El Pozo Mágico Parte 4

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—¿Por qué quieres saber qué deseamos? —preguntó Sasuke mirando los surcos en la madera que parecían ojos—. ¿Acaso eres un árbol mágico que cumple deseos?

—No —respondió el árbol gigantesco, su voz estremecía la tierra—. Pero puedo ayudarlos a conseguirlos.

Sakura, Sasuke y Naruto se vieron entre sí sin saber si podían confiar, todo era muy extraño, aunque las hadas los habían conducido hasta ahí, por eso Sakura se atrevió a decir:

—Deseamos encontrar el Pozo Mágico.

—Están muy lejos de su ubicación —contestó el árbol de forma grave.

—¿Acaso no está en el centro de este bosque? —cuestionó Sasuke.

—Así es, y ustedes no han ido al centro sino al sur.

—No puede ser —exclamó Sasuke—. Soy un gran rastreador, me he asegurado de ir al centro.

—El Bosque Sombrío no es como los otros bosques, incluso el mejor explorador se perdería.

—¡Entonces cuánto nos falta para llegar al Pozo Mágico? —preguntó Sasuke desesperado.

—Si fueran en un camino recto llegarían en tres días, pero naturalmente se volverán a perder y tardarán más.

—No puede ser —murmuró Sakura.

—Pero hay una forma de llegar más rápido —enunció el árbol enorme.

—¿Cuál? —preguntaron Sakura y Sasuke al mismo tiempo.

El árbol abrió el surco que era su boca hasta formar un hueco circular en el tronco. 

—Entren por aquí y al salir estarán más cerca del Pozo Mágico —declaró el árbol sin mover su boca, parecía que hablaba de otras formas, a través de toda la vegetación alrededor.

—Yo no voy a entrar ahí —se quejó Naruto.

—Ni yo, solo un estúpido caería en esa trampa —añadió Sasuke.

Sakura lo volteó a ver, las hadas revoloteaban al lado de él y su luz le permitió ver que las marcas escamosas y violetas se habían extendido por su piel. No podían perder más tiempo, Sasuke estaba en peligro de volverse una serpiente y además sus padres podría morir en cualquier momento.

—Debemos ir —dijo en voz baja.

—¿No crees que es una trampa? —preguntó Sasuke y señaló la boca del árbol.

El hoyo estaba sumergido en tinieblas, no se podía ver nada, Sakura dudó pero al fina dijo:

—Hay que ir.

—Solo puede pasar uno a la vez —explicó el árbol de voz profunda—. Una vez adentro deben cumplir estas reglas: No mirar atrás, no retroceder y no detenerse.

—No vamos a hacer esto —repitió Sasuke—. No creo que estemos tan lejos, encontraremos el Pozo Mágico por nuestra cuenta.

—Sakura, vámonos —le dijo Naruto.

El chico y el zorro se dieron la vuelta y empezaron a caminar lejos del árbol. Sakura dio un paso hacia atrás, giró a medias, luego volvió a girar, pero regresando su vista al árbol.

—Yo iré por aquí —exclamó y antes de que Sasuke o Naruto la detuvieran se arrojó a la boca del árbol.

Dentro se percató de que había un túnel de madera por el que debía gatear. Avanzó de esa forma y la boca del árbol se cerró, todo se hizo tinieblas, quiso voltear hacia atrás pero recordó las reglas y continuó avanzando. Pasaron los minutos, estos se fueron acumulando, el túnel no parecía tener fin y todo seguía en total oscuridad.

—¿Sasuke? ¿Naruto? —preguntó por si alguno de ellos ya había ingresado pero la única respuesta fue el eco de su voz.

Muchas veces quiso voltear y unas cuantas quiso detenerse. Ese lugar aparte de oscuro era frío, no veía ni oída nada, solo sentía frío, incluso perdió sensibilidad en sus extremidades y ya tampoco sintió la madera bajo ella, sus sentidos no servían en ese lugar, era como si flotara en una negrura gélida. Empezó a tener mucho miedo, su corazón golpeó dentro de su pecho. Sakura pensó que moriría ahí dentro y sus padres morirían sin saber de ella. Soltó un sollozó y luego un llanto. El ritmo de su andar disminuyó gradualmente. Casi dejó de moverse y estuvo por retroceder y voltear.

Reunió fuerzas para no quebrantar las normas del árbol, se limpió las lágrimas con una mano todavía avanzando por el túnel y después de varios minutos más, tal vez una hora, vio una luz al final. Se aproximó veloz usando todas las fuerzas que le quedaban y emergió.

Su cabeza brotó del suelo, luego la mitad de su cuerpo, estaba saliendo de una madriguera en la tierra, eso no tenía sentido pero decidió ignorarlo. Unos segundos después de salir del agujero en la tierra surgió Sasuke y después Naruto.

—También vinieron —sollozó Sakura, se hincó y abrazó a los dos.

—No debiste hacerlo —dijo Sasuke de forma tosca—. Te llamé muchas veces pero no oí tus respuestas ni te vi en ningún momento, creí que habías muerto.

—Yo pensé lo mismo —dijo el pequeño zorro—. Tuve mucho miedo ahí dentro.

—Perdón por hacerlos cruzar por el árbol.

—No importa, esperemos que nos haya dicho la verdad —sentenció Sasuke.

Los tres se pusieron de pie y observaron su alrededor. Seguían en el Bosque Sombrío pero en una parte diferente, ahí los árboles eran más esqueléticos y torcidos.

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