capítulo 19

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    Una semana paso del ataque, Daenys no se separaba de su esposa, hermanos, y sobrinos, Rhaenyra siempre llevaba a Leonidas en sus brazos, sintiéndose mas vulnerable que nunca. La princesa heredera jamas pensó en sentirse así, cuando planeo casarse con su hermana, su plan era arrebatarle a Alicent su tesoro mas preciado, su adorada hija mayor, aquella que cuidaba y mimaba como a una pequeña. Nunca espero que su hermana con tan solo 16 días del nombre fuera tan inteligente, ni tan despiadada. ¿Consiguió lo que quería? La respuesta es si, pero peco de ignorante, no conocía a su, entonces hermana, y su soberbia la llevo por un camino que jamas imagino. ¿Evito una guerra por la sucesión? La respuesta tambien es si, pero ¿a que precio?. Llevo a su ahora esposa al limite, ella le dijo lo que pasaría, Helaena le dijo lo que pasaría, pero ella hizo oídos sordos. Debió darse cuenta,  abrir los ojos esa noche cuando su hermana se colo en su habitación y la hizo suya, cuando le mostró su dominio y astucia, pero ella no quiso verlo y ahora Daemon estaba muerto, y ella estaba esperando el perdón de una adolescente, ansiando sus brazos alrededor de su cuerpo, su calor en las noches frías.

     - Esto no era lo que tenias planeado ¿No es así? - Pregunta Daenys como si leyera su mente.

     - No. - Le responde en un susurro. - No era lo que quería ni esperaba.

     - Es bueno saber eso. - Le sonríe la joven mientras acaricia su cabello

     - Perdón. - Se disculpa. - Fui egoísta, jamas pensé en vos o nuestros hermanos, solo en el hecho de que tu madre quería que Aegon usurpara el trono, en mis hijos, sin darme cuenta en el daño que eso les provocaba a ustedes.

     - Ya esta todo en el pasado, no habrá guerra, no habrá muertes de inocentes. Tu y tus hijos están a salvo. Mis hermanos están a salvo. Jamas dejare que nadie los lastime, no otra vez. 

     - Jamas me sentí tan débil como ahora, tan vulnerable.

     - Jamas intentaron violarte, ni matar a tu bebe frente a tus ojos. Es normal Rhaenyra. Pero el tiempo cura todo, y esto solo te hará mas fuerte, si luchas por seguir adelante. Tus hijos te necesitan, se fuerte frente a ellos. En la soledad, en mis brazos se débil y vulnerable, llora y ruega por piedad. Yo te sostendré y te ayudare a caminar, cuando no tengas fuerzas en tus piernas para hacerlo.

     - Deberías odiarme, - Le dice Rhaenyra comenzando a llorar. - yo solo...

     - Te amo. - Daenys toma con delicadeza su rostro para que la mirara a los ojos mientras con sus pulgares seca las lagrimas que caen por sus mejillas. - Te amo demasiado, a pesar de todo, si duele es por que te amo. - Al terminar de decir eso besa sus labios.

     - Perdón por interrumpir. - Dice Asha ingresando a la biblioteca, que es donde se encontraba el matrimonio. - Llego un mensaje de Desembarco del Rey, en una semana su padre viene para acá, el rey fue informado del ataque, y quiere verlos a ustedes. - Le informa la Greyjoy.

     - Gracias Asha. - Le dice Daenys con una sonrisa triste y el kraken se despide con una reverencia.

     - No estas feliz con esa noticia. - Asegura la mayor.

     - ¿De que sirve que el viejo y su grupo de imbeciles vengan aquí? De nada, solo vienen a molestar. - Gruñe la menor.

     - Papa debe estar preocupado por nosotras, tu madre tambien.

     - El viejo solo se preocupa por vos. Nosotros no somos sus hijos. Mama se debe estar muriendo de los nervios. No quiero pensar en ninguno de ellos. - Suelta un suspiro al final.

     - Duerme muy tranquilo. - Cambia de tema la heredera, mirando a su pequeño.

     - Esta en los brazos de su madre, es muy obvio. - Responde Daenys indiferente. Rhaenyra la mira con dudas y toma su mano. Los ojos de la menor están apagados y sin brillo, el frió le escuece la piel cuando la mira, eso la asusta.

      La noticia de la llegada del rey, deja molesta a la princesa consorte, no quiere lidiar con esa gente ahora, tiene planes que hacer y asegurarse que su familia este bien, protegida durante sus días de ausencia, que espera sean cortos. No quería separarse de su esposa, pero si quería seguir con su plan debía hacerlo, Rhaenyra no debía saber nada. Estaba tan cerca, ya se deshizo de uno de de sus enemigo, ahora iba por el segundo. Pronto tendría un abrigo de piel de león.

La danza del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora