Doce

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— Tami, ilumíname dentro de todo esto. ¿Hace cuanto tú y Ryan terminaron, y porqué el dice que todo lo que ocurrió es solo Isaac interponiéndose entre ustedes?

Hago un esfuerzo sobre humano por no rodar los ojos. No estoy sorprendida de la mentira de Ryan, pero si del hecho de que la señorita Tara le creyera conociéndolo casi tan bien como yo.

— Oficialmente terminamos hace siete meses, aunque estuvimos sin hablar por más de un mes antes de la ruptura.

— ¿Porque rompieron?— Ni siquiera me dejo terminar la oración para cuando replicó.

—Me fue infiel.— Esa es la única contestación que voy a dar, a nadie más le interesa la verdad realmente.

— Esto no parece ser tan sencillo como para algo tan simple como una infidelidad. — Es la señora Walter quien habla, con un tono tan carente de emociones que por un instante pensé que no era ella. — ¿Que pasó para que durante un mes no hablaran?

— Necesitamos mas detalles, por favor.— Es casi suplicante el tono con el que me habla Tara. Soy consiente de que tanto ella como muchas otras personas quieren que hable del tema pero para mi es inevitablemente difícil. Solo he sido capaz de contárselo a Isaac y no creo que su efecto calmante lo tengan las otras cinco personas presentes para sacarme las palabras de la boca. Trago tan grueso y la miro de la misma manera suplicante de siempre. — Taerin, quiero ayudarte. Háblame y saldremos de esto.

— Si ella no quiere hablar del tema, no debería hacerlo. — Dice Isaac. Su tono tan protector, al final es el quién sabe la verdad. Me siento más culpable de que estemos en esta situación por mi. Yo no quiero hacerlo espectador de mi, de mi vida y dolor.

— Para poder resolver todo esto necesitamos que ella hable.— Replica nuevamente Katherine.

— No lo entiendes, no le pongas mas presión de la que ya tiene.

— Quiero entenderlo, pero sino voy a tener ninguna explicación coherente del corte en tu mejilla de una manera pacífica, me veo en la obligación de presionar.

— Disculpe pero usted no es la única que está fuera del sistema. Tami explicará cuando se sienta cómoda, entendamos todos que este no es un tema que se debe de tomar a la ligera.— Livia toma las riendas de la posible discusión mientras yo me siento tan inútil; Mis ojos están acuosos, mi pie se mueve rápidamente contra el suelo y la ansiedad me come los huesos. — Todos aquí tenemos preocupaciones, escuchemos y demos tiempo.

Pero quedo en silencio. No digo nada mientras todos me miran.

Me juzgan.

¿Pensarán que soy estúpida? ¿Que solo los uso? ¿Que miento? ¿Que me aprovecho de todo esto?  Seguro piensan que todo esto es para obtener un poco de atención. ¿ Lo hago? ¿Realmente lo hago?

Las lágrimas se desbordan en silencio y yo solo miro el suelo intentando controlar mis nervios. Tengo interminables nauseas y solo pienso en que todo esto saldrá muy mal, no importando si hable o no. Los segundos pasan y hay tanto silencio que podría jurar se escucha el viento. Tengo miedo, uno hondo y oscuro. Me va a ir horrible si suelto la minúscula palabra de la verdad.

Mis padres lo sabrán y no recibiría ningún tipo de apoyo en esto, querrán enviarme lejos y borrarme del mapa para disipar la vergüenza que van a sentir cuando el pueblo se entere. No veré a Livia, mucho menos a Isaac y su familia. Ya no habrá tardes tranquilas en The Lark, mañanas tranquilas junto al lago y el ambiente pacífico del campo.

Como si fuera poco, Ryan tiene todas las fichas en su tablero. Su madre lo sabe, absolutamente todo. Muchas veces alentó a su hijo en esto, si hubiese querido frenarlo ya hubiese pasado. La señora Parker es jefa policial y no dejará que pisoteen a su hijo con terribles noticias como esas. Menos ahora, que las universidad lo tienen en la mira. Se llevaría a bordo toda su carrera y lo único que le queda. Hará lo posible para mantenerme en silencio, lo a hecho ya.

HOPELESS || Isaac García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora