capítulo 3

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Daenys despertó ese día sin ganas de hacer nada, se levantó y Miriam le ayudó a peinarse unas par de trenzas para sostener su pelo. Se puso un pantalón y una camisa larga sin mangas de color azul. Hoy no tenía ganas de ver a Rhaenyra y nadie así que penas terminó de vestirse se fue con prisa a Posodragon, pasaria el día con Silver.

Caminaba tranquila por las calles de Desambarco del Rey y pensaba como las extrañaría, la gente del pueblo llano era muy amable con ella, y le encantaba jugar con los niños en total libertad, olvidarse que es una princesa y poder hacer lo que quisiera. Cuando llegó a Posodragon buscó a Silver y la libero, de ahí se fueron para la playa a disfrutar de la vista y brisa fresca del mar, alejadas del mundo.

Rhaenyra estaba pensando como se ganaría la confianza de su hermana, si vivirán juntas quería al menos tener una buena convivencia. Esa mañana quería tener un desayuno con ella, las dos solas, mandó a su doncella Elinda a buscarla, pero esta regreso sola, le dijo que la princesa salió temprano a ver a su dragón, y que lo más seguro es que no volvería hasta el anocher. Eso la dejo pensando un poco, ¿estará en condiciones para volar? A la tarde la vería, pues con esa información decidió que volaría en Syrax y la buscaría.

- Ahora mi vida será diferente Silver - Hablaba Daenys con su dragona viendo el mar - ya no se si pasaremos estos momentos juntas. Tampoco se cuanto tiempo más duraré en esta vida. - la dragona apoya su hocico en ella e intenta consolarla, Daenys le sonríe y la acaricia. De repente Silver se pone alerta, a lo lejos ven un dragón volando cerca de ella. Silver es muy protectora con su jinete y no deja que nadie se le acerque.

- Tranquila amor, es solo mi futura esposa. Creo que viene hacia acá, tranquila ¿si pequeña? Estaremos bien - le tranquiliza mientras ve como Syrax la dragona de su hermana aterra algo lejos de ellas.

Rhaenyra encontró a su hermana sentada en una roca junto a un dragón negro con escamas escarlatas, supuso que era su dragón. Cuando voló cerca Syrax sintió la hostilidad del compañero de su hermana, así que hizo que aterrizara algo alejada para no provocar más al animal. Con paso tranquilo se comenzó a acercar y desde lejos se puso a observarla.

     Otra vez llevaba puestos pantalones, y su ropa no estaba tan limpia, su dragón estaba casi encima de ella cubriendola y me miraba con hostilidad

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Otra vez llevaba puestos pantalones, y su ropa no estaba tan limpia, su dragón estaba casi encima de ella cubriendola y me miraba con hostilidad.

- Tranquila nena, no me dejes viuda antes de casarme. Cuando muera te la podes comer. Aunque su carne ya está vieja. - le dice burlándose de ella.

- Jaja muy graciosa Daenys. Soy joven todavía. ¿Que haces acá? ¿Podes volar en tu condición? - le pregunta algo preocupada.

- Soy libre de hacer lo que quiera. Por ahora, dentro de lunas cuando me apriciones en tu castillo de piedra, bueno ya no podré hacer nada, solo esperar al desconocido. Así que aprovecho a despedirme de mi niña. Y escapó de vos obviamente. Lo que menos quería hacer hoy era verte. Que mala suerte la mía. - le dice soltando un suspiro al final.

- No voy a encerrarte, Daenys, serás libre como lo sos acá. No soy un monstruo hermana...

- No somos hermanas Rhaenyra. Y no, es verdad no soy un monstruo, sos un demonio extremadamente hermoso, incluso después de haber parido a tres cachorros. Es una lástima que ese belleza solo sea superficial. - La interrumpe de forma brusca hablándole con aspereza y sontmriendole al final.

- ¿Por qué me odias tanto? - pregunta Rhaenyra con dolor.

- No te odio princesa, si lo hiciera tú vástago menor estaría muerto y tú metida en una cama nadando en tú mierda y pis, pudriendote por dentro. Yo gozaría de la mejor salud y seguro me casaría con mi luna y estrellas. Sin embargo acá estas tan perfecta de salud como una flor que nace en primavera y el pequeño Joff en tus brazos. Mientras yo cada día pasa es un día menos de vida.

- ¿Que querés decir con eso Daenys?

- Pensé que era más inteligente princesa. En fin no se puede esperar tener todo en la vida ¿no? ¿Belleza o inteligencia? Vamos preciosa en las alturas el aire es más puro.

Así Daenys sube sobre el lomo de Silver, Rhaenyra se asusta ya que no lleva silla de montar.

- ¡¡Daenys baja de ahí no tenes silla!! - le grita con desespero pero la joven la ignora y le ordena a su dragona que vuele. Mientras más sube, Silver hace un par de acrobacias alterando más los nervios de Rhaenyra quien corre junto a Syrax y enseguida sigue a su hermana en el cielo.

En un momento el terror la invade por completo, Daenys suelta las crestas de Silver y está gira dando vuelta por completo y su hermana cae.

- ¡¡¡DAENYS!!!! - Grita con todas sus fuerzas mientras la ve caer de cabeza directo al mar. Ella cae tranquila si agitarse, Silver vuela algo alejada ella dando vueltas su alrededor. Rhaenyra fuerza a Syrax para vuele más rápido, pero al estar cerca Silver se le cruza por delante impidiéndole el paso. Se acerca a Daenys y cae ennpicada junto a ella, su hermana estira sus manos tomando la cresta del dragón antes de tocar el agua y silbar endereza su cuerpo haciendo que Daenys quede sentada de nuevo en su lomo vuelve a elevarse en el cielo. El corazón de Rhaenyra late desbocado en su pecho, como si quisiera salir de ahí, por un momento su vista se nubla y lágrimas caen de sus ojos. Su hermana está completamente loca.

Vuelan por un par de horas más, en las cuales Rhaenyra caso sufre de varios infartos por las acrobacias riesgosas que hace Daenys. Al llegar a Posodragon y dejas a las dragona descansar, Rhaenyra se acerca corriendo a su hermana, con el corazón en la boca y una furia más grande que las tormentas de Bastion de las Tormentas.

- ¡¡¡¿Acaso estás loca o perdiste la cabeza? ¿Comonpodes hacer algo tan riesgoso como eso? ¿Que buscar morir?!!! - le pregunta a los gritos luego de haber tomado su brazo con fuerza para hacerle frente.

- Ya estoy muerta princesa. Yo estoy muriendo para que tú puedas vivir. - le escupe con asco en la cara, sus ojos llenos de odio y repudio clavados en los ojos llenos de preocupación y miedo de la mayor.

- ¡¡¡ Yo no quiero que mueras por mi. No te lo pedí!!!

- ¡¡¡ No importa lo que quieras o si me lo pediste o no. Ya está sucediendo, y no hay nada que puedas hacer para evitarlo.!!! - Le grita Daenys en respuesta para luego salir corriendo y mosntarce de forma ágil a un caballo y galopar con rapidez a la Fortaleza Roja dejando a una desconcertada Rhaenyra detrás.

La danza del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora