lo único que podía pensar era en llegar lo más pronto posible al Pozo Mágico y regresar con sus padres.

Durmió durante horas, después abrió poco a poco los ojos, el amanecer había iluminado tenuemente el bosque, Sakura se levantó, el hambre que sintió fue peor que antes.

—Busquemos comida —dijo Sasuke, quien también se levantó sintiendo lo mismo.

Exploraron los alrededores y encontraron arbustos con bayas. Sakura estuvo por recoger unas cuando de entre los arbustos emergió un zorro, pero era un zorro diferente, este tenía nueve colas,  y como si eso fuera poco ese animal habló:

—Fuera, esta es mi comida, no tomen nada.

Sakura retrocedió asustada, luego la sorpresa inicial se desvaneció y estuvo un poco más calmada.

—Pero hay muchos arbustos, ¿no podemos tomar las bayas de algunos? —interrogó al zorro.

—No, todas son míos.

—Entonces te los quitaremos por la fuerza —amenazó Sasuke.

—Inténtalo —el zorro mostró sus dientes afilados y flexionó las patas listo para atacar.

—Esperen —exclamó Sakura—. No es 

Estiró su mano hacia el zorro y añadió:

—Mi nombre es Sakura, ¿y el tuyo?

—Yo soy Naruto.

—Un gusto Naruto —Sakura saludó con su mano una de las patas delanteras del zorro—. Ahora que nos presentamos podemos ser amigos.