capitulo 2

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     Daenys siempre supo que la disputa entre su madre y su media hermana terminaría en la muerte de todos ellos, y al principio no le importaba, cada una pagaría por sus pecado, por su avaricia, y desmedida ambición, perdiendo lo que más amaban, sus hijos. Ella esperaba al desconocido con una copa de vino servida, para recibirlo como a un viejo amigo. Al salir de sus aposentos con Ser Criston como apoyo para no caerse, pues su cuerpo todavía estaba débil, pensaba que ten rápido llegaría por ella ahora que su vida estaba a la de Rhaenyra. En el camino encontraron a Elinda, la doncella de su hermana, y le preguntaron dónde se encontraba la princesa, a lo que ella le responde que en uno de los jardines junto a sus hijos, a punto de comer. Pensó que no sería apropiado llegar e interrumpir ese momento en familia, pero la doncella le dijo que la princesa la recibirá y que podía ir con ella. Daenys le regaló una sonrisa de agradecimiento y así la mujer los llevó a su destino.

     Rhaenyra se encontraba en los jardines del palacio junto a sus tres hijos a punto de almorzar, pensaba si su hermana despertaría algunos de estos días, pues ya habían pasado tres dias desde que la joven tuvo su recaída y todavía no habían noticias de que se recuperara. El grito de sus hijos la saca de su ensoñación.

     - ¡tiaaa! - gritaron emocionados Jace y Luke, al ver a la joven peliblanca llegar a ellos. Daenys se arrodilla con ayuda de su caballero para poder recibir a los niños entre sus brazos y los saluda con la misma emoción.

     - Mis pequeños dragones, que alegría poder verlos hoy - dice mientras abrazaba a los niños y besaba sus cabezas, luego se pone de pie de nuevo con ayuda del caballero y es tomada de la mano por ambos niños quienes llevan con su madre. Jace corre una silla hacia atrás y Luke le ayuda a sentarse.

     - Oh muchas gracias mi caballeros, sonbustedes muy gentiles. - les dice Daenys con una dulce sonrisa.

     Rhaenyra veía todo esto sin poder creerse que estuviera pasando, sus hijos y hermana tenían una buena relación y al parecer ya habían convivido antes.

     - Buenos días princesa. - Saluda la joven sacándola de sus pensamientos, su voz al dijirigirce a ella, ya no es tan dulce. - Disculpe que le moleste en este momento familiar y sobre todo a la hora de la comida. Pero tengo entendido que debía reunirme con usted apenas despertara, por ordenes del rey.

     - Daenys, si no te encontrabas bien de salud, no era necesario venir. Podíamos reunirnos cuando estuvieras en mejores condiciones. - le dice observandonla cara cansada y ojeras, además que se notaba que la joven no podía caminar bien.

     - Como si mi salud fuera importante. El desconocido podría venir hoy a buscarme y solo mi madre y hermanos llorarian. Princesa no intente ser falsa conmigo, yo puedo ver la mentira en los ojos de las personas, no soy fácil de engañar. - la crudeza en la voz de Daenys hace que un escalofrío corra a través de la columna de Rhaenyra.

     - Nosotros sí te lloraremos tía - dice Jace desde su inocencia. La menor lo mira con cariño y besa su frente.

     - Y eso me partirá el alma. - sus ojos cálidos vuelven a la princesa pero el verano los abandona para darle paso al invierno, y una mirada gélida se posa en Rhaenyra - Así que princesa, seamos honestas y dígame la razón por la cual a decidido desposarme.

     - No hay maldad detrás de esto. Fue decicion de nuestro pa...

     - Fue idea tuya y el rey Viserys te apoyo como siempre. Le dije que no mienta princesa. - la interrumpe Daenys

     - Nuestro padre - recalca Rhaenyra al ver la negativa de parte de su hermana - solo piensa en el o mejor para nosotras... - la fuerte carcajada de su hermana vuelve a interrumpirla haciéndole perder la paciencia.

     - Lo mejor para nosotras, princesa que buenos chiste que hace. No sabía que tenía un gran sentido del humor.

     - No bromeo, Daenys. Padre dijo que esto era lo mejor para ti, así los lores dejarían de intentar desposarte.

     - ¿Él rey le dijo eso princesa? - le pregunta la joven mirándola con falso asombro.

     - Si, me habló de tu débil salud y...

     - Y no te dijo que quien rechazó todas las propuestas fue mi madre, ya que el rey arregló salidas con varios de esos lores para conseguirme un buen prospecto sin importarle que el maestre le dijo que jamás tendré hijos, y que el acto sexual me mataría. No le dijo que fue durante esos paseos con un Lannister que mi garganta se inflamó tanto que me dejó sin aire y estuvo a punto de morir. Que si no fuera por Ser Criston, el desconocido hubiera llegado antes por mi. Y mientras yo estaba muriendo él rey me estaba arreglando otro encuentro con otro lord. Y ahora resulta que me comprometio con su hija. Mi vida no le importa al rey, ni a usted, ni a nadie más que a mi madre, mis hermanos, mi abuelo, el caballero detrás mío. Incluso sus hijos velan más por mi salud, que mi supuesto padre. - suelta con todo el resentimiento acumulado en su corazón, el odio y desprecio en sus ojos, son dagas que se clavan en el pecho de Rhaenyra, ve como sus pequeños y dulces hijos abrazan a su tía de forma protectora.

     Las sirvientas llegan con la comida y la princesa más joven le sonríe a los jóvenes dragones para que estén tranquilos. Los niños se sientan para comer, Rhaenyra se da cuenta que su hermana no toma ningún alimento.

     - Daenys, debes comer algo. - le dice con suavidad para no volver a irritar a la joven.

     - ¿Usted sabe la causa de mi enfermedad princesa? - le pregunta.

     - No, no la se. Lo siento.

     - Envenenamiento. Hace unos años envenenaron el vino que bebía durante la comida. El veneno no me mataría en ese instante, no mi muerte sería dolorosa y prolongada, corroyendo mis órganos de poco hasta que estos dejen de funcionar y morir.

     - Lo lamento, no lo sabía. ¿Encontraron al culpable?

     - Aunque mi madre y abuelo hicieron todo lo posible, él culpable jamás fue encontrado. Y al rey no le importo.

    - Lamento mucho escuchar eso hermana. Esta comida no está envenenada puedo asegurarlo.

     - Yo no. No como ningún alimento que no haya sido preparado por mi madre. Tengo una dieta especial, no puedo comer cualquier cosa.

     Por cada cosa que su hermana dice, más asombrada está Rhaenyra. Que alguien se atreviera a querer envenenar a una princesa es imperdonable, y él hecho de que su padre no haya echo nada por ella la deja anonadada. Aho se da cuenta de que realmente no sabe de ella y que será difícil, extremadamente dificil ponerla de su lado. Daenys no confía en ella, la ve como su enemiga. Además de que la joven está muriéndose, y si ella se la lleva morirá alejada de todos aquellos a quien ama, y eso sería un gran problema. Pues podrían suponer que ella la mató. Esto no lo penso y ahora ya era tarde para dar marcha atrás.

     - Con su permiso princesa, pero si ya mo hay nada más de que hablar, me retiro a mis aposentos, el polen de las flores me están haciendo mal. Tenga un buen provecho. Mis pequeños dragones cuando despierte de nuevo le pediré a Miriam que los busque así jugamos un rato ¿les parece? - dice Daenys, los niños emocionados le responde que si y le desean que descanse bien. La princesa menor le pide al caballero que la ayude a parace y así se retira del lugar, dejando a una Rhaenyra muy preocupada.

La danza del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora