capítulo 17

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     Como lo prometió Daenys volvió a la hora de la cena para comer junto a su esposa, hermanos e hijos. Rhaenyra la miraba con algo de recelo, quería saber que estaba pasando con su esposa, pero Daenys no le contaba nada, y todavía estaba el asunto del hombre desconocido que al parecer no tenia nombre ni rostro.

     Cuando terminaron de comer Daenys tomo a Leonidas y le pidió a Miriam que cuidara de él esa noche, después se fue a la habitación de su esposa y la encontró sentada en la cama perdida en sus pensamientos.

     - ¿En qué tanto piensas mi pequeño dragón? - le pregunta sentándose a su lado.

     - ¿Que está pasando Daenys? ¿Que me estas ocultando? - le pregunta con miedo.

     - No entiendo de qué hablas Rhaenyra - le la joven con clara confuncion en su rostro.

     - Dime la verdad y prometo no enojarme ni hacerte escándalo alguno, pero por favor no me mientas. - le suplica la mayor con lágrimas en los ojos.

     - Enserio no entiendo de qué me hablas Rhaenyra, y no tengo el poder de leer las mentes. Por favor explícame que querés que te diga. - le pide la menor con suavidad, aunque por dentro está perdiendo la paciencia y si hay algo que molesta mucho a Daenys es que no digan las cosas de una y den vueltas sobre el asunto.

     - La chica Greyjoy y tú ¿son amantes? Por favor dime la verdad - le pide llorando.
  
     - No lo somos Rhaenyra, ya te lo dije, solo somos amigas. ¿Por qué no confías en mí? Yo nunca te fallé. - le dice Daenys dolida por qué Rhaenyra no le crea cuando ella jamás le mintió.

     - Entonces ¿por qué pasan mucho tiempo a solas? ¿Por qué se hablan en secreto? ¿Por qué te vas con ella durante días sin decirme nada?

     - Por qué ella, junto con su flota me ayuda a traer todo lo que voy a buscar al otro continente y si no te dije nada, es por qué en ese momento estaba enojada con vos y muy dolida, no podía verte sin pensar en tu traición, en que a escondidas te acostabas con tú tío y te reías de mi con él y planeaban como asesinar a mis hermanos. Tenía que hacer lo posible para protegerlos. Pero vos no tenías que saberlo por qué no quería que interviniera y nos mataras antes. - le explica Daenys.

     - Yo nunca pensé en matarlos, era Daemon quien está cegado por el odio. Pero yo te quiero de verdad.

     - Si me querías ¿porque no me dijiste antes que estabas embarazada?

     - Tenia miedo de que rechazara al bebé.

     - Todo hubiera sido diferente si me lo hubieras dicho. Rhaenyra el es un bebé y no tiene la culpa de lo que ustedes hicieron. Yo jamás haría con él lo que ustedes hicieron conmigo. Jamás lo trataría mal o rechazaría por ser hijo de quien es, por qué el no carga con los pecados de sus padres. Ustedes siempre me trataron como una bastarda, como una invasora, por ser hija de quien soy, incluso tú padre nos trató como bastardos a pesar de ser sus hijos legítimos. Rhaenyra conozco ese dolor, al igual que tus hijos, y no quiero que este niño pase por lo mismo.

     - Perdóname por favor - le suplica entre lágrimas Rhaenyra abrazando su cuerpo.

     - Ya está, ahora es pasado y espero de todo corazón que no me vuelvas a lastimar. Te daré una segunda oportunidad, no la desperdicies - le dice Daenys para luego besarla con suavidad.

     Las manos de Daenys van a la espalda de Rhaenyra y comienzan a desatar los cordones del vestido, cuando termina baja sus manos a las piernas de su esposa y comienza a subir su vestido para sacarselo y así la deja desnuda sobre la cama. Rhaenyra quita la camisa de Daenys y luego desata los cordones de su pantalón para después sacárselo. Había extrañado mucho a su esposa y cuando sintió sus labios besando se cuello sintió todo su cuerpo temblar. Daenys la recorrió completa con sus manos, trazando un mapa de cada curva, músculo con sus dedos, beso con suavidad su cuello y subió a sus labios, sintiendo las uñas de su dragón clavándose en su espalda, volvió a bajar sus besos por su cuello, mandíbula, clavícula y se detuvo un rato en sus pechos jugando con ellos un momentos para después seguir su recorrido por su estomago, abdomen, vientre hasta llegar hasta su intimidad donde lamió todo lo largo de flor sintiendo el dulce sabor de su humedad, bebiendo de ella con desespero. Rhaenyra era un manojo de jadeos y gemidos incesantes, gritando el nombre de su esposa cuando llegó al orgasmo.

     - Ahora solo cargarás a mis cachorros, pequeño dragón - le susurro en el oído y sin previo aviso la penetró de una sola y fuerte estocada haciendo que Rhaenyra suelte un grito mayor al anterior. Las embestidas al principio fueron lentas y profundas quería sentir el calor de su esposa, envolviéndola. La tomo de las piernas por debajo de las rodillas llevándoselas para tener más acceso y acelero sus movimientos provocando un lloriqueo en Rhaenyra a causa del placer. Ya no podía hablar solo gemir, sus cuerpos bañados por el sudor del esfuerzo hecho, la sangre corriendo por los cortes provocados en su piel, el sonido de sus cuerpos con cada choque que hacían sus caderas decía lo mucho que ambas peliblancas se extrañaron y deseaban la una a la otra. Y así pasaron la noche donde Daenys hizo a Rhaenyra suya de todas las formar conocidas y por conocer hasta que su propio cuerpo colapso del cansancio.

     A la mañana siguiente se despertaron gracias a una fuerte tormenta, que azotó la isla con lluvias incesantes, la marea estaba alta y se formaban grandes olas que parecían querer tragarse todo a su paso. Desayunaron todos juntos en familia y decidieron pasar la tarde refugiados en el calor de la biblioteca leyendo las historias de los antepasados Targaryen que abandonaron Valyria en busca de un futuro lejos del desastre que se venía en su tierra natal. A la tarde la tormenta no menguaba y los más jóvenes se aburrían con mayor facilidad, ya sin ideas sobre cómo entretener a los niños Daenys propuso que durmieran una siesta todos juntos en una misma habitación, así que llevaron a Jace, Luke, Helaena, y Joff, a la misma habitación y Elinda junto a Miriam se quedarían con ellos cuidándolos. Mientras tanto Rhaenyra se iría a descansar con Leonidas a su propia habitación y Daenys se quedaría junto a Aegon practicando con la espada en un salón vacío.

     Después de que todos se separaran Aegon divisó algo a las afueras del castillo, llamó a su hermana pues no podía creer lo que veía.

     - Aegon prepárate a pelear, Ser Erryk y Ser Arryk ustedes vayan de inmediato a la habitación de mi esposa ahora mismo y no dejen que nadie pase. Ustedes vayan con mis sobrinos y hermana y proteganlos con sus vidas ahora. Los demás nos dividiremos en las diferentes entradas del castillos. Señores preparesen para luchar. Nos están invadiendo. - Después de dar las ordenes todos los cabellos y soldados de Rocadragon corrieron a sus puestos, Daenys junto a Aegon y Asha fueron hacia la entrada principal.

     - Prepárate hermano, no hay que dejarlos entrar.

     - Yo te cubro la espalda Daenys.

     Después de decir eso un fuerte sonido interrumpe la tranquilidad de la familia Targaryen.

La danza del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora